En el pórtico de la Navidad deseo haceros llegar a todos cuantos, de una u otra manera, nos prestáis vuestra ayuda y, con especial afecto, a todos los Voluntarios del Teléfono de la Esperanza, mi más sincera y afectuosa felicitación navideña.
La Navidad, pese a las presiones consumistas que parecen extremarse en estas fechas, sigue siendo para los hombres de buena voluntad, sean creyentes o no lo sean, una amable invitación hacia la Bondad y hacia el Bien. Por eso os quiero desear a todos que abráis las puertas de vuestros hogares al espíritu cordial de la Navidad que encarna la figura de un Niño que nació en medio de la más absoluta y conmovedora sencillez, y nos legó el más hermoso mensaje de fraternidad y de solidaridad. Una solidaridad que ojalá nos impulse a compartir nuestros bienes o nuestro tiempo con los marginados, con quienes se sienten solos, con quienes padecen con más virulencia los zarpazos de todo tipo de crisis, con quienes nunca sienten, ni siquiera en estos días, el calor de una familia, con todos aquellos, en fin, que, sobre todo en estas fechas, añoran ausencias o lloran la pérdida de sus seres queridos...
Que a lo largo del año que pronto estrenaremos no se apague en ningún momento en nuestro corazón la luz de la Esperanza y no nos falte el coraje ni la generosidad para tender nuestras manos a quienes se aproximen a nosotros en demanda de ayuda.
¡Feliz Navidad y venturoso año 2011!
Cordialmente, Jesús Madrid Soriano, presidente de la Asociación Internacional del Teléfono de la Esperanza
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