martes, 8 de julio de 2014

Un cauce para la vocación de ayuda



El pasado mes de junio un grupo de nueve alumnos de 5º de Psicología acabó su periodo de prácticas en el Teléfono de la Esperanza que habían iniciado en octubre. Durante esa etapa, estuvieron coordinados por nuestra compañera Ana Manrique, que les ayudó a realizar la memoria del practicum y les orientó a elaborar sus informes clínicos sobre dos casos reales. Cada semana tuvieron una sesión de trabajo en la que fueron analizando y programando sus tareas y la participación en diversos cursos y talleres de la asociación. Además, Ana Manrique les impartió charlas sobre cuestiones como el suicidio, las crisis vivenciales, trastornos alimentarios, el alcoholismo, los niños o la anorexia, entre otras. 
Cuatro de estos alumnos nos han contado sus experiencias e impresiones sobre su paso por el Teléfono de la Esperanza. Estos son sus testimonios.

Teresa Chamizo. Esta alumna ha aprovechado intensamente los meses de prácticas, participando en el curso 'Conocimiento de sí Mismo', el seminario Orientación por Teléfono, Entre Amigos, el taller de Bioenergética y en coescucha de las personas que llaman pidiendo ayuda. "Me ha sorprendido la formación que se da para cualquier persona en los talleres y la que se da para ser voluntario. No creo que haya esta formación en otras asociaciones".
Teresa se detiene especialmente en el Taller de Bioenergética, "del que había oído hablar mucho" y valora el hecho de que "se tocaran temas como el amor, la muerte y las emociones que con los ejercicios de respiración ayudan a un autoconocimiento mejor".
También menciona el curso 'Conocimiento de sí Mismo'. "Fue muy enriquecedor y el trato muy humano. Todos tenemos cosas como en un saco que, las vamos organizando y dando un valor. A mi me interesaba la parte de la expresividad y se trabajó mucho. Cada uno puso en común cosas sobre sus emociones y sentimientos y otras personas que te veían desde fuera te ayudaban a nivel personal".
Teresa se plantea ahora preparar el PIR.



Andrés Espinosa. "He llegado a mi sitio". Así de claro se expresó Andrés Espinosa, una persona que, por razones de fuertes cambios vitales, vivió la Psicología a través de tendencias y experiencias alternativas entre 2001 y 2009. En los últimos cinco años ha estudiado la carrera y, finalmente, como un barco que encuentra su puerto, amarra en el Teléfono de la Esperanza. "Me dediqué mucho tiempo al crecimiento personal, luego he estudiado Psicología y he puesto forma, contenido y orden a las cosas". A  lo largo del último año, Andrés ha hecho todo el itinerario para pasar consulta, atender el teléfono y coordinar los cursos de Conocimiento de sí Mismo y Crecimiento Personal. "Los talleres de otros sitios los haces y ya está, pero aquí los talleres siguen una teoría, vivencias y seguimiento".  Andrés ha recibido ayuda en el Teléfono de la Esperanza, se ha formado y está preparado para dar ayuda a los demás.

Carolina Ruiz. Durante los meses de prácticas ha hecho el curso 'Educadores Hoy' y coescucha junto a los orientadores que atienden el teléfono. Esta experiencia la considera "superinteresante" porque es "la mejor forma de aprender". Recuerda que en las sesiones de coescucha tuvo acceso a diversos casos de personas que sufrían soledad, incomunicación y eso provocaba que "no se sintieran capaces de abordar sus problemas". Entre las llamantes, abundaron las mujeres y, entre ellas, varias que se veían desbordadas por tener que atender a sus madres mayores. Carolina comprobó como algunas personas afrontaban sus problemas tras la charla con los orientadores y otras fueron derivadas a consultas con los psicólogos y abogados, en el caso de las que plantearon problemas legales. También le tocó atender personalmente a algunos llamantes y se muestra satisfecha porque logró trasladarles "un hilo de esperanza, un poquito de luz y acabaron muy contentos". Carolina quiere dedicarse a la Psicología Clínica.

Noelia Pérez. A esta joven psicóloga malagueña le habían "hablado muy bien" del Teléfono de la Esperanza, pero fue toda una sorpresa para ella descubrir que en la sede de Málaga "no solo se coge el teléfono", sino que se hacen muchas más actividades. Su participación en la coescucha, Entre Amigos y los cursos 'Relación de ayuda' y 'Educadores hoy' le mostró una parte importante de esas actividades. Cuando participó en la escucha de los llamantes, le llamó la atención que "a algunas personas no se les entendía bien lo que hablaban por su medicación" y también que varias personas que llamaron dijeron que eran bipolares. Le gustó mucho el curso 'Educadores hoy' por su enfoque de las relaciones familiares y le sirvió para aprender. Noelia tuvo que afrontar dos casos reales de personas en crisis que llamaron al teléfono solicitando orientación y les marcó las pautas necesarias para hacer frente a las situaciones que les hacían sufrir.





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