sábado, 14 de octubre de 2017

CON OTRAS GAFAS / Trabajar sin máscaras; emplear sin barreras




"Todos tenemos grabados en el alma los signos de la lucha y del sacrificio. No podemos esconder nuestra naturaleza, y menos aún, nuestras destrezas y nuestros oficios; cuando nos dan oportunidad, nuestras habilidades afloran de manera natural. Por eso clamamos por la fundación de un nuevo principio: “Trabajar sin máscaras; emplear sin barreras”.  Integrantes del Comité de Salud Mental en primera persona de la Confederación Salud Mental España. leyeron el pasado lunes el Manifiesto del Día Mundial de la Salud Mental en el escenario del Congreso de los Diputados representando a un colectivo en el que 8 de cada 10 personas no trabajan. 
“El trabajo es el mejor mecanismo de inclusión que tenemos, es fuente de riqueza personal y de independencia. Vamos a romper barreras y a quitarnos las máscaras”, recordó Ana Pastor, ministra de Sanidad, en referencia al lema elegido por el movimiento asociativo Salud Mental España para conmemorar el Día Mundial de este año: ‘Trabajar sin máscaras. Emplear sin barreras’.
La calidad de vida de los afectados por patologías mentales, su representación y derechos y los de sus familiares son los grandes objetivos de esta confederación que este año ha enfocado su mensaje hacia la necesidad de la inserción laboral. 
El manifiesto de este año destaca que "la inserción socio laboral es un fundamento inaplazable para la recuperación de cualquier persona. Como necesitamos el aire, también necesitamos desempeñar un rol psicosocial que refuerce nuestra autoestima y, así, nos ayude a la consecución de objetivos concretos. El sentido de la responsabilidad, el sentirse útil, el cumplir con unos horarios y establecer rutinas, son hábitos de vida saludables".
Salud Mental España ha denunciado reiteradamente que, aunque un problema de salud mental no tiene por qué ser un impedimento para obtener un empleo, la baja inserción laboral de las personas con problemas de salud mental es una de las principales barreras para su integración social y su recuperación, fruto en gran medida de los prejuicios de quienes contratan.
Tener un empleo digno, saludable y motivador es beneficioso para cualquier persona. En el caso de las personas con problemas de salud mental, el empleo es además una vía fundamental para lograr la recuperación y la autonomía, y además facilita que se sustituya el rol de “enferma” por el rol de “trabajadora”.
Por otra parte, es significativo que en España, entre el 11% y el 27%
de los problemas de salud mental se pueden atribuir a las condiciones de trabajo. Además, el coste directo de estos trastornos osciló entre 150 y 372 millones de euros ya en 2010.
Para los colectivos de personas con problemas de salud mental, sus familiares y allegados, estos datos muestran la urgente necesidad de lograr entornos saludables y de crear una cultura empresarial que tenga en cuenta el bienestar de las personas empleadas y la prevención de los trastornos mentales.
Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, 4 de cada 10 trabajadores y trabajadoras piensa que el estrés no se gestiona adecuadamente en su lugar de trabajo y se estima que entre el 50 y el 60% de las jornadas de trabajo perdidas se atribuyen al estrés relacionado con el trabajo.
Las reivindicaciones de este movimiento asociativo nos recuerdan que el trabajo dignifica a las personas, a todo tipo de ellas, y muestra la conexión que existe entre las malas condiciones de trabajo y el estrés laboral con las enfermedades mentales. El derecho al trabajo y a un trabajo decente para todos tiene que ir más allá de ser  un principio de la Organización Internacional del Trabajo para cumplirse como derecho efectivo en todos. 

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