Unas 200 personas se reunieron el míércoles 13 de abril en
la Plaza de la Constitución de Málaga y, formando un gran círculo,
permanecieron durante media hora en silencio en solidaridad con los migrantes y refugiados del
mundo. Solo la lectura del testimonio de una joven siria que al llegar a Grecia
contó como vio morir a un bebé y un manifiesto final interrumpieron el silencio apenas roto
por los pájaros que sobrevolaban la última hora de la tarde malagueña.
El objetivo fue apelar a las conciencias de ciudadanos y
gobernantes para construir un cultura del encuentro y la solidaridad que facilite una acogida humanitaria a
las miles de familias huidas de las guerras, sobre todo de Siria, Irak y
Afganistán, que tratan de acceder a la Unión Europea por rutas clandestinas en
manos de traficantes sin escrúpulos. Los círculos del silencio, nacidos en Francia, vienen
trabajando mediante la acción no violenta de concienciación en numerosas
ciudades.
En Málaga se ha puesto en marcha esta actividad, que tendrá
lugar todos los segundos miércoles de cada mes a las 20h en la Plaza de la
Constitución, tras el durísimo acuerdo cerrado entre la Unión Europea con
Turquía para devolver a este segundo país a los refugiados que han logrado
entrar en el territorio europeo.
El manifiesto calificó esa decisión política de "inhumana, deshumanizante, discriminatoria y limitativa". Además, abogó por brindar protección a las personas refugiadas y restringir el gran negocio de las mafias.
El manifiesto calificó esa decisión política de "inhumana, deshumanizante, discriminatoria y limitativa". Además, abogó por brindar protección a las personas refugiadas y restringir el gran negocio de las mafias.
Se da la circustancia de que hay 4,5
millones de refugiados de Siria en sólo cinco países:
Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto. Solo un 0,7% de esa cantidad de
personas -30.903- es la cifra que aseguraron en 2015 los dirigentes europeos
que iban a acoger en los diferentes países. Sin embargo, la acogida sido mínima
hasta ahora mientras crecen los naufragios y las muertes en el mar.
Los ciudadanos no podemos caer en la fácil
indiferencia de ver las noticias constantes sobre penalidades en campos de
refugiados improvisados, rechazos y ahogamientos como una rutina sin remedio. Bienvenida a Málaga esta iniciativa humanista y esperanzadora que ya funcionaba en decenas de
ciudades tan distantes como París, Varsovia, Granada o Tánger. El silencio de
personas concienciadas se ha hecho portavoz de los más olvidados.
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Málaga
se suma a la iniciativa Círculo del Silencio, que promueve la solidaridad con
los inmigrantes
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