El informe 'Un mundo en guerra' del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) del pasado verano cifró en 59,5 millones el número de desplazdos por las guerras y conflictos. Vivimos una etapa en la que se produce el mayor número de personas desplazadas y necesitadas de refugio desde la II Guerra Mundial. La marea humana que abandona sus hogares va a más y la propia ACNUR admite que el año pasado solo logró reasentar en sus puntos de origen a poco más de 126.000 refugiados. El resto vive en campos de refugiados o huye a otros países.
La sociedad civil da a diario lecciones de respuesta a un problema tan urgente como este. En los últimos años, solo Líbano y Jordania, pequeños países de Oriente Medio han acogido a unos 3 millones de desplazados por la vecina guerra de Siria.
En los últimos meses, la oleada de personas que huyen de las guerras ha llegado a Europa. ¿Y por qué tantas familias con niños tiene que entrar como si fueran delincuentes?. Porque existen muchas trabas y obstáculos para ellos. Aunque legalmente tiene derecho, no pueden pedir asilo en oficinas consulares de Alemania, Suecia o España en sus países u otros de su zona. No existe esa posibilidad. Por contra, los grandes capitales se mueven sin trabas a nivel mundial y se asientan donde se pagan menos impuestos.
La respuesta lenta y desigual de los gobiernos contrasta con la de las campañas solidarias y de acogimiento de ciudananos y entidades. Un esperanzador ejemplo lo tenemos en el SJR (Servicio Jesuita a Refugiados), una ONG que trabaja en los países de llegada por el Este de Europa y en los de acogida. Atiende la emergencia, impulsa redes de acogimiento e integración y promueve la incidencia social y política para despertar a las conciencias adormecidas. En la entrevista del enlace, una de sus responsables nos habla de extender "la marea de le hospitalidad". Todo un reto para el cambio de mentalidad y la transformación social.
Amaya Valcárcel, coordinadora Internacional de Incidencia Pública del SJR (Servicio Jesuita a Refugiados):
"Esto no es una crisis de refugiados, sino una crisis de voluntad política"
Hospitalidad.es. Por una cultura de la solidaridad y la inclusión
En los últimos meses, la oleada de personas que huyen de las guerras ha llegado a Europa. ¿Y por qué tantas familias con niños tiene que entrar como si fueran delincuentes?. Porque existen muchas trabas y obstáculos para ellos. Aunque legalmente tiene derecho, no pueden pedir asilo en oficinas consulares de Alemania, Suecia o España en sus países u otros de su zona. No existe esa posibilidad. Por contra, los grandes capitales se mueven sin trabas a nivel mundial y se asientan donde se pagan menos impuestos.
La respuesta lenta y desigual de los gobiernos contrasta con la de las campañas solidarias y de acogimiento de ciudananos y entidades. Un esperanzador ejemplo lo tenemos en el SJR (Servicio Jesuita a Refugiados), una ONG que trabaja en los países de llegada por el Este de Europa y en los de acogida. Atiende la emergencia, impulsa redes de acogimiento e integración y promueve la incidencia social y política para despertar a las conciencias adormecidas. En la entrevista del enlace, una de sus responsables nos habla de extender "la marea de le hospitalidad". Todo un reto para el cambio de mentalidad y la transformación social.
Amaya Valcárcel, coordinadora Internacional de Incidencia Pública del SJR (Servicio Jesuita a Refugiados):
"Esto no es una crisis de refugiados, sino una crisis de voluntad política"
Hospitalidad.es. Por una cultura de la solidaridad y la inclusión
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