Un total de 14 estudiantes de Psicología de la Universidad de Málaga y la Uned han acabado este mes su Practicum, período de prácticas, que han desarrollado en el Teléfono de la Esperanza desde el pasado mes de octubre.
Durante nueve meses han tenido la ocasión de tomar contacto directo con la realidad del día a día de nuestra organización. Los estudiantes han hecho el curso 'Conocimiento de sí Mismo' y han participado en los talleres de Autoestima, Ansiedad y Educadores Hoy. Además, han tenido la ocasión de conocer desde dentro los seminarios en los que nuestros orientadores se preparan y tuvieron la oportunidad de practicar la coescucha, esto es, estar junto a los orientadores cuando atienden por teléfono a personas en crisis.
El pasado 13 de junio, El tiempo de la esperanza mantuvo un encuentro con nueve de las alumnas y Ana Manrique, profesional de la Psicología y voluntaria en el teléfono. Ana se mostró "muy satisfecha por la experiencia vivida con ellas. Los conocimientos teóricos que tienen los han complementado con casos reales, diagnósticos e informes. Han obtenido un punto de formación importante".
Testimonios. Estos son los testimonios de nueve meses de prácticas y experiencias que han marcado a todas las participantes.
No es un call center. Una de las alumnas más jóvenes, Sandra, pensaba que "aquí había muchos teléfonos a los que atender y era una especie de call center. Me gusta la Psicología humanista del teléfono y los talleres eran cercanos a la filosofía, llegaba a mi casa y debatía con mi familia. Las prácticas en la UMA son ejercicios de papel y lápiz. Aquí tuve contacto con la realidad. Me llamó la atención que llamaba gente joven con mucha tristeza. No me esperaba esas situaciones".
Humanismo. Yolanda nos contó que lo que más le gustó de la experiencia es que "los orientadores aportan su personalidad en la atención a las personas. Unos son más enérgicos, otros más dulces y de todos hemos aprendido. Ha sido muy positivo tener contacto con la Psiclogía humanista del Teléfono de la Esperanza. En la UNED te inculcan una Psicología cognitiva".
Desarrollo personal. Carmen agradece la oportunidad de hacer las prácticas en nuestra asociación porque "en la UNED no tenemos. Teníamos desconocimiento sobre el Teléfono de la Esperanza y ahora he conocido el trabajo tan importante que hace en el desarrollo de las personas".
Aceptarse uno mismo. Otra de las participantes en el Practicum, Sara, expresó su satisfacción porque "en la carrera se transmite una distancia entre psicólogo y paciente y estas prácticas he descubierto la importancia de aceptarnos, de conocernos nosotros antes de escuchar a otros. Yo me he conocido más y soy más consciente de lo que puedo ofrecer y de lo que carezco".
Empatía. A la periodista y estudiante de Psicología, Victoria, el Practicum le ha aportado el descubrimiento de lo que es "aceptar, comprender y ponerse en su piel, en la piel de la otra persona". "Hemos perdido el miedo y adquirido valentía y madurez. El teléfono hace una labor fantástica de ayuda a las personas".
Aprendizaje. La toma de contacto con la realidad de las personas que sufren fue una constante en los relatos de las participantes. Danila explicó que "he aprendido más que en cuatro años en la UMA" y valoró la importancia de haber participado en la coescucha y tener la escucha de las personas tan cerca. "Pensaba que todos los que llamaban estaban al borde del abismo y no es así. También me han llamado la atención los llamantes crónicos, las personas que repiten llamada constantemente".
Escucha activa. Este es uno de los grandes valores del Teléfono de la Esperanza. Margarita, masajista terapeútica, y estudiante de Psicología, destaca conocer esa técnica y todo el proceso de formación que le ha ayudado "a ser más objetiva". También valora su propia aportación a las personas en crisis. "Te das cuenta de que les das un poquito de luz y ven las cosas desde otro lugar más positivo".
Durante la etapa del Practicum han llamado personas con problemas de soledad, incomunicación y conflictos interpersonales, algunos de ellos originados por el deterioro de su economía doméstica. Los alumnos han podido comprobar que "una crisis económica no es tan importante como para estropear una vida", en palabras de Ana Manrique, que indica que al atender a esas personas se procura "ponerles en otro punto de vista en el que las cosas pueden irles muy mal, pero ellos sentirse bien".
Comunicación. Esta palabra sintetiza la experiencia de Sonia, una mujer que trabajaba como jefa de administración en una empresa, y se lanzó a estudiar Psicología. "En la facultad nos hablan mucho de la alianza terapeútica, pero a nivel teórico. En las prácticas, he aprendido mucho sobre la comunicación y las relaciones entre las personas".
