sábado, 24 de febrero de 2018

CON OTRAS GAFAS / Voluntarios del Teléfono de la Esperanza se forman en logoterapia




Setenta personas voluntarias del Teléfono de la Esperanza se reunieron los días 9, 10 y 11 de febrero en la casa de las Hermanas  Oblatas de Ciempozuelos para continuar con su formación permanente. Llegados desde los centros de Castilla-León, Madrid, Murcia, Castilla- La Mancha, Londres, Zúrich, Asturias, Aragón y Andalucia y dirigidos por los profesionales de Asociación Española de Logoterapia  participaron activamente en el curso: 
"Introducción a la logoterapia y al análisis existencial de Viktor Frankl". 
Frankl fue un neurólogo y psiquiatra austriaco, fundador de la logoterapia. Sobrevivió desde 1942 hasta 1945 en los campos de concentración nazis Auschwitz y Dachau
A partir de esa experiencia, escribió el libro 'El hombre en busca de sentido'. En esta obra expone que, incluso en las condiciones más extremas de deshumanización y sufrimiento, el individuo puede encontrar una razón para vivir, basada en su dimensión espiritual. Esta reflexión le sirvió para confirmar y terminar de desarrollar la logoterapia, considerada la Tercera Escuela Vienesa de Psicología, después del psicoanálisis de Sigmund Freud y de la psicología individual de Alfred Adler

Las voluntarios del Teléfono de la Esperanza reciben al año más de cien mil llamadas de personas en situación de crisis. La depresión, el suicidio, los conflictos familiares, las relaciones de pareja, la soledad, los problemas psicológicos y psiquiátricos, las dificultades económicas o la falta de sentido existencia son las temáticas más recurrentes de dichas llamadas. Atender con calidad a estas personas por  teléfono o presencialmente, exige un alto grado de preparación. Este es el motivo que, junta una formación inicial seria y rigurosa, el personal voluntario del Teléfono de la Esperanza este en un proceso continuo de formación.

Queremos agradecer a las Hermanas Oblatas su cálida acogida en la casa de retiro de Ciempozuelos, un espacio ideal para abrir procesos de reflexión personal y diálogo. Siempre que nos reunimos allí nos sentimos como en nuestra casa y admiramos la cercanía y calidad humana de las Hermanas Oblatas. Igualmente,  agradecemos, desde estas líneas, la ayuda de la Asociación Española de Logoterapia cuyos profesionales nos han acompañado con su saber en este nuevo proceso formativo.


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