sábado, 16 de agosto de 2014

CON OTRAS GAFAS / Ángeles de carne y hueso

Foto: Ñito Salas / www.diariosur.com

"Nunca en mi vida me he alegrado tanto de hacer un curso". Quien así se expresa es Carlos Alfaro, un subinspector de la Policía Local de Málaga, que hace unos días salvó la vida de un anciano de 77 años evacuado del mar por dos socorristas. 
Alfaro hizo un curso de primeros auxilios en junio y aprendió a atender a personas accidentadas y a manejar un desfribilador. Patrullaba con un compañero por la barriada El Palo cuando escuchó en la emisora policial el aviso de que un hombre había sido sacado del mar con síntomas de ahogamiento. Carlos y su compañero llegaron en un minuto al lugar del incidente. El evacuado apenas respiraba, estaba a punto de morir, cuando este policía le hizo las maniobras de reanimación en cuatro etapas, como había aprendido, y logró que el bañista volviera en si. La mujer de este no paró de darle las gracias. Todo un ejemplo de servicio público y entrega a las personas. Pero Carlos Alfaro y su compañero Juan José Padilla, que mantuvo a los curiosos a distancia, no son los únicos agentes que se vuelcan en salvar la vida de una persona. Unos días más tarde, otros dos patrulleros, estos del Cuerpo Nacional de Policía, evitaron en Móstoles que una mujer, alcohólica y deprimida se lanzara al vacío desde una ventana, mientras varios jóvenes, ajenos a lo que sucedía, veían la televisión en otra habitación del mismo piso. Uno de los dos agentes llegó a jugarse la vida al sostener en un difícil equilibrio a Concepción, que asi se llama la mujercuando tomó impulso para tirarse.
Ángeles de la guarda a pie de calle, estos policías han salvado a dos personas, evitando la muerte accidental de la primera y atacando al mal de la desesperanza en el segundo caso. Pequeños héroes del día a día que muestran en sus actos lo mejor del ser humano.


Un curso de primeros auxilios que bien vale una vida

Dos agentes de la Policía Nacional evitan que una mujer se suicide en Móstoles

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