Foto: La Tribuna de Toledo |
Nuestro Juan Sánchez, presidente internacional del Teléfono de la Esperanza y del centro de Málaga, está constantemente viajando entre las diferentes ciudades donde hay sedes de nuestra organización. Recientemente estuvo en el País Vasco y luego en Toledo. Hoy os dejo aquí, el artículo que publicó 'La Tribuna de Toledo' el 16 de febrero.
La salud emocional hay que revisarla de vez en cuando. Y eso lo tiene muy claro el Teléfono de la Esperanza, una organización sin ánimo de lucro que lleva más de cuarenta años ayudando a los demás. Y la mejor forma de aprender a conocerse a sí mismo y a formarse como voluntario es cursando un extenso programa formativo teórico y práctico que consta de dos módulos, el primero dirigido específicamente al conocimiento de sí mismo y un segundo bloque orientado al crecimiento personal.
El Teléfono de la Esperanza de Toledo está impartiendo este curso a 23 personas desde el jueves. Una vez completado el programa formativo todos ellos estarán preparados para incorporarse a la asociación como agentes de ayuda en caso de querer permanecer ligados al colectivo. Pero también cabe la posibilidad de que los asistentes realicen el curso por interés personal, por intentar ahondar en el «conocimiento del yo», por aprender a manejar distintas estrategias para abordar conflictos y profundizar en el mundo de las emociones.
«La gente se sorprende de sus propias potencialidades», explica el presidente internacional y de Málaga del Teléfono de la Esperanza, Juan Sánchez Porras, que dirige este programa formativo que se imparte en Toledo desde el año 2003. La ONG no exige título universitario como requisito de acceso, pero cuida la formación «e intenta capacitar a la gente para ayudar y empatizar con los demás tanto en la asociación como fuera de la asociación».
«Conocerse a uno mismo es fundamental», apunta Sánchez Porras. Su dilatada experiencia como psicólogo y pedagogo le ha permitido observar a muchas personas y coincide en que «muy pocas se dedican a pensar en ellas». Por este motivo, la búsqueda del ‘yo’ es imprescindible para mejorar sus vidas, para trabajar en todo aquello que precise un cambio, derribar frustraciones y ansiedades.
Tras este curso de fin de semana, los participantes tendrán que cursar diez sesiones más, una hora y media a la semana en pequeños grupos antes de realizar un segundo módulo dirigido específicamente a la ayuda a los demás. «Se trata de ser capaz de mirar con los ojos del otro», apunta el director del curso y de aprender una serie de estrategias para tratar las distintas problemáticas que pueden plantearse a través de las llamadas de teléfono - En Toledo llamando al 925239525- o de la atención personal.
En este caso, Sánchez Porras remarca que «el Teléfono de la Esperanza es muy poliédrico por las muchas caras que ofrece a la sociedad». Al trabajo multidisciplinar también hay que añadir el avance de la ONG hacia las nuevas tecnologías con un «nuevo servicio de atención de crisis a través de internet para recibir llamadas desde cualquier lugar del mundo». A pesar de que la iniciativa aún se está perfilando, confía en que ayude a multiplicar la atención y que el colectivo pueda llegar a brindar la posibilidad de impartir estos cursos formativos on line.
Las cifras avalan el intenso trabajo del Teléfono de la Esperanza en España, colectivo formado por 2.000 voluntarios y 41 trabajadores con contrato. El teléfono descolgó 140.000 llamadas en 2012. Además, atendió a 6.800 personas y realizó 25.090 entrevistas. Y el éxito del trabajo reside en la buena formación del voluntariado y el alto nivel formativo de una asociación que disfruta también de formación continua y de distintos talleres de ansiedad, duelo y estrés, entre otros.
Sin embargo, la labor de la ONG va más allá gracias a su área preventiva en la que se trabaja la salud mental y sobre todo, la manera de dar herramientas para la mejora de la calidad de vida. Al respecto, este psicólogo subraya que la mayor parte de los participantes coincide en que estos cursos formativos «les ha cambiado la vida» porque, entre otras cosas, «aprenden a superar sus miedos y a romper cadenas con las dependencias emocionales».
Solidaridad. La crisis económica suele «agudizar más los problemas», señala Sánchez Porras. Si bien, observa que se trata de «una sucesión de cambios que nos harán crecer». Por tanto, considera que la sociedad está dejando a un lado «la necesidad de tener» para buscar «la necesidad de ser» y tiene claro que en un momento tan delicado como el actual «están emergiendo valores más solidarios y la gente empatiza más con las dificultades del otro».
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