martes, 11 de agosto de 2020

Conflictos familiares, ¿qué hacer cuando la orquesta toca desafinada?







Ana Laxmi Thakurdas
Voluntaria de Acogida del Teléfono de la Esperanza


¿Qué es la familia? es un sistema, un conjunto de partes coordinadas y en interacción para alcanzar una serie de objetivos. Todo los miembros influyen sobre los demás y son influidos por éstos. Es decir, no hay un culpable sino que los problemas se deben a deficiencias en la interacción familiar.
El conflicto familiar es muy común debido al tiempo que pasamos juntos y la necesidad de cooperación.
Tipos de conflictos: de pareja, económicos, de salud, de carácter, influencias externas, hijos, adaptación a los cambios y no olvidemos los nuevos conflictos COVID como el aumento del tiempo con hijos pequeños y la conciliación vida familiar/teletrabajo.

Entendiendo el conflicto
Objetivos: metas que nos proponemos para satisfacer nuestras necesidades de crecer, compartir y amar. El motor es la emoción.
Conflictos: si encontramos a alguien cuyas acciones nos dificultan alcanzar nuestro objetivo nos invade la frustración.
Frustración: emoción universal y necesaria que indica cuándo algo no va como esperamos y tenemos que actuar.
Ante la frustración existen dos posibles respuestas

RESPUESTA NEGATIVA / AGRESIVIDAD.
Atacamos a quien nos frustra. Estas son las actitudes más comunes asociadas a esa respuesta:
Criticar, culpabilizar, interrumpir, responder sin   escuchar
Agresividad pasiva (no hacer nada)
Desesperanza, orgullo, impaciencia.
Sobreexigencia, victimismo, actitud radical.

RESPUESTA POSITIVA / EMPATÍA Y ASERTIVIDAD.
Escucha plena, atenta y activa sin interrumpir.
Definir el problema y atacarlo a él no a la     persona.
Dejar las emociones a un lado, esperar a calmarnos y elegir el momento adecuado
Cuidar la forma de hablar, mostrar afecto
Usar "nosotros" en lugar de "tú" o "yo", trabajar en equipo.
Ceder y encontrar puntos en común
Ir al grano y no mencionar el pasado. Centrarse en el futuro con esperanza.
Distanciarnos del acontecimiento y posponer las decisiones.
Cambiar la perspectiva: ni los conflictos son tan malos ni no tenerlos es tan bueno.

Un conflicto bien gestionado sirve para nuestro desarrollo personal y el progreso familiar. Márcate como objetivo evitar la escalada de agresividad y  manejar el conflicto de una forma inteligente.



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