Alumnos del Practicum en el Festival de Cine de Málaga
Un grupo de alumnos de las facultades de Psicología de la Universidad de Málaga y la UNED han realizado sus prácticas con los voluntarios del Teléfono de la Esperanza entre octubre de 2023 y mayo de 2024 coordinados por los psicólogos Ana Manrique y Eduardo Bensabat.
Los participantes en este Practicum nos dejan sus testimonios y, como se viene repitiendo cada año, expresan su agradecimiento por lo vivido en los intensos meses de aprendizaje. Entrar a la sede del Teléfono de la Esperanza cada semana, participar en cursos y talleres, comprobar personalmente como se atiende a los jóvenes en 'El Chat de la Esperanza' o escuchar a los que escuchan, esto es, observar como los orientadores atienden a las personas que llaman angustiadas ha sido todo un descubrimiento para ellos.
María del Mar Santoyo nos explica que ha participado en una larga lista de actividades para su formación como son un curso de orientación en crisis, otro de orientación en el chat, coescucha telefónica y un taller de inteligencia emocional. Además, estuvo en la impartición de charlas psicoeducativas en centros escolares, participó en la charla que dieron los alumnos en el Festival de Cine de Málaga y en la elaboración de un artículo para este blog.
Comenta que antes de contactar con nuestro voluntariado le llamaba la atención "la forma en la que se ofrecen servicios de atención en crisis y es algo que tenía ganas de aprender y enfrentar, sobre todo porque en la universidad no se profundiza tanto en este tema".
La coescucha
Estuvo presente durante cuatro días en la atención a las personas que llaman pidiendo ayuda, dialogando con voluntarios y compañeros sobre la situación de estas personas y las respuestas que se les daban. Uno de los casos que recuerda es el de un chico que necesitaba ayuda psicológica pero no tenía recursos económicos por lo que se le dio cita para una entrevista con uno de nuestros psicólogos que le atendió gratuitamente.
Sobre la relación de ayuda ha descubierto que requiere de mucho más que conocer la teoría. "Se necesitan poner en marcha muchas otras habilidades como la empatía, la escucha activa, la paciencia y la capacidad de adaptación, siempre desde una perspectiva libre de prejuicios", destaca esta alumna de Psicología.
María del Mar valora el contacto con la gestión de los mensajes de ayuda en el 'Chat de la Esperanza' como la parte principal de sus prácticas "porque hemos podido trabajar los conocimientos y habilidades aprendidos en la carrera".
Recomendable a los jóvenes
Cuando le preguntamos si recomendaría acudir a nuestros servicios a jóvenes con problemas psicológicos, responde que ya lo ha hecho. "Es un servicio tras el que se encuentran personas dispuestas a ayudar y ofrecer acompañamiento a quien lo necesita. Puede dar una visión diferente de la vida a muchas personas y aportar nuevas esperanzas en forma de comprensión, recursos y cursos o talleres en los que encontrar un refugio y aprender a manejar situaciones".
Antonio Muñoz es otro de los integrantes del grupo de Practicum 2023-24. De entre las ofertas que le hicieron en su facultad para hacer las prácticas, le atrajo el Teléfono de la Esperanza por su dedicación a las personas en crisis psicológicas. "Sin duda, abordar, como primera experiencia como psicólogo, estas situaciones nos dará un buen respaldo para ser capaz de trabajar con un gran abanico de situaciones, desde la empatía, pero sin caer en implicaciones emocionales que no nos permitan trabajar, como ocurría en las primeras sesiones del chat de la Esperanza, por ejemplo".
Entre las muchas actividades en las que se implicó estuvieron el chat, las charlas en el Festival de Cine de Málaga e institutos, la actividad del Día de la Escucha y el acompañamiento a mayores.
El acompañamiento
Acompañar a las personas que sufren es un valor en si mismo, nos dice Antonio, encantado de su aprendizaje entre nuestras voluntarias y voluntarios. "Lo que he descubierto que más me ha llamado la atención es el gran poder de ayuda que tiene el simple acompañamiento, el estar ahí y escuchar a la gente es sin duda una de las grandes armas que tiene esta ONG".
Por otra parte, considera que estar con los voluntarios que cada tarde atienden el chat le ha ayudado a "a disminuir el nerviosismo, aumentar la atención y la capacidad de respuesta ante cualquier situación".
Cree que las sesiones de coescucha vividas junto a los orientadores tienen el valor de "conocer de verdad que es el Teléfono de la Esperanza y como es el equipo humano que hay detrás de cada una de las actividades que esta asociación ofrece. Es un equipo formado por gente buena, alegre y con una gran disposición para la ayuda y la escucha empática, un equipo donde la sonrisa y el compañerismo son una de las características que todo el equipo de voluntarios y voluntarias tiene".
Aterrizando en las situaciones concretas que se dieron en la coescucha, hace memoria del caso de un chico de Madrid. "Fue atendido por una compañera que se encontraba en otro país, por lo que no podía llamar al 112 de España para informar. Yo tuve que ser quien hizo de mensajero entre mi compañera y los servicios de emergencia. En mi opinión, este caso muestra la gran comunicación y eficacia que hay entre los voluntarios y voluntarias y por ello me parece relevante destacarlo".
No tiene ninguna duda de que el Teléfono de la Esperanza sería "una gran herramienta" si tuviera que hacer una recomendación a una persona en situación de crisis psicológica. "El equipo humano que se encuentra detrás de este teléfono dará el 100% para intentar acompañar y orientar en esa crisis que la persona está pasando".
Ingrid Akindejoye Mohand nos regala su testimonio después de haber pasado por los cursos de formación para el voluntariado, charlas psicoeducativas en los institutos, coescucha, tutorías grupales mensuales con la tutora de prácticas, guardias en el Chat de la Esperanza, Entreamigos y participación en este blog dando su testimonio.
Para estar con nosotros unos meses, Ingrid valoró la accesibilidad del transporte urbano a nuestra sede, cercana al centro de Málaga, la relación que tenemos con el ámbito social y el trabajo que se hace con los distintos grupos de edad (adolescentes, jóvenes, adultos y mayores).
Le preguntamos que ha descubierto de nuestra ONG y no duda en contestar que el hecho de que la persona sea lo primero. "Es muy valorada por la ciudadanía en general, ya que, se ofrece sin distinguir entre sexo, raza, ideología, religión, etc. Sólo importa la persona en su totalidad a la hora de ayudar".
Respecto a lo que ha recibido de cara a su formación como psicóloga, revela que lo mejor ha sido "la formación teórica-práctica para aprender a abordar situaciones de crisis emocionales y conductas suicidas, pues pienso que en la universidad, este aspecto en concreto, no es tan amplio como en el Teléfono de la Esperanza".
La práctica de la coescucha
"Lo interesante de la coescucha -explica Ingrid- son las habilidades que te hace desplegar durante su puesta en práctica: empatía, escucha activa, sensibilidad, comprensión, no juicio y respeto hacia la otra persona".
Después de su experiencia de formación y contacto con las personas sufrientes hace una reflexión interesante. "Lo que me llevo, es que al final considero que a toda la humanidad nos une el deseo de ser escuchados, valorados, comprendidos y respetados. Sólo que a veces, por no saber, poder o querer, la regulación emocional aplicada en situaciones de conflictos no es lo más adaptativa posible, pero esto es algo que todo el mundo podemos aprender y mejorar, siempre que haya deseo y voluntad para ello".
Esta futura psicóloga recomendaría a sus compañeros hacer las prácticas del Teléfono de la Esperanza porque "supone una gran inversión a nivel profesional y personal. Permite adquirir una magnífica formación".
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