viernes, 30 de octubre de 2015

"Hay tantos cuentos de la cara oscura como personas"


José Antonio Sau en el salón de actos de 'Villa Esperanza'

José Antonio Sau es periodista especializado en información de tribunales. Trabaja desde hace nueve años en 'La Opinión de Málaga', periódico en el que publica crónicas de juicios, noticias de sentencias y reportajes en los que práctica con habilidad y respeto la escucha de la gente. De ese contacto sensible y cotidiano con los problemas sociales salió en 2014 'Cuentos de la cara oscura', una recopilación de diez relatos en los que cobran protagonismo un buen número de perfiles personales de mujeres y hombres castigados por la larga recesión económica o por haber contribuido al engaño en los años de bonanza. Relatos cortos, lúcidos y reales. Sau estuvo el jueves en el Teléfono de la Esperanza presentando su libro para nosotros.

- ¿Te costó mucho pasar de la escritura periodística a la literaria o son más cercanas de lo que parecen?
Al final escribir es escribir. Como digo siempre, hacer periodismo es un entrenamiento fenomenal para la literatura. Ambos campos tienen sus reglas, pero el ritmo es distinto. En uno, el yo está fuera del texto, en la creación el yo lo invade todo, determinando el discurso final de la obra. Así que no, no me costó.

- ¿Dónde te has inspirado para crear los personajes de 'Cuentos de la cara oscura'?
La inspiración es la propia realidad. Son historias que conozco de primera mano, que he cubierto o que me han contado. Mi materia prima es la vida.

- Llama la atención que entre ellos hay un concejal corrupto y un vendedor de preferentes. Son personas que han hecho daño a la sociedad. ¿Víctimas y verdugos?
 Me interesaba reflejar no sólo a las víctimas de esta crisis económica y moral, sino también a aquellos que formando parte de un engranaje diabólico acabaron participando en la fiesta como piezas de una cadena. Y un vendedor de preferentes y un concejal corruptos formaron parte de esa cadena...

- Corremos el riesgo de salir de la crisis pero dejar en los márgenes a millones de personas debido a que sufren muchos años de carencias y privaciones
Desgraciadamente, siempre pagan los mismos las facturas de la fiesta. Y eso sólo podemos pararlo empoderando a la ciudadanía. No sé muy bien cómo se hace eso, pero tal vez
un primer paso sea participar en la política más que hasta ahora, para que sea más humana y no mire siempre para los de arriba.

- La ciudad de Málaga se ha transformado por el turismo y la pujante vida cultural. Miles de cruceristas inundan el centro, se abren restaurantes y bares y se proyectan hoteles. Por contra, a 5 minutos de Larios, casi invisibles, encontramos a jubilados con pagas ínfimas o niños que sobreviven gracias a las donaciones de alimentos
Desgraciadamente eso ocurre en todas las sociedades. Al lado del glamour están la miseria y la desesperación. Al lado, detrás o delante. Muchas veces no queremos verlo o mirarlo de frente, pero a la pobreza hay que tratarla de tú a tú, para saber que existe y tratar de paliarla en la medida de lo posible.

-Fuiste premiado por el reportaje 'Empatía en el juzgado'. Conoces de cerca la vida judicial. ¿Crees que muchos conflictos se podrían solucionar mediante la mediación?
La mediación judicial es ahora una práctica incipiente que no se ha desarrollado del todo como muy bien sabes. Es una práctica que da esperanza y que se puede traducir en un descargo importante del trabajo de los juzgados y tribunales, pero hay que apostar por ella desde instituciones públicas y privadas de verdad. No sólo con palabras bonitas. Si eso se implementara, habría muchos menos juicios.

- El Teléfono de la Esperanza celebra el 15 de noviembre el Día de la Escucha bajo el lema 'Escuchar a la gente'. En España 4,5 millones de personas viven solas a pesar de que cada vez hay más canales de comunicación y estamos más conectados. Parece que el lado oscuro es muy amplio, ¿no?
La soledad es en sí una cara muy oscura de la vida. Hay mucha gente sola, por eso asociaciones como la vuestra dan esperanza a muchos que están al borde de caer en ese abismo interior que siempre anida en uno mismo. Hay tantos cuentos de la cara oscura como personas. Yo sólo le he dado voz a unos cuantos protagonistas, pero si no el libro hubiera sido interminable.

- Muchas veces se tiene la impresión de que los medios de comunicación utilizan a las personas para hacer noticias-espectáculo, particularmente las televisiones, y luego se olvidan de ellas. ¿Son malos tiempos para el periodismo de calidad o hay hueco para el hoy día?
Hay hueco para el periodismo de calidad, sí echo de menos más periodismo de proyección social, el que habla de ONGs y entidades que se baten el cobre cada día en lugares en los que la esperanza ya no vive. Hay periodistas que huyen del morbo y se dedican a informar, sin ser neutrales, de lo que ocurre. Un periodista no puede ser objetivo, su pluma y su razón han de estar al servicio de los que nada tienen. Y mientras no comprendamos eso no habrá solución para el oficio. Eso sí, muchos de mis compañeros, en mi medio y en otros, dan cada día lecciones de humanidad.

- A veces la esperanza surge donde menos lo esperamos. Hace un año recibiste el V Premio de Periodismo 'Ciudad de Málaga' por el reportaje 'Los Asperones se abonan a la esperanza'. ¿Cómo ves el papel de las ONGs en ese caso y en general en la sociedad?
Las ONGs llegan allí donde el estado ha desertado. Eso no es malo. Al fin y al cabo, es una respuesta de la sociedad civil y un intento por paliar la desesperanza y la pobreza. Creo que su labor es fundamental y que todos,  de un modo u otro, debemos colaborar con estas entidades que, más que dinero, que también, necesitan nuestro tiempo y un poco de compromiso.


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