lunes, 21 de enero de 2019

De la cuesta de enero al #BlueMonday; el consumo no es la solución




Juan Manuel Martín. 
Psicólogo del Teléfono de la Esperanza 

Terminaron las Navidades, fechas alegres y entrañables para muchos. El nuevo año, trajo consigo el planteamiento de nuevos propósitos de mejora en numerosos aspectos de nuestras vidas. Al cabo de dos o tres semanas, la alegría quedó lejos y los propósitos chocan contra la triste realidad. Por si esto fuera poco, en lo económico, los gastos del mes anterior nos han llevado a la conocida cuesta de enero. El tiempo tampoco acompaña, frío, lluvia, nieve en algunos sitios... Es natural que en esta época del año se experimenten ciertos cambios anímicos, algo de estrés, cansancio emocional o desmotivación. Así, llegamos al inicio de la tercera semana de este mes.
Los lunes, en general, no gustan a casi nadie, son difíciles todo el año, pero si le añadimos los inconvenientes citados anteriormente, nos encontramos con el llamado ‘lunes triste’, aún no muy conocido por la población en general, pero usado para campañas de marketing, que, por ser de origen anglosajón, es conocido también como blue monday.
Una agencia de viajes, ya desaparecida, Sky Travel, ideó una estrategia comercial para que la gente viajara en estas fechas o al menos, programara sus viajes de vacaciones. Se apoyó en un estudio pseudocientífico realizado por Cliff Arnall, psicólogo de la Universidad de Cardiff.
Cuando un científico afirma algo y lo acompaña de fórmulas suficientemente complejas, parte de la opinión pública, tiende a creerlo. Este fue el caso. En 2005 expuso una fórmula, nada sencilla, que se basaba en múltiples parámetros sociales, meteorológicos, económicos etc.:
El problema es que la fórmula era totalmente arbitraria, no se basaba en datos empíricos, simplemente enumeraba factores y los combinaba matemáticamente. En fin, una chapuza científica que, al principio coló, pero que con el tiempo, se colocó en su lugar: carece de fundamento. Se utilizaron variables como el clima, el salario, las deudas, el tiempo transcurrido desde Navidad y haber pasado un tiempo desde el inicio del año como para haber fallado en los propósitos de Año Nuevo o la motivación.
A pesar de ello,  blue monday  puede resultar al final una profecía autocumplida: “Basta que lo creamos, para tener predisposición a ponernos tristes”.
No es el blue monday el único invento para invitarnos al consumo. Recientemente el black friday o viernes negro, se ha convertido en una semana de rebajas de cara a las compras de Navidad, fiestas casi despojadas del sentido religioso y volcadas en el consumo, por otra parte, motor de la economía.
Se corre el riesgo de que el malestar que produce la tristeza por haber gastado más de la cuenta, se compense con más gasto en una especie de huida hacia adelante. Esta es la solución que proponen los gurús del marketing, de la que el blue monday forma parte. Se trata de suplir carencias afectivas con objetos, viajes o bienes de consumo en general.

Recomendaciones no consumistas
Para terminar, me permitiré ofrecer algunas recomendaciones no consumistas, que nos ayuden a superar nuestra “cuesta de enero”. Dejemos el Blue Monday para los anglosajones:

-Buscar pequeños alicientes en cosas caseras que nos permitan disfrutar estando en casa, resguardados y sin gastar demasiado. Por ejemplo cocinar, el olor a un postre recién hecho y el placer de degustarlo sin prisa es un pequeño lujo que solo podemos degustar en casa.

-El agua caliente es otra excelente terapia: un baño con espuma, aceites esenciales, sales o cápsulas efervescentes levanta el ánimo a cualquiera.

-Aprovechar las horas de sol para dar un paseo al aire libre. El sol es un excelente antidepresivo.

-Si hemos acumulado unos kilos de más y queremos perderlos, nos plantearemos hacerlo en un plazo de varios meses, sin grandes privaciones, sino siguiendo una pauta constante de disminución calórica.

-Si estamos tristes y compramos, nuestra tristeza desaparecerá durante un corto período de tiempo, pero luego regresará de nuevo. Está claro que la solución no es comprar, sino convivir con esta emoción, necesaria y útil para ayudarnos a reestructurar nuestros pensamientos y conductas.

-Y si hemos incumplido a principios de año algún propósito, recordemos que tenemos el resto del año para cumplirlo: si no nos hemos podido quitar de fumar en enero, tenemos once meses más para poder hacerlo. ¡Animo!

¿Quieres conocer qué es la tristeza y como gestionarla?

¿Te gustaría aprender a saber como funcionan las emociones y sentimientos en tu interior?

¿Quieres saber que es lo que te hace feliz de verdad?

Los profesionales y voluntarios formados y experimentados del Teléfono dela Esperanza te pueden ayudar



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