José Portillo, orientador del Teléfono de la Esperanza, impartió el pasado jueves la siguiente conferencia en nuestra sede con motivo del Día de la Escucha, dedicada este año a la escucha de los personas en exclusión social.
Definición de pobreza
Llamamos
pobreza al desprendimiento de bienes materiales no indispensables para vivir
dignamente de ciertos seguidores de diferentes caminos espirituales, y al hecho
de no poder satisfacer las necesidades físicas y psíquicas consideradas básicas
para poder vivir dignamente. Recursos necesarios para vivir dignamente, son: la
alimentación, la vivienda, la asistencia sanitaria, la educación, el agua
potable y la electricidad. La carencia de trabajo y consiguientemente de medios
económicos impide conseguir dichos recursos. El desempleo y la carencia parcial
o total de ingresos tiene como consecuencias la marginación, la exclusión y la
segregación de los pobres. Según el premio nobel Amartya Sen, quien se inspiró
en la Filosofía de Aristóteles, ser pobre no consiste tanto en carecer de
dinero y bienes suficientes, como en la incapacidad para alcanzar la
realización vital. Desde este punto de vista, la carencia de valores también
constituye parte esencial de la pobreza humana.
Tipos de
pobreza
Pobreza
material. La pobreza material se da en los países que presentan los índices de
exclusión social más bajos. En tales países es bajo el índice de escolaridad, y
entre sus habitantes destacan las desigualdades laborales y económicas. La
carencia de medios para vivir dignamente aumenta la violencia social.
Pobreza
rural. La pobreza rural se produce cuando la mejora económica es desigual en
las zonas rurales y en las zonas urbanas.
Pobreza
urbana. La pobreza urbana se da en las ciudades en las que existe un flujo
constante de emigración campo-ciudad. Las ciudades se fragmentan cuando los
emigrantes son perceptores de sueldos más bajos que los habitantes de las
mismas.
Pobreza
social. La pobreza social se mide teniendo en cuenta los auxilios que reciben
las personas con bajos recursos dentro de una sociedad. En este caso, se
considera que ser pobre consiste en pertenecer a una categoría dentro de un
conjunto de personas.
Pobreza
infantil. La desigualdad social suele generar pobreza infantil, y sus efectos
se imponen desde las edades más tempranas vitales. La pobreza infantil afecta
el crecimiento, la salud y el desarrollo cognitivo, emocional y conductual de
los niños.
Pobreza
relativa. La pobreza relativa se da en los países en que la precariedad sólo
afecta a parte de los mismos, en las que no se han adoptado las medidas
adecuadas para combatir las carencias. Quienes la padecen pueden alimentarse,
pero no son perceptores de servicios sociales.
Pobreza
absoluta. Para que el estado de pobreza se considere absoluto, la línea de
pobreza tiene que ser la misma para uno o varios países, sin importar su nivel
cultural ni su desarrollo tecnológico.
Pobreza
estructural. La pobreza estructural afecta las condiciones vitales de un
conjunto de personas que forman parte de una sociedad, en la que existen
estratos sociales desiguales. A modo de ejemplo, unos tienen derecho a ser
perceptores de la seguridad social, y otros no.
Pobreza
extrema. La pobreza extrema se refiere al estado de pobreza más bajo, e incluye
a quienes no pueden costearse los alimentos que necesitan en un tiempo
determinado ni son perceptores de servicios sociales.
Sentimiento
de pobreza. El sentimiento de pobreza es consecuente de la frustración de
quienes se comparan a la baja con quienes tienen más riquezas que ellos, y
desvalorizan sus capacidades y los medios con que cuentan para salir adelante.
Karl Marx dijo: "Sea grande o pequeña una casa, mientras las que la rodean
son también pequeñas cumple todas las exigencias sociales de una vivienda,
pero, si junto a una casa pequeña surge un palacio, la hasta que entonces era
casa se encoge hasta quedar convertida en una choza y por mucho que, en el
transcurso de la civilización, su casa gane en altura, si el palacio vecino
sigue creciendo en la misma o incluso en mayor proporción, el habitante de la
casa relativamente pequeña se irá sintiendo cada vez más desazonado, más
descontento, más agobiado entre sus cuatro paredes."
