El 10 de septiembre
se celebra el Día Mundial de la Prevención del Suicidio
Los voluntarios de los Centros del Teléfono de la
Esperanza en España atendieron el año pasado 1.567 llamadas en las que los
llamantes manifestaron de manera explícita su intención de suicidarse. Esta
cifra supone un incremento del 29,5% en el número de llamadas con contenido
suicida respecto al año anterior (1.210).
El perfil de los llamantes que amenazan con
quitarse la vida pone de manifiesto que, en esos momentos, el 74% no mantiene relación sentimental o de pareja alguna, lo cual
apunta a una relación estrecha entre
soledad y suicidio. Se trata de personas solteras en el 45,9% de los casos,
separadas o divorciadas en el 23,8%, y viudas en el 4,3% de las ocasiones.
En Málaga, los orientadores del Teléfono de la
Esperanza atendieron en 2012 un total de 40 llamadas de temática suicida, 24 de
mujeres y 16 de hombres. Entre las primeras, 20 fueron por tener ideas
suicidas, 2 por crisis suicidas y 2 por actos suicidas. En el caso de los
hombres, fueron 11 ideaciones del suicidio, 1 llamada por crisis y 4 por actos.
La evolución de este tipo de llamada ha sido
ascendente, de forma que solo entre el 1 de enero y el 31 de agosto de 2013, se
han recibido 42 llamadas de temática suicida, 30 de mujeres y 12 de hombres. Un
total de 23 mujeres sufrieron ideas suicidas, 5 crisis y 2 actos suicidas,
mientras que en los hombres fueron 5, 5 y 2 respectivamente.
Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que existe una fuerte vinculación entre
enfermedad mental y suicidio.
Los
trastornos afectivos, y sobre todo la depresión, son los que más se relacionan
con el suicidio. Así, la
depresión aumenta 20 veces el riesgo de suicidio, de manera que, según los
estudios de Guze y Robins, y Goodwin y Jamison, hasta un 15% de los pacientes
con un trastorno depresivo mayor pueden llegar a suicidarse. Asimismo, se
estima que el trastorno bipolar aumenta 15 veces el riesgo de suicidio,
mientras que la distimia es un factor que multiplica el riesgo por 12 respecto
a la población general.
Los expertos también indican otros trastornos
mentales que tienen una fuerte correlación con el suicidio. En sus trabajos,
Harris y Barraclouh comprobaron que existe 8,5 veces más peligro de suicidio en
enfermos con esquizofrenia, y entre 6 y 10 veces, en los pacientes con
ansiedad.
De igual modo, el alcoholismo, y en menor medida
otras drogodependencias, es también un factor que multiplica hasta por 6 el
riesgo de cometer un suicidio y que actúa como precipitante de las conductas
suicidas. De hecho, se estima que el abuso del alcohol es un elemento presente
en, al menos, uno de cada tres suicidios.
Por tanto, una gran proporción de las personas
que mueren por suicidio padecen enfermedades mentales. Sin embargo, la OMS llama la atención sobre el hecho de
que muchos de estos enfermos no reciben la atención psiquiátrica adecuada
debido al estigma social asociado con la enfermedad mental y con la ideación y
la conducta suicidas. Este estigma, que es un modo de discriminación y que
está profundamente arraigado en la mayoría de las sociedades y en muchas
familias por diversos prejuicios o simplemente por ignorancia, dificulta en
gran medida el tratamiento que necesitarían recibir personas con enfermedades
mentales y/o pensamientos o impulsos suicidas.
Sin embargo, el suicidio supone un problema de
salud pública de primer orden en todos los países. Según las cifras que ofrece
la OMS, el suicidio es la primera causa de muerte violenta en
el mundo. Aunque cueste creerlo, el número de vidas que se
pierden cada año en el mundo por suicidio supera el número de muertes por
homicidios y el número causado por las guerras, sumados juntos. Por cada dos personas asesinadas, tres
mueren por suicidio. Cada año se
suicidan en el mundo un millón de personas, lo que equivale a un suicidio
cada 40 segundos. Y, para el año 2020, las estimaciones de la OMS prevén
que la cifra mundial de suicidios alcanzará el millón y medio. Además se calcula
que, cada año, otros 20 millones de seres humanos intentan quitarse la vida. Estas
cifras ponen de manifiesto la magnitud de este problema de salud pública
mundial.
En España, desde 2008, el suicidio es
la primera causa de muerte no natural. Según el INE, cada día nueve
personas se quitan la vida en nuestro país. Esto sin contar los intentos de
suicidio (frustrados conscientemente o por intervención ajena), los accidentes
mortales inexplicables y los parasuicidios (conductas de riesgo al volante,
autolesiones, sobredosis de drogas, no prevención en el contagio de
enfermedades infecciosas…)
El próximo 10 de septiembre la OMS y la IASP
(Organización Internacional para la Prevención del Suicidio) copatrocinan la
celebración del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, este año con el lema
“El prejuicio: una barrera importante para la prevención del suicidio”. El
Teléfono de la Esperanza se adhiere a esta campaña internacional y, con este
fin, vamos a realizar en Navarra un acto de sensibilización que consistirá en
el emplazamiento de una mesa informativa en una de las zonas más transitadas de
Pamplona, la calle Carlos III. En
este acto, que se llevará a cabo de las
19 a 20:30 horas del martes 10 de septiembre, también va a participar
desinteresadamente la coral de San Andrés de Villaba, que
ofrecerá un concierto muy especial en plena vía pública para todas las personas
que se acerquen.
Con motivo de esta celebración, queremos recordar
que el Teléfono de la Esperanza ofrece un servicio
permanente y gratuito de Orientación por teléfono para abordar de forma
urgente, anónima y especializada las situaciones de crisis. Este servicio,
que funciona las 24 horas del día, durante los 365 días del año, está atendido
por voluntarios especializados en la escucha y formados para activar las
capacidades de las propias personas para superar sus problemas.
Además del servicio permanente de Orientación por
teléfono, nuestra Asociación ofrece asesoramiento e intervención profesional en
entrevista personal. Este servicio es prestado por un equipo multidisciplinar
formado por psicólogos, psiquiatras, abogados, trabajadores sociales y otros
especialistas.
Por
otra parte, queremos manifestar nuestro convencimiento de que la forma más adecuada de prevenir el
suicidio es mejorar la salud emocional de las personas mediante programas
de formación, cursos, talleres y grupos de autoayuda.
El Teléfono de la Esperanza es miembro
de pleno derecho de IFOTES (Federación Internacional de Ayuda de Emergencia por
Teléfono) y de IASP (Asociación Internacional de Prevención del Suicidio)
y, a través de éstas, está vinculada formalmente con la OMS. En España, es
miembro fundador de la Plataforma del Voluntariado.
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