El 8 de mayo es el Día Mundial de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, la versión en los países árabes de una de las mayores redes de ayuda humanitaria que trabaja en el planeta. Nada menos que 13 millones de voluntarios y profesionales dan apoyo, atención y asistencia de muchos tipos a millones de personas en 187 países. Estamos acostumbrados a ver a sus voluntarios en las playas o los rescates humanitarios en el mar, pero la labor de esta gran ONG se extiende por todos los sectores sociales más precarios y sufrientes. Están asistiendo a las víctimas del terremoto de Nepal y a las familias sirias que huyen de la larga guerra que azota a su país. En España, por destacar algo representativo de su ingente labor, hacen que la vida diaria sea menos dura a cientos de miles de ancianos que viven solos, mujeres inmigrantes, maltratadas y niños en familias en riesgo de exclusión. Su conocimiento sobre el terreno de los problemas más graves de la sociedad les lleva a tener información de primera mano de hasta donde llega la vulnerabilidad de las personas cuando viven con ingresos precarios o inexistentes y sin el apoyo de redes familiares. El pasado mes de marzo, su boletín sobre Vulnerabilidad Social nos conmovió con la noticia de que Tres de cada cuatro mujeres atendidas por Cruz Roja viven en hogares de pobreza extrema, y todo ello a pesar de que un tercio de ellas trabaja.
Los voluntarios de Cruz Roja son un bálsamo, un canal de transmisión de esperanza para todas estas personas que van quedando al margen de la sociedad. Auténticos samaritanos que les llevan la buena noticia de que son válidas, valiosas y tienen dignidad.
Programa de radio: Cruz Roja en RNE
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