“Así como hay un arte de bien hablar, existe un arte de bien escuchar”.
Epicteto
Isabel Gómez López
MBA. Experta en RRHH
Life, Executive & Business Coach
www.exitoenfemenino.com
10 consejos para saber escuchar: Imagina que estás contando a un amigo algo que te ocurrió, mientras avanzas en el relato notas como la vista se le va a hacia el horizonte, dedica una mirada furtiva a su movil, luego empieza a arreglarse una uña…. Está claro, no te está escuchando. ¿Te ha ocurrido alguna vez? Muchas personas confunden escuchar con esperar su turno para hablar, en estos casos, la conversación se convierte en un cruce de monólogos sin utilidad alguna. Vamos a identificar los elementos que, con mayor frecuencia, dificultan la escucha y la comunicación efectiva.
Seis obstáculos que impiden la escucha activa
Escucha selectiva: en cuanto alguien descubre que su interlocutor tiene opiniones diferentes a las suyas o intereses no afines, desconecta. Cualquier señal basta para descalificar el discurso del otro: diferencias culturales, políticas, otros puntos de vista…
El adivino: el oyente predice lo que el hablante va a decir, lo interrumpe constantemente con sus conclusiones o para exponerle sus puntos de vista, porque, en el fondo, considera que no va a escuchar nada nuevo.
En Babia: el que escucha mira atentamente al que habla, pero su mente está muy muy lejos…. en el país de Babia concretamente.
El intermitente: cuando detecta que la exposición de su interlocutor no es tan interesante como esperaba, desconecta y escucha solo a ratos, intentando seguir el hilo argumental.
El inconstante: plantea preguntas a su interlocutor para animarlo a hablar, pero en cuanto empieza, lo corta para iniciar su propia disertación.
Escuchar bien es difícil, requiere un gran esfuerzo consciente y es un acto de generosidad, aunque tiene muchos beneficios, uno de ellos, que nos escuchen a nosotros. Sigue leyendo y te diré como mejorar tu nivel de escucha.
¿Qué hacer para escuchar más activamente?
1. Muéstrate abierto al diálogo. Una actitud abierta y el dejar a un lado tus intereses por un rato harán que tu interlocutor se sienta invitado a conectar contigo.
2. No te distraigas. No permitas que tu mente vague de un tema a otro. Concéntrate en la conversación y mantén contacto visual permanente con quien está hablando.
3. Vacíate de prejuicios y creencias. Recuerda que todo el mundo tiene derecho a comunicarse y a expresar sus puntos de vista. Evita juzgar a los demás. Mantente atento al contenido y evita utilizar palabras que puedan molestar.
4. Practica la escucha emocional.
Escucha y mira directamente a tu interlocutor, fíjate en las emociones que acompañan a las palabras. ¿Sonríe?, ¿cómo es su respiración?, ¿y su tono de voz?
5. Da feedback. Asiente de vez en cuando y parafrasea. Repetir alguna parte de la exposición, como pie para que la persona se apoye en ella y profundice. También es útil realizar pequeños resúmenes para asegurarnos de que estamos entendiendo bien, nuestro interlocutor lo percibirá como una muestra de interés.
6. Atención al lenguaje no verbal. En ocasiones lo que tu interlocutor no dice resulta más importante que lo que sí expresa. Mantente atento a sus silencios, cambios de entonación, expresión facial, postura corporal… ¿contradicen su discurso? La comunicación no verbal se realiza de forma inconsciente, si no está sintonizada con la verbal, pregúntate qué está pasando.
7. Evita interrumpir. Es muy frustrante para alguien que está expresando algo importante verse interrumpido constante por una persona que termina sus frases, cambia de tema, o emite opiniones precipitadamente. Un buen oyente debe ser paciente.
8. No des consejos. Ni minimices lo que te están contado o respondas con frases hechas. Simplemente escucha, averigua la intención con la que tu interlocutor te ha contado algo y pregúntale en qué puedes ayudarlo. Tal vez necesite que simplemente lo escuches, o le gustaría tener tu opinión, o recibir alguna sugerencia. Te lo dirá.
9. Valora a tu interlocutor. Con simplemente escuchar harás que tu interlocutor se sienta valorado y mejore su autoestima, a cambio está depositando en ti su confianza y, si tienes paciencia, es posible que aprendas algo o escuches alguna anécdota divertida o útil.
10. Concentración relajada. Si quieres ser un buen oyente y un buen conversador, olvídate de ti mismo y céntrate en tu interlocutor. Cede el protagonismo del momento a la persona que has decido escuchar y permítete fluir con la conversación.
De estas ideas, ¿cuáles tu gustaría aplicar?
Recuerda que eres dueño de tu vida. Convierte tu libertad en valor.
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