Miedo en primera persona. La experiencia ha sido "muy enriquecedora" para Ana, tanto a nivel personal como profesional y se mostró muy satisfecha con la tutoría de Ana Manrique. "Nos ha transmitido seguridad, empuje y optimismo. Ha sido un complemento muy grande". También tuvo palabras de agradecimiento para Luz Divina, otra de las psicólogas del teléfono que les formó sobre la autoestima de las personas. Además, resaltó que "te das cuenta de la realidad y tomas conciencia de los problemas de la gente. Una de las noches que estuve con el orientador, llamó una chica, víctima de violencia de género, que tenía miedo, estaba huyendo. Después de hablar con ella, se tranquilizó e iba con una amiga a presentar denuncia".
No es un call center. Una de las alumnas más jóvenes, Sandra, pensaba que "aquí había muchos teléfonos a los que atender y era una especie de call center. Me gusta la Psicología humanista del teléfono y los talleres eran cercanos a la filosofía, llegaba a mi casa y debatía con mi familia. Las prácticas en la UMA son ejercicios de papel y lápiz. Aquí tuve contacto con la realidad. Me llamó la atención que llamaba gente joven con mucha tristeza. No me esperaba esas situaciones".
Humanismo. Yolanda nos contó que lo que más le gustó de la experiencia es que "los orientadores aportan su personalidad en la atención a las personas. Unos son más enérgicos, otros más dulces y de todos hemos aprendido. Ha sido muy positivo tener contacto con la Psiclogía humanista del Teléfono de la Esperanza. En la UNED te inculcan una Psicología cognitiva".
Desarrollo personal. Carmen agradece la oportunidad de hacer las prácticas en nuestra asociación porque "en la UNED no tenemos. Teníamos desconocimiento sobre el Teléfono de la Esperanza y ahora he conocido el trabajo tan importante que hace en el desarrollo de las personas".
Aceptarse uno mismo. Otra de las participantes en el Practicum, Sara, expresó su satisfacción porque "en la carrera se transmite una distancia entre psicólogo y paciente y estas prácticas he descubierto la importancia de aceptarnos, de conocernos nosotros antes de escuchar a otros. Yo me he conocido más y soy más consciente de lo que puedo ofrecer y de lo que carezco".
Empatía. A la periodista y estudiante de Psicología, Victoria, el Practicum le ha aportado el descubrimiento de lo que es "aceptar, comprender y ponerse en su piel, en la piel de la otra persona". "Hemos perdido el miedo y adquirido valentía y madurez. El teléfono hace una labor fantástica de ayuda a las personas".
Aprendizaje. La toma de contacto con la realidad de las personas que sufren fue una constante en los relatos de las participantes. Danila explicó que "he aprendido más que en cuatro años en la UMA" y valoró la importancia de haber participado en la coescucha y tener la escucha de las personas tan cerca. "Pensaba que todos los que llamaban estaban al borde del abismo y no es así. También me han llamado la atención los llamantes crónicos, las personas que repiten llamada constantemente".
Escucha activa. Este es uno de los grandes valores del Teléfono de la Esperanza. Margarita, masajista terapeútica, y estudiante de Psicología, destaca conocer esa técnica y todo el proceso de formación que le ha ayudado "a ser más objetiva". También valora su propia aportación a las personas en crisis. "Te das cuenta de que les das un poquito de luz y ven las cosas desde otro lugar más positivo".
Durante la etapa del Practicum han llamado personas con problemas de soledad, incomunicación y conflictos interpersonales, algunos de ellos originados por el deterioro de su economía doméstica. Los alumnos han podido comprobar que "una crisis económica no es tan importante como para estropear una vida", en palabras de Ana Manrique, que indica que al atender a esas personas se procura "ponerles en otro punto de vista en el que las cosas pueden irles muy mal, pero ellos sentirse bien".
Comunicación. Esta palabra sintetiza la experiencia de Sonia, una mujer que trabajaba como jefa de administración en una empresa, y se lanzó a estudiar Psicología. "En la facultad nos hablan mucho de la alianza terapeútica, pero a nivel teórico. En las prácticas, he aprendido mucho sobre la comunicación y las relaciones entre las personas".
Miedo en primera persona. La experiencia ha sido "muy enriquecedora" para Ana, tanto a nivel personal como profesional y se mostró muy satisfecha con la tutoría de Ana Manrique. "Nos ha transmitido seguridad, empuje y optimismo. Ha sido un complemento muy grande". También tuvo palabras de agradecimiento para Luz Divina, otra de las psicólogas del teléfono que les formó sobre la autoestima de las personas. Además, resaltó que "te das cuenta de la realidad y tomas conciencia de los problemas de la gente. Una de las noches que estuve con el orientador, llamó una chica, víctima de violencia de género, que tenía miedo, estaba huyendo. Después de hablar con ella, se tranquilizó e iba con una amiga a presentar denuncia".
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