miércoles, 27 de marzo de 2024

Escuchar a los jóvenes en un mundo tecnológico y acelerado

 

                                     Una chica mirando su móvil Foto: www.abc.es/familia


José Antonio García, Antonio Guadix, Antonio Múñoz y María del Mar Santoyo. Alumnos del Practicum del Teléfono de la Esperanza

 

Cada 27 de marzo, el Teléfono de la Esperanza celebra el Día de la Escucha, una jornada de sensibilización sobre la importancia de la cultura de la escucha como un bien necesario en la sociedad para que se dé una auténtica comunicación basada en el respeto y el diálogo entre todos y todas. Este día coincide con el día en que se firmó, en 1971, el acta de constitución del Teléfono de la Esperanza, y nos invita a reflexionar sobre una habilidad humana fundamental: la escucha activa.

En una sociedad inundada por las tecnologías y las redes sociales, todas las personas estamos constantemente rodeadas por la sobrecarga de estímulos, palabras y ruido, pero ¿cuántas veces nos paramos a escuchar de verdad? La escucha activa es algo que va mucho más allá de sólo oír las palabras que pronuncia otra persona; es sumergirse de lleno en lo que se está diciendo, prestando una atención adecuada a las diferentes capas del mensaje que se recibe; lo emocional, lo verbal, los silencios o los gestos.  Sin ninguna duda el mensaje en sí mismo ya es importante, pero también lo son las circunstancias en las que se da, el contexto, de la misma forma en la que las notas musicales no se interpretan bien si no se sitúan en una partitura. El fenómeno de la escucha activa implica ponernos en los zapatos de quien tenemos delante y realmente entender su perspectiva, sin juzgar ni prejuzgar, sin moralizar ni reprender, respetando y validando lo que la persona expresa y transmite, aprendiendo a mantener los silencios. Pero no sólo eso, sino que también involucra la capacidad de dar a entender a la otra persona que está siendo escuchada, que su mensaje es importante y merece cierto interés.

Escuchar a los jóvenes

Y justamente, quienes tienen mucho que decir y a menudo sienten que no son escuchados lo suficiente son los y las jóvenes. Y, es que, es común que la juventud no sea tomada en serio debido a prejuicios generacionales, a pesar de que tienen mucho que aportar. Escuchar a la población adolescente es fundamental no sólo porque tienen visiones únicas del mundo que a menudo pasan desapercibidas -precisamente porque se les encasqueta en una imagen estereotipada- sino porque también enfrentan retos de generaciones pasadas a la vez que lidian con los de la suya propia. Hablar con la gente joven es como abrir una ventana a nuevas ideas y experiencias que pueden enriquecer nuestra forma de ver las cosas.

El uso de las redes sociales

Pero, en el caos de la vida actual, donde todo va a mil por hora y estamos siempre bombardeados con información, a veces nos podemos sentir sin un solo minuto para escuchar de verdad a los demás. ¿Has notado cómo un uso inadecuado de las redes sociales nos hace olvidar lo que significa tener una buena conversación cara a cara? Es como si el estrés del día a día nos alejara cada vez más de conectar de una forma auténtica con la gente que nos rodea, a pesar de estar siempre conectados. Y eso es una pena, ¿no crees? Porque al final del día, lo más valioso son esas conexiones reales que hacemos con los demás.

Te invito a imaginar a un joven rodeado de amigos virtuales, teniendo miles de seguidores en sus redes sociales y cuyo teléfono vibra sin parar de la cantidad de mensajes y comentarios que recibe. Pero aun así se siente solo. ¿Te suena familiar? Es como si cuanto más tiempo pasa inmerso en su pantalla, más vacío se siente por dentro. A veces, estar tan metidos en el mundo digital nos puede alejar del mundo real, ¿no crees? Y al final del día, nos damos cuenta de que ninguna cantidad de 'likes' o mensajes puede llenar esa soledad no deseada que sienten los jóvenes actualmente, convirtiéndolos en la generación que se siente más sola.

Es como si la tecnología les acercase a todo el mundo, pero les alejara de ellos mismos y de los que están a su alrededor, haciendo que la escucha sea algo que anhelan.

Aunque es muy común oír cómo se les llama frecuentemente “generación de cristal”, lo cierto es que si nos detenemos a escuchar lo que tienen que decir, descubriremos que la realidad con la que conviven también comprende desafíos. Pues, como antes comentábamos, la juventud de hoy se enfrenta a retos característicos de su tiempo, como pueden ser problemáticas sociales acentuadas, la digitalización, la crisis climática o la dificultad de emanciparse.

No se trata de una generación más frágil, sino de una generación más consciente. Una generación que se quiere hacer escuchar y expresarse de forma libre. Y, desgraciadamente, esta generación suele ver cómo su protesta es infantilizada y ridiculizada o en su defecto, criminalizada o tratada de histérica.

En la adolescencia y adultez temprana, hay obstáculos que superar. Y, en un país en el que el suicidio es la principal causa de muerte entre los jóvenes y adolescentes entre 12 y 29 años (Universidad Complutense de Madrid, 2023), es crucial atender a lo que nuevas generaciones nos tienen que decir. Sólo así podremos colaborar para crear un futuro mejor.

