Hoy es el Día Internacional contra la Violencia de Género. La Delegación para la Violencia de Género ha confirmado 44 muertes en España en lo que va de año e investiga otras posibles con el mismo origen. La violencia contra las mujeres, el exponente más brutal del machismo afecta a las féminas de todas las franjas de edad y clases sociales.
Esta violencia incluye agresiones psicológicas, físicas, sexuales y, a menudo, se proyecta también sobre los hijos de la pareja. A la ya terrible situación de mujeres víctimas de esta lacra extendida por todo el mundo, se suman la de los niños. Vemos como, en demasiados casos, ellos también son agredidos o incluso asesinados por venganza para causar más daño y dolor a la pareja o ex pareja. Los esfuerzos desplegados por los poderes públicos en la última década con la Ley Integral de la Violencia Doméstica -que tantas veces se queda en el espíritu de la ley por falta de recursos económicos- la especialización y coordinación de todos los agentes implicados -servicios sociales, policía y sistema judicial- no logran frenar este horror que muestran todas las semanas los informativos de las televisiones. Otros muchas sufren agresiones, permanecen atenazadas por el miedo o paradojicamente tienen que vivir casi a escondidas a pesar de ser ellas las víctimas. Son muy frecuentes los casos de maltratadores que incumplen las órdenes de alejamiento y eso ha llevado a muchas mujeres a optar por formarse para la defensa personal. En Madrid, Cruz Roja lleva a cabo su tercer taller de defensa personal impartido por dos policías y un maestro de artes marciales. Es una paradoja que quienes son víctimas tengan que vivir a veces extremando las medidas de seguridad o preparándose para defenderse de un posible ataque. ¿Por qué una mujer tiene que convertirse en una guerrera para llevar una vida normal?.
El veterano periodista Iñaki Gabilondo habla en el video que acompaña a este post de las diferencias hombre-mujer en términos de agresividad o falta de agresividad. Se pregunta por qué no hay bandas de mujeres delincuentes que asalten a hombres o abusen de ellos e incluso practiquen otros tipos de violencia como quemar a un mendigo. Podemos añadir a este planteamiento la práctica de la violencia en grupo de los seguidores radicales de los equipos de fútbol. Todos son varones. Gabilondo fue uno de los primeros hombres que se posicionó en defensa de las reivindicaciones femeninas en el Día Mundial de la Mujer Trabajadora y mostró simpatía hacia el movimiento feminista. Acaba su acertado comentario reconociendo los avances en la lucha contra esta lacra pero advirtiendo que "avanzaremos a paso de tortuga" si no cambiamos la mentalidad del hombre como género respecto a la mujer. Una reflexión que pone el foco de atención en un aspecto clave para al menos reducir esta plaga; la necesidad de que los hombres se sensibilicen y comprometan en esta lucha y la urgencia de promover una educación igualitaria que acabe con las mentalidades de dominación de un género sobre el otro.
El veterano periodista Iñaki Gabilondo habla en el video que acompaña a este post de las diferencias hombre-mujer en términos de agresividad o falta de agresividad. Se pregunta por qué no hay bandas de mujeres delincuentes que asalten a hombres o abusen de ellos e incluso practiquen otros tipos de violencia como quemar a un mendigo. Podemos añadir a este planteamiento la práctica de la violencia en grupo de los seguidores radicales de los equipos de fútbol. Todos son varones. Gabilondo fue uno de los primeros hombres que se posicionó en defensa de las reivindicaciones femeninas en el Día Mundial de la Mujer Trabajadora y mostró simpatía hacia el movimiento feminista. Acaba su acertado comentario reconociendo los avances en la lucha contra esta lacra pero advirtiendo que "avanzaremos a paso de tortuga" si no cambiamos la mentalidad del hombre como género respecto a la mujer. Una reflexión que pone el foco de atención en un aspecto clave para al menos reducir esta plaga; la necesidad de que los hombres se sensibilicen y comprometan en esta lucha y la urgencia de promover una educación igualitaria que acabe con las mentalidades de dominación de un género sobre el otro.
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