El sentido del humor es una cosa muy seria. Tanto que en todas las sociedades y culturas ocupa un espacio importante. En la Edad Media, los bufones de la corte entretenían a los monarcas y en el siglo XVI se escribió 'El Lazarillo de Tormes', un drama contado con humor. Y es que hasta en las dictaduras más siniestras han surgido humoristas como auténticas válvulas de escape. No en vano, decía Max Eastman que "el humor es el instinto de tomarse el dolor a broma."
Siempre ha estado ahí el humor, el buen humor que nos hace al menos sonreir ante las adversidades de la vida. Desde la pura evasión hasta su capacidad de modificar nuestra percepción de la realidad, todo son aportaciones para nuestro bienestar emocional. Su poder de acción sobre las emociones es muy potente. Francis Bacon destacó que "la imaginación consuela al ser humano por lo que no es; el sentido del humor le consuela por lo que es."
¿Quién no ha sentido alguna vez ternura al observar a un payaso?. Son personas-personajes que nos hacen la vida más amable. Se habla incluso del clown como un nivel más profundo en la puesta en escena de los payasos.
Alain Vigneau es un clown muy especial que ha creado la figura del 'clown esencial'. Este procura ayudar a los que sufren "por no mostrar al mundo todo lo que son". Con respeto, sin prejuicios, ni juzgar a las personas pone en marcha su Taller de Clown Esencial con hombres y mujeres. Alain sabe que muchos sufren por sentirse por dentro de una forma y no poder exteriorizarlo. Ha encontrado la llave del niño interior que todos llevamos dentro. Para ser lo que somos por dentro.
"El humor es la manifestación más elevada de los mecanismos de adaptación del individuo." Sigmund Freud.
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