martes, 29 de agosto de 2017

Violencia de género: claves para detectarla y qué hacer para salir de ella



Victoria Souviron
Psicóloga voluntaria en el Teléfono de la Esperanza

En lo que va de año 36 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o ex parejas. Además, 18 menores han quedado huérfanos. La violencia de género constituye una lacra social que lejos de detenerse, avanza de manera preocupante. Prueba de ello es el Pacto de Estado alcanzado recientemente por todos los partidos políticos con el objetivo de frenar un horror que afecta en sus múltiples caras, y muchas veces de manera silenciosa, a miles de mujeres en España.
Mientras los poderes públicos toman medidas, es necesario que la sociedad y en especial las mujeres que están en riesgo conozcan a fondo cuáles son los mecanismos y señales de alerta de este fenómeno machista que pretende someter y dominar a la mujer en muchos casos hasta la muerte, para así actuar de la manera más eficaz posible. En este artículo vamos a hacer un recorrido por el complicado laberinto del maltrato a la mujer para aprender a detectarlo y saber cómo actuar en caso de estar sufriéndolo.

¿Cómo detectar si estás siendo víctima de malos tratos?
Antes de la primera bofetada, la violencia contra la mujer se va gestando en el seno de la relación de forma lenta pero peligrosamente firme. La mayoría de las víctimas de malos tratos no reconocen lo que les está pasando hasta que éstos son ya una manifestación clara de agresión física.
Sin embargo, desde mucho antes de que se produzca el primer golpe existen señales claras de que se está produciendo violencia machista. Si no se para a tiempo alejándose del maltratador, las agresiones llegarán también tarde o temprano. Estas son algunas de las señales que indican un claro riesgo:

Te amenaza, te insulta y te desprecia: Frases como “no vales para nada”, “eres una inútil”, “nadie te va a querer más que yo” o “cómo hagas esto, te enteras” son algunos de los ejemplos de humillación y falta de respeto que indican maltrato psicológico, antesala del maltrato físico.

Destroza tus pertenencias personales: Romper cosas tuyas o de la vivienda, hacerle daño a las mascotas, perder a propósito tus pertenencias o tirarlas a la basura es otro de los signos de violencia machista.

Te aísla de tu familia y de tu entorno social: Criticar constantemente a tus amigos y a tu familia, impedir que vayas con ellos o poner siempre excusas para que no acudáis a eventos familiares y sociales hasta que te veas alejada de ellos es también un importante signo de alerta.

Te controla la forma de vestir y el dinero que gastas: El control sobre tu imagen (peso, vestido, maquillaje, peinado, etc…) y sobre tu economía es una clara maniobra de sometimiento y control machista.

Te obliga a prácticas sexuales que no son de tu agrado: No te deja negarte a mantener relaciones sexuales aunque no te apetezca o tienes que hacer lo que él te pide en la intimidad, porque de lo contrario te castiga con reproches o con el silencio.
La mujer que está sufriendo alguna de las situaciones descritas puede y debe denunciar a su agresor para que la Justicia la ampare. No es necesario que haya violencia física para ir a la policía o al juzgado. La denuncia es una garantía de protección. Para muchas mujeres es difícil denunciar a sus parejas porque le tienen miedo o lástima, pero es importante hacerlo para evitar males mayores. Y, en cualquier caso, de romper la relación cuanto antes de forma definitiva y sin contacto con él.

¿Cuándo suele darse el salto a la violencia física?
Por lo general, el agresor pasa a la violencia física cuando la pareja ha creado unos lazos difíciles de romper de un día para otro. Existen numerosos estudios que indican que la primera patada o el primer golpe llegan después de iniciarse la convivencia en común, tras el matrimonio, con el embarazo o al nacer el primer hijo, de ahí la importancia de no comprometerse con un hombre que ha dado señales previas de maltrato psicológico.
A partir de ahí, se inicia un círculo vicioso que consta generalmente de tres fases. La fase de tensión en la que la crispación va en aumento, la explosión de la violencia, en la que se produce la agresión, y finalmente, la etapa conocida como “luna de miel”, en la que el agresor pide perdón, promete que va a cambiar y hace algunas manifestaciones falsas de amor, para a continuación volver a la etapa de tensión y repetir el ciclo una y otra vez, llevándose por delante la autoestima de la mujer hasta dejarla psicológicamente hundida, sumida en el miedo y emocionalmente muy debilitada, con sentimientos de culpa e inutilidad.

Falsos mitos de la violencia de género
Llegados a este punto, es necesario desmontar algunos de los mitos construidos alrededor de la violencia de género y que sirven de argumento a muchas mujeres para no abandonar a sus parejas y/o denunciarlas a pesar de sufrir malos tratos:

Él me quiere, pero es que a veces pierde los papeles. Esto es un completo error. El agresor no ama a su mujer, sólo pretende dominarla y someterla, porque la considera un ser inferior de su propiedad.

Va a cambiar. Por mucho que prometa una y otra vez que no va a volver a ocurrir, el círculo del maltrato se repetirá. Las promesas de cambio son estrategias para seguir teniendo sometida y engañada a la mujer.

No lo dejo por mis hijos. Los menores que viven en una familia en la que hay malos tratos también son víctimas de ellos, sufren situaciones traumáticas que dejan profundas secuelas psicológicas y es muy posible que en el futuro repitan pautas de conductas que aprendieron en la infancia y se conviertan en maltratadores o maltratadas.

¿Qué pasos hay que dar para salir de la situación?
Compartir lo que se está viviendo con alguien de máxima confianza. Es importante expresar el problema a algún familiar o amigo para que te apoye y te acompañe en el proceso de ruptura y recuperación psicológica.
Acudir a las instituciones públicas que se dedican a trabajar la violencia de género. Desde allí guiarán a la mujer en todo el camino que debe recorrer. Existen múltiples canales: teléfono, internet o atención presencial en tu ayuntamiento, comunidad autónoma y gobierno central.
Denunciar al agresor ante la policía o el juzgado para obtener una orden de alejamiento y estar protegida en caso de que se acerque. En muchas ocasiones, la mujer perdona al agresor y retira la denuncia, lo que entraña un claro riesgo para su integridad física y psíquica, ya que el nivel de violencia, lejos de disminuir, suele aumentar con el consiguiente peligro para la víctima.
Tomar medidas de autoprotección para ti y tus hijos. Lleva siempre un teléfono móvil contigo y vincula los teléfonos de emergencia (112, 091 y 062) a una tecla de marcación rápida. Toma medidas de seguridad en casa y en la calle. No vayas por sitios poco iluminados o transitados y evita todo tipo de contacto con el agresor por cualquier medio o canal.

¿Dónde acudir en busca de información y ayuda para romper con el maltrato?
Existen numerosos recursos para las víctimas de violencia de género a nivel estatal, autonómico y municipal, donde te asesorarán en todos los aspectos: legales, económicos, psicológicos y sociales.

Teléfonos 24 horas al día, 365 días al año:
016 (Ministerio de Igualdad, Servicios Sociales e Igualdad)
900 200 999 (Instituto Andaluz de la Mujer)
010 (Servicios Sociales y de Igualdad Ayuntamiento de Málaga)
Teléfono de la Esperanza: 952 26 15 00

Webs:


App LIBRES (Aplicación móvil para sistemas Android y IOS para las mujeres que sufren violencia de género o su entorno)




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