“Cercana, amena, dinámica, divertida y con un toque de humor”. Así fue la gala en la que el Teléfono de la Esperanza de Málaga celebró sus 40 años de servicio a los malagueños, en palabras de Consuelo Cuevas, una de nuestras orientadoras.
El Teatro Cervantes se llenó para disfrutar de las canciones, la música y el humor de un nutrido grupo de artistas andaluces. La gala, sin duda la mejor de los últimos años se prolongó durante tres horas y se pasó con fluidez de una intervención a otras atrapando a público presente.
Juan Sánchez, presidente de la asociación, subió a las tablas del Cervantes para agradecer su asistencia “a los asistentes, autoridades e instituciones públicas y privadas, donantes económicos, al Teatro Cervantes y sobre todo a los principales artífices del TE: los voluntarios”. Mencionó a dos de los fundadores; Salvador Rodríguez de Tembleque y a Sergio Ferrero.
Juan Sánchez destacó que “los voluntarios han sabido socorrer a los que sufren, a los que están solos, desorientados, confusos, faltos de esperanza, o a los que llaman sencillamente porque quieren madurar, ser mejores personas, más felices y sembrar ese sentimientos en las personas que le rodean. Porque nos conmueve el sufrimiento del otro, y ahí nos igualamos todos los humanos. Para atender a nuestros usuarios nos servimos de las técnicas más innovadoras de la psicología que hace referencia a la relación de ayuda con profesionales bien cualificados para atender el teléfono, el cara a cara mediante la entrevista personalizada o en grupos conformados para tratar distintas crisis específicas o de crecimiento personal”.
Finalmente, hizo una invitación a sumarse al voluntariado del Teléfono de la Esperanza. “Nuestras puertas están abiertas a los que llaman para ser voluntarios, dispuestos a formarse en el autoconocimiento, en descubrir esas fortalezas y potencialidades innatas que todos tenemos y potenciar la empatía, ese autoconocimiento que hace descubrir mi yo, para llegar al otro y construir un nosotros. Ejercitar el arte de la escucha activa, saber escuchar a quien nos escucha, sus sentimientos, sus silencios, sus gestos. Comprometidos con la frase de Teresa de Calcuta ‘Quienes no viven para servir, no sirven para vivir’. Agradeció a todos los artistas que iban a participar su colaboración desinteresada y presentó a Inmaculada Jabato como maestra de ceremonias. La veterana comunicadora se hizo cargo de conducir el espectáculo con simpatía y agilidad.
Luego se inició el espectáculo con la participación del pianista y compositor Joaquín Pareja Obregón, que llenó de magia el escenario. La escolanía ‘Jesús Nazareno’ y la Coral Santa Cecilia nos regalaron la sensibilidad de sus
voces y el grupo de teatro Caramala provocó las sonrisas del público con sus sketchs. Uno de ellos, dedicado a representar la atención de un orientador a un llamante al Teléfono de la Esperanza. También contamos con la generosa presencia de Antonio Cortés, que no estaba en el cartel de la gala y tuvo la generosidad de cantar para nosotros, acompañado al piano por Pareja Obregón.
La noche continuó con las intervenciones de Armando Casquero y el grupo Boleros Imperfectos, que hizo reír con su combinación de música y humor sobre situaciones de la vida cotidiana. La voz de la soprano Julia Menéndez, cuya presencia es habitual en las galas del Teléfono de la Esperanza lleno de emoción el Cervantes. Estuvo acompañada por el pianista Víctor Manuel y la flauta de Cristina Rey.
Luego se inició el espectáculo con la participación del pianista y compositor Joaquín Pareja Obregón, que llenó de magia el escenario. La escolanía ‘Jesús Nazareno’ y la Coral Santa Cecilia nos regalaron la sensibilidad de sus
voces y el grupo de teatro Caramala provocó las sonrisas del público con sus sketchs. Uno de ellos, dedicado a representar la atención de un orientador a un llamante al Teléfono de la Esperanza. También contamos con la generosa presencia de Antonio Cortés, que no estaba en el cartel de la gala y tuvo la generosidad de cantar para nosotros, acompañado al piano por Pareja Obregón.
La noche continuó con las intervenciones de Armando Casquero y el grupo Boleros Imperfectos, que hizo reír con su combinación de música y humor sobre situaciones de la vida cotidiana. La voz de la soprano Julia Menéndez, cuya presencia es habitual en las galas del Teléfono de la Esperanza lleno de emoción el Cervantes. Estuvo acompañada por el pianista Víctor Manuel y la flauta de Cristina Rey.
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