Paz Hurtado se abraza con Hussaini y su mujer. Foto: Ñito Salas /SUR
Elegir una noticia positiva cada semana para reflexionar sobre ella es un reto que mantiene este blog desde el 31 de mayo de 2014 que se publicó la primera con el objetivo de destacar comportamientos de personas o proyectos que promuevan valores como la entrega, generosidad o solidaridad. Cada fin de semana ponemos el foco en ellos para transmitir signos de esperanza aún en los momentos más duros. La pandemia nos ha traído dolor, sufrimiento e incertidumbre, pero también incontables muestras de solidaridad y construcción del bien común. Asimismo, los conflictos y guerras muestran lo peor, pero también lo mejor de los seres humanos. La noticia que traemos aquí este domingo de octubre comenzó a gestarse en agosto, cuando la población afgana veía como EE.UU se retiraba del país y los talibanes se preparaban para volver al poder con su cruel régimen de gobierno medieval. Ferozzudin Hussaini, de 35 años, envió un mensaje de WhatsApp pidiendo ayuda a la malagueña Paz Hurtado. Esta dirige una empresa de exportación de aceitunas de mesa y el afgano ha trabajado como importador y distribuidor en esa zona de Asia. Solo se conocían personalmente por participar en dos reuniones comerciales. Hussaini le pidió ayuda a Paz para salir del país con su familia y ella se puso en marcha para buscar esa salida. Después de numerosas gestiones, esta semana el joven afgano ha aterrizado en el aeropuerto de Málaga acompañado por su mujer, sus dos hijos y su hermana. Comienzan una nueva vida en paz y lejos del miedo que los talibanes están implantando cada día a la población y especialmente a las mujeres. La empatía y entrega de Paz Hurtado tras la llamada de socorro de Hussaini lo ha hecho posible. Los dos sellaron la liberación del afgano y su familia con un fuerte abrazo.
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