sábado, 17 de septiembre de 2011

El diamante



El sannyasi había llegado a las afueras de la aldea y acampó bajó un árbol para pasar la noche.
De pronto llegó hasta él un habitante de la aldea y le dijo:
"¡La piedra¡ La piedra¡ ¡Dame la piedra preciosa¡".

"¿Qué piedra?", preguntó el sannyasi.

"La otra noche se me apareció en sueños el Señor Shiva", dijo el aldeano, "y me aseguró que si venía al anochecer a las afueras de la aldea, encontraría un sannyasi que me daría una piedra preciosa que me haría rico para siempre".

El sannyasi rebuscó en su bolsa y extrajo una piedra. "Probablemente se refería a ésta", dijo, mientras entregaba la piedra al aldeano. "La encontré en un sendero del bosque hace unos días. Por supuesto que puedes quedarte con ella".

El hombre se quedó mirando la piedra con asombro. ¡Era un diamante¡ Tal vez el mayor diamante del mundo, pues era tan grande como la mano de un hombre.

Tomó el diamante y se marchó. Pasó la noche dando vueltas: en la cama, totalmente incapaz de dormir. 
Al día siguiente, al amanecer, fue a ver al sannyasi y le dijo: "Dame la riqueza que te permite desprenderte con tanta facilidad de este diamante".


Thony de Mello

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