jueves, 20 de junio de 2013

Noland, un país de gente con dignidad



Hay un país que no tiene bandera, ni himno, ni televisión oficial. Pero tiene población. Mucha. Casi tanta como España. Hoy es el Día Mundial del Refugiado y quiero dedicar este espacio a sus 43 millones de habitantes. Son personas refugiadas, desplazadas a causa de la guerra, conflictos, desastres naturales o persecución política y la cifra aumenta cada año.
Noland es un país sin fronteras donde todos sus habitantes, sin derechos ni oportunidades, provienen y viven en diferentes lugares del mundo como Kenia, Venezuela, Uganda, Ruanda, Colombia, España…En estos países muchas personas y organizaciones trabajan por la hospitalidad, para hacer posible que los habitantes de Noland puedan vivir en una tierra de justicia y dignidad. Por eso organizaciones como Entreculturas quieren que, a través de una serie de postales sin rostro, te acuerdes más que nunca de Noland.
Hoy es un día en el que las redes sociales pueden hacer honor a su apellido. Sociales. Ya he visto esta mañana que la cruda realidad las alimenta de noticias de banqueros que se autoconceden préstamos millonarios, políticos corruptos y organismos internacionales que piden recortar más a los más débiles, pero tenemos que dejar espacio a la esperanza. Que circulen por las redes las historias de personas como John, que huyó de Ruanda, los jóvenes refugiados en campos de Uganda o las familias atrapadas entre dos fuegos en Colombia. Estas son los rostros y las historias de los habitantes de Noland, un país sin banderas, himnos, ni recortes; un país que no interesa al FMI. Una nación habitada por corazones rotos que buscan esperanza y la encuentran en forma de apoyos necesarios que les sostienen su dignidad. Muchas familias son acompañadas en su duro día a día y los más jóvenes se forman gracias a las ONGs para ser los dueños de su futuro. Comparte este post en Facebook y Twitter y mueve este mensaje sobre la realidad oculta de los habitantes de Noland para que muchos conozcan la labor que algunos hacen por los más olvidados.

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