• La comisión de Sanidad y Servicios sociales aprobó por
unanimidad una Proposición No de Ley tras una iniciativa conjunta del grupo
parlamentario de Unión del Pueblo Navarro y la Asociación Internacional del
Teléfono de la Esperanza
• El suicidio es la primera causa de muerte no natural a nivel
mundial que, según el INE, afectó en España a más de 3600 personas
durante 2015
La Comisión de Sanidad y Servicios
Sociales del Congreso ha aprobado una Proposición No de Ley (PNL) por la que
insta al Gobierno de España a desarrollar en el plazo de seis meses un Plan
Nacional de Prevención contra el Suicidio. El texto, aprobado por todos los
grupos parlamentarios representados en la Comisión, surge de una iniciativa
conjunta de Unión del Pueblo Navarro (UPN) y la Asociación Internacional del
Teléfono de la Esperanza (ASITES), entidad sin ánimo de lucro especializada en
el tratamiento y la prevención de conductas suicidas.
Este Plan, realizado en coordinación con
las comunidades autónomas, presentará los recursos necesarios e incluirá el
análisis de las causas determinantes y sociales, con especial incidencia en la
población adolescente y en personas mayores, así como en las que presentan
algún trastorno mental. Pretende ser, pues, un proyecto transversal integrado
en la nueva Estrategia de Salud Mental que proporcione pautas prácticas de
actuación a educadores, agentes sociales, cuidadores, profesionales sanitarios
y familiares.
“En España el suicidio motiva cada año
el doble de fallecimientos que los accidentes de tráfico, por lo que nos
planteamos por qué en nuestro país no se destinan los recursos suficientes para
poner en marcha un plan de sensibilización y prevención al estilo de otros que
hemos comprobado que repercuten positivamente en toda la sociedad”, argumentó
Íñigo Alli, diputado del UPN y portavoz del Grupo Mixto en la Comisión. Del
mismo modo, expresó su malestar por ser esta la segunda vez en cinco años que
se eleva al Ejecutivo una iniciativa de estas características: “Actualmente no
existe ningún plan coordinado entre el Gobierno central y las Comunidades
Autónomas para prestar asistencia psicológica, sanitaria y social a las
personas que se plantean acabar con sus vidas. Pero, si tras este trabajo,
logramos que aunque sea una sola de esas personas quiera seguir viviendo, todo
el esfuerzo que realicemos habrá merecido la pena”.
Según las últimas estadísticas
publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), relativas al año
2015, en España se suicidaron 3602 personas, diez por cada día del año, una
cifra notablemente superior a los 1880 fallecidos por accidentes de tráfico. A
nivel mundial, se estima que entorno a un millón de personas deciden poner fin
a sus vidas cada año, aunque según las estimaciones de la Organización Mundial de
la Salud (OMS), habría que multiplicar hasta por 20 las cifras oficiales para
obtener el número total de tentativas.
Un Plan que cuenta con
el apoyo unánime de los partidos políticos
La PNL elevada a la Comisión de Sanidad
y Servicios Sociales cuenta con el respaldo por unanimidad de todos los grupos
parlamentarios. Además, tanto el Grupo Parlamentario Socialista como Ciudadanos
registraron sendas enmiendas con el fin de completar el texto inicialmente
propuesto por UPN.
“El suicidio es un problema de salud
pública y, aunque los índices en España son algo inferiores a los de otros
países de la Unión Europea, no puede continuar siendo un asunto tabú en nuestra
sociedad”, manifestó Francisco Igea, diputado de Ciudadanos. En la misma línea
se posicionó, Begoña Tundidor, del Grupo Socialista, que puso de manifiesto “la
necesidad de un plan nacional contra las muertes voluntarias, que permita a
cada región intervenir en función de las necesidades y particularidades
propias”. La diputada del Grupo Parlamentario de Unidos Podemos Marta Sibina y
la popular María Torres también mostraron su apoyo a esta iniciativa.
El trabajo de ASITES
en la prevención de las conductas suicidas
La Asociación Internacional del Teléfono
de la Esperanza (ASITES), promotora de esta PNL, es una organización no
gubernamental especializada desde hace más de 45 años en la promoción de la
salud emocional y la intervención en crisis. “Buena parte de nuestro trabajo se
traduce en una especial atención para prevenir las conductas suicidas, por lo
que consideramos que impulsar un Plan Nacional como este es casi una obligación
que nace de nuestra identidad social. Por eso, creemos que una iniciativa
transversal así contribuirá también a mejorar la calidad de vida de todas las
personas supervivientes, esas que han perdido a alguien próximo a causa de un
suicidio”, explica Juan Sánchez, psicólogo y presidente de ASITES.
“En nuestro país necesitamos mirar de
frente esta realidad, que podría verse como el fracaso de una sociedad”, añade
Alfonso Echávarri, psicólogo y director técnico del Teléfono de la Esperanza de
Navarra. “Sin embargo, hemos comprobado cómo el esfuerzo conjunto entre
profesionales, agentes sociales y Administraciones, con buenos ejemplos ya a
nivel autonómico, se puede traducir en una disminución significativa del número
de suicidios”.
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