Como profesionales de la Psicología, hemos sido testigos de cómo la práctica de la escucha activa puede hacer maravillas en nuestras relaciones y en la forma en que vemos el mundo.

Al escuchar de verdad, mostramos respeto y empatía hacia los demás, pero ¿sabes qué? También damos la oportunidad de que se compartan esos sueños que a menudo se guardan en lo más profundo del corazón. Y aquí está el quid de la cuestión: ¡los sueños de los jóvenes son como tesoros esperando ser descubiertos! Al prestarles atención y tomarlos en serio, no solo les damos valor a sus aspiraciones, sino que también creamos un espacio donde esos sueños pueden florecer y convertirse en realidad. Es como sembrar semillas de esperanza y verlas crecer con cada palabra escuchada activamente.

Los sueños y las inquietudes de la población joven son como piezas clave en el rompecabezas de la vida, porque representan la frescura y la audacia que el mundo necesita para evolucionar. Piensa en todos esos sueños, desde querer cambiar el mundo hasta simplemente encontrar su lugar en él. Pero, ser joven presenta también dificultades, como el huracán de emociones que sufren. Gestionar todas esas emociones puede ser un verdadero desafío, es como estar en una montaña rusa de sentimientos. Y es por eso que escuchar a los jóvenes es tan importante. Porque en medio de todas esas emociones, ellos tienen deseos increíbles y una energía que puede impulsar cambios sorprendentes a nivel tanto individual como para la sociedad.

Así que prestemos nuestros oídos a sus aspiraciones y preocupaciones, porque son el motor de un futuro brillante que está por venir.

Valorar lo que nos cuentan

Pero escuchar de verdad no solo afecta a nuestros jóvenes, también tiene un impacto enorme en el mundo en general. Con tantas diferencias y divisiones, aprender a hacerlo se vuelve súper importante para construir una sociedad donde todos nos sintamos incluidos y respetados. En un lugar lleno de estrés y prisas, darse un tiempo para atender a lo que nos tiene que contar esa persona que tenemos a nuestro lado, vale mucho más que el oro. Démosle ese valor a las personas que nos rodean.

¿Qué pasará si vamos más allá de un “qué tal” cuando conversamos con alguien? Sería muy interesante ponerlo en práctica, ¿no crees?

Es cierto que a veces, nos cuesta mucho escuchar a quienes piensan diferente a nosotros. Nos aferramos a nuestras ideas y rechazamos cualquier cosa que las cuestione. Pero eso no nos lleva a ninguna parte. En cambio, ¿qué pasaría si nos abriéramos a escuchar a todos, incluso a aquellos que nos hacen sentir incómodos? ¡Imagina todo lo que podríamos aprender!

El Día de la Escucha nos da la oportunidad de pensar en eso. Nos invita a dejar de lado nuestros prejuicios y a abrirnos a escuchar todas las voces, incluso las que no estamos acostumbrados a escuchar. Darnos la oportunidad de descubrir que, aparte de “nuestro mundo”, hay muchos más planetas por descubrir, es algo que nos abrirá nuevos horizontes; nuevas perspectivas desde las que ver nuestra propia historia y comprender a un nivel más profundo los otros puntos de vista que no conocíamos. Nutrirnos de historias y sentimientos nos ayuda a crecer como personas.

Escuchar más y juzgar menos

Cuando nos comprometemos a escuchar activamente, no solo expandimos nuestra forma de pensar y mejoramos nuestras relaciones, sino que también ayudamos a construir un mundo donde cada voz importa y es valorada. ¡Es hora de escuchar más y juzgar menos!

En este Día de la Escucha, hagamos un compromiso consciente de cultivar la habilidad de escuchar activamente a quienes nos rodean, independientemente de nuestras diferencias y prejuicios. Es oportuno recordar lo que una vez dijo Carl Rogers, psicólogo que introdujo el concepto de escucha activa“Creemos que escuchamos, pero muy pocas veces escuchamos con comprensión real, con verdadera empatía. Sin embargo, escuchar, de esa forma tan especial, es una de las fuerzas más poderosas para el cambio que conozco.”

Añadir también que, al abrirnos a la experiencia de escuchar a los demás, no sólo fortalecemos nuestras relaciones y nuestra comprensión del mundo, sino que también contribuimos a la creación de un futuro más equitativo y justo para todas y todos. Y no solo

eso, sino dejar que nos escuchen también es muy importante. Recordemos que la comunicación es bidireccional y que practicarla en los dos sentidos será beneficioso para crear relaciones saludables en un ambiente de cercanía y confianza.

Entonces, ¿qué esperamos? ¡Pongamos en práctica esa escucha activa y demos espacio a todas las voces!

 

El suicidio es la primera causa de muerte en jóvenes y adolescentes entre 12 y 29 años 

Universidad Complutense de Madrid. (s. f.)

https://www.ucm.es/suicidio-primera-causa-de-muerte-en-jovenes

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