Datos
sobre la pobreza
Según la
web de Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU:
- 100.000 personas mueren de hambre todos los días
- Cada 5 segundos un niño menor de 10 años muere de hambre
- 1.000 millones de personas viven bajo el umbral de la pobreza extrema, de las cuales el setenta por ciento son mujeres
- Más de 800 millones de personas no tienen acceso a agua potable
- 1.000 millones de personas carecen de vivienda digna
- 795 millones de personas están mal nutridas según el Banco Mundial de Alimentos, de las que 200 millones son niños menores de cinco años. Según el Banco Mundial de Alimentos, la cifra de malnutridos pasaría a ser de 645 millones, si las mujeres accedieran a l a agricultura
- 2000 millones de personas padecen anemia por falta de hierro
- 880 millones de personas carecen de acceso a servicios básicos de salud
- 2000 millones de personas no tienen acceso a medicamentos esenciales
- 66 millones de niños escolarizados pasan hambre
- 68 de personas se han desplazado huyendo de la violencia, las persecuciones, las guerras, su orientación sexual o la pobreza
- Según Cáritas España, 13% de españoles trabajadores no pueden cubrir sus necesidades básicas por la precariedad de su trabajo
- El Instituto Nacional de Estadística registra que cuatro millones de personas se sienten solas en España, pues, aunque muchas no viven solas, se sienten aisladas.
Definición
de aporofobia
Según la
filósofa y catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universitat de
Valencia Adela Cortina, quien también es miembro de la Real Academia de
Ciencias Morales y Políticas, la palabra aporofobia viene del griego aporos
(sin recursos) y aforos (temor, pánico). Llamamos aporofobia al miedo, a la
aversión o al rechazo a los pobres. No pocos sienten miedo porque cada año
aumenta el número de africanos, asiáticos y sudamericanos que vienen a nuestro
país, los cuales serán perceptores de servicios pagados con el dinero recaudado
por los impuestos de los trabajadores, lo cual les hace temer la posibilidad de
dejar de ser perceptores de servicios que tienen en la actualidad, tales como
prestaciones del seguro social. Los inmigrantes y refugiados no son
despreciados por ser extranjeros, sino por ser pobres.
Los pobres
nativos de nuestro país también son víctimas de la aporofobia, porque la crisis
económica nos ha hecho ver que la gran mayoría de trabajadores pueden perder su
fuente de ingresos en cualquier momento. El 47% por ciento de
carentes de hogar de nuestro país han sido víctimas de delitos de odio.
Los defensores de la aporofobia afirman que los pobres se hacen a sí mismos, y que son culpables de las situaciones de miseria que los caracterizan. No reconocer que la pobreza proviene de la estructuración social, significa que los pobres son percibidos como una amenaza, por lo que, al perder la empatía respecto de los mismos quienes se dejan guiar por el miedo, se ven abocados a ignorarlos y a perseguirlos. Según el Ministerio del Interior, la aporofobia es un delito de odio, y el odio a los pobres se puede debilitar reforzando el discurso de la igualdad y del respeto a los derechos económicos y sociales, lo cual es el fundamento del estado del bienestar, que ha de eliminar las desigualdades, promoviendo la educación en el respeto a quienes son diferentes y la solidaridad.
Para no
despreciar a quienes son diferentes a nosotros, necesitamos educarnos para ser
tolerantes, para defender la igualdad y la equidad, ya que todos tenemos
deberes y derechos, independientemente de las diferencias que nos caracterizan.
Definición
de tolerancia
Llamamos
tolerancia al respeto a los demás. La tolerancia nos impulsa a aceptar a
quienes son diferentes a nosotros, y por consiguiente también nos ayuda a
trabajar para que las diferencias que nos separan, en lugar de ser vistas como
creadoras de conflictos, sean percibidas como fuentes de riqueza común. La
tolerancia se opone al etnocentrismo, que nos hace percibirnos como superiores
a quienes tienen una cultura y una manera de ser diferente a la nuestra, por lo
que nos hace prejuiciosos. Lo contrario al etnocentrismo es el relativismo
cultural, mediante el que aprendemos a valorar todas las culturas, con la
excepción del alcance de los límites de la tolerancia, consistentes en la
intolerancia y en tolerar lo intolerable, ya que todos los comportamientos no
pueden ser aceptados a priori.
Protágoras,
un conocido sofista nacido el año 490 antes de Cristo, dijo: "El hombre es
la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son, y de las que no
son, en cuanto que no son." Según los sofistas, cada persona es
propietaria de su verdad. El relativismo defendido por los sofistas, fue visto
por Platón en muchas ocasiones como escepticismo. Somos iguales en cuanto que
somos diferentes, y podemos esforzarnos para conseguir que nos vincule más lo
que nos une, y para que nuestras diferencias no dificulten las relaciones que
tenemos y podemos tener en el futuro.
1. En los siguientes enlaces se puede leer información
sobre los diferentes tipos de pobreza existente.
2. En los enlaces de El País hay información
sobre la aporofobia.
3. Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU
4. Datos del hambre | WFP | Programa Mundial de
Alimentos Luchando contra el hambre en el mundo
5. Manuel Muñoz Eras. ‘Inteligencia emocional y
pensamiento positivo. Guía de uso cotidiano’. Libro Hobby Club, 2008.
6. Karl Marx (1957). ‘Trabajo asalariado y capital’.
Moscú: Ediciones Progreso.
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