Enrique Moya es profesor practica el Yoga desde hace 40 años y es un maestro en esta disciplina que aúna las experiencias físicas y mentales para lograr el equilibrio personal. El pasado mes de junio, impartió un curso de yoga en el Teléfono de la Esperanza.
¿Qué ofrece el Yoga para el desarrollo personal?
Sus practicas y sus actitudes de vida logran que haya una buena integración de la persona consigo misma, la sociedad y la naturaleza. Se trata de estar en equilibrio conmigo mismo, con mi familia, la gente, los espacios en los que vivo y la naturaleza.
¿Cómo surgió dar el curso para nosotros?
Antonio Morilla, voluntario en el teléfono y alumno mío en mi Escuela de Meditación me lo propuso porque tenía interés en un Curso de Desarrollo de la Atención y la Meditación. Se trató de enseñar la meditación, que se da cuando la atención es muy atendida.
¿A quién se recomienda la practica del Yoga y qué aporta?
Hay una cosa mágica en la palabra Yoga, que hace que le atraiga a la gente en general. Es un beneficio para cualquier persona que lo practique. Enseña a conocer el cuerpo, moverlo, sentir los músculos y las articulaciones. La respiración es muy importante, fundamental para la persona, pero cualquiera que no haga Yoga ni se plantea los beneficios de una buena respiración. Si la persona respira bien se siente más energética, tiene más energía y el aliento también tiene mucho que ver con el cuerpo energético. Las prácticas de relajación utilizan el desarrollo de la imaginación de forma provechosa para impulsar la fuerza creativa y el desarrollo de la atención en la persona.
¿Qué es la meditación?
La meditación es el proceso cumbre en el desarrollo de la atención. Si me siento bien conmigo, me siento bien ante los imprevistos de la vida. Se crea una estado de facilitación que te ayuda a ser permeable a lo que la vida te da. Es volver al estado natural, religar, acoger la vida. Todo esto está muy ligado al 'main fullness', el movimiento de psicólogos y psiquiatras alineados en la visión yogica de la vida que en Estados Unidos y Alemania es muy fuerte. La meditación te lleva a estar facilitado y esto te hace permeable, fluido, de manera que evitas la sobrecarga y cuando te viene, respondes desde la inteligencia y no desde la agresividad.
¿Cuál es el perfil de las personas que practican Yoga contigo?
Cualquier tipo de persona que quiera mejorar su vida. He dado clases de Yoga a niños, mayores, invidentes...a todo tipo de personas. Yo llevo 30 años con el Yoga y 70 de mis 100 alumnos llevan más de 30 años conmigo. Los beneficios son muchos. Por poner un ejemplo, tengo una persona que tenía cólicos nefríticos frecuentes, empezó con el Yoga a los 42 años, tiene ahora 70 y no se le han vuelto a repetir.
Hay un trabajo físico importante
Sí. Trabajamos mucho la peristalis, que son las pulsaciones de los órganos y las células que se contraen y expanden. El cuerpo, el psiquismo y los afectos van juntos. Trabajamos en tres niveles claves: al aliento, el pensamiento y el movimiento del cuerpo.
El yoga requiere de dedicación y tiempo
Es una disciplina integral que necesita el estudio y la experiencia, que son claves, y no te los puedes saltar. No hay atajos. En el Yoga todo tiene que funcionar con una cierta lentitud. Yo empecé en 1973 y tengo 60 años. Me inicié por mi interés en la salud y la alimentación con algunos amigos en plan autodidacta y luego fuimos a escuelas. He conocido la visión y experiencia de grandes maestros de la India y Europa.
¿También facilita la experiencia de la espiritualidad?
Facilita sentir quien eres a nivel profundo, que nunca ha estado separado de tu vida. Te hace sentir espiritual en el sentido trascendente, no en el sentido religioso. La vida no es tanto lo que sucede como contarnos lo que sucede, como nos lo contamos. Esto determina más la experiencia que la experiencia en si.
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