Hoy miércoles 12 de mayo se cumplen cuatro meses del devastador seísmo que arrasó Puerto Príncipe dejando un reguero de 200.000 muertos y más de dos millones de afectados. Mientras aquí en España la red arde en comentarios sobre los recortes presupuestarios, de sueldos en las administraciones y la supresión de los cheques-regalo, el pueblo haitiano lucha día a día por su supervivencia.
Después de la ola de solidaridad que se vivió en nuestro mundo desarrollado en enero, los focos informativos se desplazaron a otros puntos de interés y los haitianos pasaron a un segundo plano. Cuatro meses después, ellos trabajan cada día por reconstruir sus vidas, su sistema educativo, sanitario, su seguridad y muchos otros servicios. Lo hacen en silencio y, a menudo, los portavoces de organizaciones que han estado allí nos transmiten su agradecimiento por la ola de ayuda que les llegó. Desde sus vidas carentes de lo más básico aún son capaces de crear mensajes de esperanza. Han entendido que es la hora de reconstruir el país.
Es bueno hoy recordar que en Málaga, la Mesa por Haití, en la que se integran 80 ONGs, asociaciones e instituciones, entre ellas el Teléfono de la Esperanza y el Ayuntamiento de la ciudad, vienen trabajando desde el minuto cero por la gente de ese país.
La mesa ha llevado a cabo dos recogidas de alimentos en Eroski, organizó el partido de fútbol Málaga-Español, una mesa redonda en la Feria Intercultural, una gala benéfica, la Carrera de la Mujer el 8 de marzo y la Caminata Solidaria el 25 de abril.
El trabajo que las organizaciones sociales hacen en aquel país es básico para acompañar a los haitianos en la reconstrucción y la asunción de nuevos liderazgos. En el siguiente enlace a Entreculturas, dejo información sobre el trabajo de ésta ONG que mantiene escolarizados a unos 1.100 niños y jóvenes de Preescolar, Primaria y Formación Profesional en carpas provisionales para que no se interrumpan sus procesos de formación. Lo llevan a cabo en colaboración con sus socios locales, Fe y Alegría y Servicio Jesuita a Refugiados, con los que también trabajan en crear líderes comunitarios locales que puedan tirar de sus comunidades para sacarlas adelante y ser intermediarios con los gobernantes de Haití. Además, éste trabajo se completa con la atención psico-social a niños y jóvenes para que superen el trauma que les ha causado la vivencia del terremoto.
Foto: www.vivresiglo21.org
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