El próximo 7 de diciembre, en Copenhague, los líderes mundiales se reunirán para renovar el Tratado de Kyoto sobre emisiones contaminantes y otras medidas para frenar las consecuencias que puede traer al planeta el cambio climático del que ya hay evidencias científicas. Con el ‘Día de la Escucha ’ aún cercano en el tiempo, he querido rescatar la voz y el mensaje del conocido teólogo y profesor de ecología brasileño, Leonardo Boff, que hace un llamamiento por un modo de vida sostenible basado en la Carta de la Tierra de la ONU. El 13 de noviembre pasado habló en el Club de Opinión del diario ‘Información’ de Alicante, en un acto organizado por el Teléfono de la Esperanza de esa ciudad y presentado por Jesús Madrid, presidente de ASITES (Asociación Internacional del Teléfono de la Esperanza ). Transcribo aquí la entrevista de los compañeros Jordi Navas y Pilar Cortés del periódico levantino con las sabias palabras de Boff ante un auditorio a rebosar.
"El pesimismo se tronca en esperanza porque el dolor que se avecina es más el de un parto que el de un cáncer"
"Lo que se ve es una visión de lo invisible". Esta frase, inscrita en el mural de José María Subirach en el aeropuerto, es lo primero que Leonardo Boff se ha encontrado a su llegada a Alicante. Y no le ha dejado indiferente. Para el teólogo brasileño, profesor de ética, religión y ecología en la Universidad de Río de Janeiro, a la invisibilidad del 95 por ciento del universo, que es materia oscura, y del 95 por ciento de los seres vivos, que son microorganismos, se suma la ceguera del hombre, "que no capta ni lo visible".
Lo visible es el calentamiento global y la explotación desaforada de los recursos de la tierra que, en opinión del padre de la Teología de la Liberación , colocan a la humanidad ante una disyuntiva dramática: "O cambiamos o morimos". Esta es la advertencia que planteó ayer en el Club INFORMACION, donde presentó la conferencia "La Carta de la Tierra , un modo de vida sostenible", dentro de los actos programados con motivo del "Día de la escucha".
- ¿Qué relación hay entre la crisis económica y el cambio climático? El hombre actual va al encuentro de mucho sufrimiento, pero es un sufrimiento que nos va a hacer cambiar. La crisis se sitúa ahora en los bordes del sistema, pero pronto llegará al régimen del trabajo, a la escasez de agua potable, a eventos extremos que harán que la humanidad se una.
- Su mensaje es pesimista... Como dice Saramago, hay que ser pesimista porque la realidad es pésima. Hay 105 millones de agentes químicos que están en el proceso productivo y que se terminan acumulando en la tierra o en el cuerpo humano. Estamos asistiendo a fenómenos climáticos extremos y a un clima perturbado. Pero cabe la esperanza, porque el dolor que amenaza a la humanidad es más el de un parto que el de un cáncer. Lo nuevo se está destapando.
- ¿Cuál es la vía a seguir para revertir la situación? Para cambiar la tendencia hay que recurrir a la visibilidad que dan los foros sociales mundiales y a la creación de redes articuladas, porque todos somos eco-interdependientes. En América Latina, se está planteando una dimensión espiritual basada en el derecho de la naturaleza y en el bienestar entendido más como equilibrio que como riqueza.
- ¿Qué papel va a jugar el G-20? Obama ha aportado una visión multipolar, pero no podemos esperar nada del G-20, que se reúne para salvar al sistema y volver a lo mismo de antes. La esperanza de futuro se apoya en un pacto social mundial basado en principios de transparencia y solidaridad.
- ¿Cómo ve el caso de España?
- ¿Qué relación hay entre la crisis económica y el cambio climático? El hombre actual va al encuentro de mucho sufrimiento, pero es un sufrimiento que nos va a hacer cambiar. La crisis se sitúa ahora en los bordes del sistema, pero pronto llegará al régimen del trabajo, a la escasez de agua potable, a eventos extremos que harán que la humanidad se una.
- Su mensaje es pesimista... Como dice Saramago, hay que ser pesimista porque la realidad es pésima. Hay 105 millones de agentes químicos que están en el proceso productivo y que se terminan acumulando en la tierra o en el cuerpo humano. Estamos asistiendo a fenómenos climáticos extremos y a un clima perturbado. Pero cabe la esperanza, porque el dolor que amenaza a la humanidad es más el de un parto que el de un cáncer. Lo nuevo se está destapando.
- ¿Cuál es la vía a seguir para revertir la situación? Para cambiar la tendencia hay que recurrir a la visibilidad que dan los foros sociales mundiales y a la creación de redes articuladas, porque todos somos eco-interdependientes. En América Latina, se está planteando una dimensión espiritual basada en el derecho de la naturaleza y en el bienestar entendido más como equilibrio que como riqueza.
- ¿Qué papel va a jugar el G-20? Obama ha aportado una visión multipolar, pero no podemos esperar nada del G-20, que se reúne para salvar al sistema y volver a lo mismo de antes. La esperanza de futuro se apoya en un pacto social mundial basado en principios de transparencia y solidaridad.
- ¿Cómo ve el caso de España?
Ayer tuve una reunión con 50 grandes empresarios en Madrid. Estos empresarios se han dado cuenta de que hay que evitar el colapso y, por ello, están con un pie en el sistema, pero con el otro en un modelo diferente, que presta atención a la eficiencia energética y a la innovación.
- ¿Qué espera de la próxima Cumbre de Copenhague ? Es una de las citas más importantes de la historia de la humanidad. Confío en que se llegue a un consenso sobre una cifra para la reducción de emisiones.
- ¿Qué espera de la próxima Cumbre de Copenhague ? Es una de las citas más importantes de la historia de la humanidad. Confío en que se llegue a un consenso sobre una cifra para la reducción de emisiones.
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