sábado, 19 de noviembre de 2022

CON OTRAS GAFAS / Una red solidaria que supera a las barreras burocráticas

 

                   Ablaye con voluntarias de la Delegación de Migraciones. Foto: Diócesis Málaga


Una gran historia de amor y esperanza llega a este espacio semanal de noticias positivas. Un hombre de 60 años, afectado por una enfermedad rara y sin curación, vive la etapa final de su vida recibiendo cuidados paliativos en el Hospital Costa del Sol de Marbella. Su último deseo es tener a su lado en ese período final al mayor de sus tres hijos, que vive en Senegal.

El deseo de Ablaye Mboup, que es residente en nuestro país desde 2008 y ha conseguido dar estudios a sus hijos con diferentes trabajos, activó una cadena humana de solidaridad para salvar las barreras burocráticas que se presentaban. El primer aliado de Ablaye ha sido Rafael Bravo, el cardiólogo que lo ha estado tratando, y que ha dedicado muchas horas a mejorar las condiciones de vida del enfermo, su alimentación, hacer gestiones en el consulado y recabar apoyos para conseguir la entrada a España del hijo de Ablaye. El enfermero Pablo Guardado ha impulsado la recogida de 60.000 firmas de apoyo a esta iniciativa extendiendo el eco social de la acción. La cadena solidaria prosigue con el apoyo de la Asociación de Personas con Hipertension Arterial Pulmonar, involucrada hasta hacer partícipe a la Casa Real, la Dirección General de Migraciones del Ministerio de Inclusión, la Dirección General de Asuntos Consulares del Ministerio de Asuntos Exteriores, la Delegación de Migraciones del Obispado de Málaga y la Conferencia Episcopal a través de su departamento de Migraciones, que ha logrado salvar el último obstáculo.

No es fácil conseguir el visado para una persona procedente de un país externo a la Unión Europea, las trabas han sido muchas, pero ninguna ha tenido el peso suficiente como para derrotar a la fuerza de la fraternidad y la solidaridad que suponen el trabajo humano en una red poderosa de personas, instituciones y administraciones públicas.

Ablaye se ha mostrado agradecido con el doctor Bravo porque "es mi ángel protector, nunca en mi vida he visto a alguien como él". Ahora solo le queda recibir el abrazo de su hijo que se espera pueda estar con él este domingo 20 de noviembre. Solo tiene palabras de agradecimiento: "Nunca me he sentido extranjero aquí. Quiero agradecer a todos su cariño y decirles a los españoles que son mi familia, mi segunda familia".


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