sábado, 23 de abril de 2016

CON OTRAS GAFAS / Silencio activo contra las muertes en el mar y la indiferencia



Unas 200 personas se reunieron el míércoles 13 de abril en la Plaza de la Constitución de Málaga y, formando un gran círculo, permanecieron durante media hora en silencio en solidaridad con los migrantes y refugiados del mundo. Solo la lectura del testimonio de una joven siria que al llegar a Grecia contó como vio morir a un bebé y un manifiesto final interrumpieron el silencio apenas roto por los pájaros que sobrevolaban la última hora de la tarde malagueña.
El objetivo fue apelar a las conciencias de ciudadanos y gobernantes para construir un cultura del encuentro y la solidaridad que facilite una acogida humanitaria a las miles de familias huidas de las guerras, sobre todo de Siria, Irak y Afganistán, que tratan de acceder a la Unión Europea por rutas clandestinas en manos de traficantes sin escrúpulos. Los círculos del silencio, nacidos en Francia, vienen trabajando mediante la acción no violenta de concienciación en numerosas ciudades. 
En Málaga se ha puesto en marcha esta actividad, que tendrá lugar todos los segundos miércoles de cada mes a las 20h en la Plaza de la Constitución, tras el durísimo acuerdo cerrado entre la Unión Europea con Turquía para devolver a este segundo país a los refugiados que han logrado entrar en el territorio europeo.
El manifiesto calificó esa decisión política de "inhumana, deshumanizante, discriminatoria y limitativa". Además, abogó por brindar protección a las personas refugiadas y restringir el gran negocio de las mafias. 
Se da la circustancia de que hay 4,5 millones de refugiados de Siria en sólo cinco países: Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto. Solo un 0,7% de esa cantidad de personas -30.903- es la cifra que aseguraron en 2015 los dirigentes europeos que iban a acoger en los diferentes países. Sin embargo, la acogida sido mínima hasta ahora mientras crecen los naufragios y las muertes en el mar. 
Los ciudadanos no podemos caer en la fácil indiferencia de ver las noticias constantes sobre penalidades en campos de refugiados improvisados, rechazos y ahogamientos como una rutina sin remedio. Bienvenida a Málaga esta iniciativa humanista y esperanzadora que ya funcionaba en decenas de ciudades tan distantes como París, Varsovia, Granada o Tánger. El silencio de personas concienciadas se ha hecho portavoz de los más olvidados.

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