sábado, 18 de mayo de 2024

Narcisismo: admiración y poder (I)

 

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José Portillo

Orientador y coordinador de talleres del Teléfono de la Esperanza

Definición del narcisismo.

Las personas que tienen el trastorno narcisista de la personalidad se creen superiores a la mayoría social en todos los aspectos de la vida. Tienen una gran necesidad de ser admirados, y carecen de empatía con respecto a los demás. Son tendentes a buscar la atención y el reconocimiento de los demás, y a menudo lo hacen explotando y menospreciando a los otros. Los narcisistas quieren ser el centro de atención de sus conocidos, pero esto les crea problemas importantes en su vida diaria y a sus relaciones interpersonales.

El origen del trastorno narcisista de la personalidad

Cuando los niños tienen entre quince y veinticuatro meses, alternan entre la exploración de su medio, y el apoyo en quienes les cuidan. Este período es conocido como fase de reaproximación.

Cuando los cuidadores de los niños no les permiten que asuman ningún riesgo a la hora de explorar su ambiente, los someten a una gran sobreprotección. Esta les evita caídas, golpes, y otros pequeños accidentes. Sin embargo, les produce un gran daño, porque minan la confianza que es de esperar que los pequeños desarrollen respecto de sí mismos, para seguir alcanzando progresos pequeños y significativos para ellos. Si los adultos que se encargan de la crianza y la educación de los infantes no son mentalmente estables, afectarán negativamente a los pequeños. Si los niños los perciben como ausentes, no contarán con su apoyo, que tanto necesitan, para poder desarrollarse y recibir la mejor educación. También puede suceder que los cuidadores solo piensen en sí mismos a la hora de criar y de educar a los niños, que les hagan demandas pensadas para satisfacerse a ellos, que nada tienen que ver con la satisfacción de las necesidades de los pequeños.

Reciben una herida y son conscientes

Hay niños que cuando son sometidos a las situaciones citadas son muy conscientes del desprecio del que son objeto, reciben una herida en su yo, conocida como herida narcisista, ya que se les hace creer que son inadecuados.

Los niños que son víctimas de la herida narcisista, desarrollan una falsa grandiosidad, según aprenden a satisfacer las necesidades de sus cuidadores, con tal de creer que dejan de ser inadecuados, en la medida que son imprescindibles para quienes les rodean. Muchos de estos niños, cuando sean padres, inutilizarán a sus descendientes, con tal de que les necesiten, y de que no dejen de alabarlos, para que satisfagan sus necesidades.

No esperan ser queridos por lo que son

Los narcisistas no esperan que nadie les quiera por quienes son, sino por su capacidad de satisfacer las necesidades ajenas, sobre todo, cuando los otros son incapaces de cuidar de sí mismos.

¿Sienten rabia las víctimas de la herida narcisista cuando se les hace creer que carecen de valía personal?

Si la sienten. Dado que se ocupan demasiado de satisfacer a los demás. Su sentimiento de adecuación depende de ello.en la medida no siendo conscientes de la rabia que pueden experimentar. El hecho de satisfacer las necesidades ajenas no hace realmente felices a los narcisistas, no solo porque se percatan de que son manejados, si no también por la creación de un falso ego que les sirve para ser valorados como personas útiles en la medida que satisfacen a los otros.

Los niños que desarrollan la herida narcisista, se sienten incapaces de ser adecuados si optan por conseguir lo que desean. Pronto aprenden que en su entorno solo los creerán capacitados para ser adecuados en la medida que satisfagan las necesidades ajenas de quienes son superiores a ellos. Es el caso de sus padres.

Privados de alcanzar su propio placer, los narcisistas pretenden alcanzar la dicha sirviendo a los demás, para conseguir su aprobación. 

La valoración que hacen los narcisistas respecto de sí mismos siempre es frágil, independientemente del alcance que le atribuyan a su grandeza, ya que no se muestran ante la sociedad como son realmente, sino que crean una imagen falsa de sí, mediante la que intentan lograr que se les adore.

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Una de las maneras de llegar a ser narcisista es convivir con un narcisista durante los años de la infancia. A modo de ejemplo, los niños que se percatan de cómo sus padres son sobrevalorados en virtud de lo que hacen, pueden seguir sus pasos. Si de algo suelen estar completamente seguros los niños pequeños, es de que sus padres son dioses, y de que son infalibles.

El riesgo de los sobreprotegidos o no valorados

Es fácil que muchos niños sobreprotegidos a cuyas conductas inapropiadas no se les ponen límites, lleguen a ser narcisistas. Si reciben todo lo que quieren, no se les deja de alabar con excesiva frecuencia, y jamás se les critica ni siquiera constructivamente, ni se les corrige, difícilmente no llegarán a ser narcisistas. Dado que es imposible que todos nos agrademos a todos plenamente, necesitamos vivir a pesar de esa realidad, sin que nos pese demasiado el sentimiento de rechazo.

Los niños que son excesivamente criticados, no dejan de escuchar ironías que les recuerdan su supuesta escasa valía personal, y son despreciados, e incluso abandonados durante su infancia y la preadolescencia, también pueden llegar a ser narcisistas. La manera que tienen de intentar evitar que se les siga despreciando, consiste en satisfacer las necesidades de quienes no dejan de demostrarles su supuesta inadecuación. Si llegan a hacer depender a otras personas de sí mismos, rehusarán su sentimiento de inutilidad, y llegarán a concederse una importancia tan irreal como excesiva, es decir: desarrollarán un complejo de superioridad. Muchos niños que llegarán a ser diagnosticados como narcisistas durante su adolescencia en el caso de que reciban tratamiento psiquiátrico o psicológico, crecerán escuchando frases como las siguientes.

No haces nada bien.

Eres un perfecto inútil.

¿Cómo es posible que tardes tanto tiempo en terminar una actividad que cualquiera la termina en cinco minutos?

No te quiero.

Eres ridículo.

No dejas de hacer el ridículo.

Cada día eres menos válido.

¿Cómo es posible que solo hayas aprobado el examen con un 9,33?

Los niños que se percatan de que sus pensamientos, sentimientos y acciones son considerados como tonterías por sus figuras de autoridad, se sienten escasamente valorados, y, por no ser tenidos como adecuados, también se sienten desprotegidos por aquellos de quienes dependen, y  necesitan recibir cuidados y apoyo constantes.

Características de los narcisistas

Los narcisistas exageran todos los aspectos positivos de sí mismos, tales como las metas que alcanzan, su superioridad respecto de los otros, su belleza física, etc., sin que sus logros reales sean proporcionados en relación a lo que presumen.

Creen que son tan únicos como especiales, y que solo les merece la pena relacionarse, con quienes tienen un status superior al suyo, ya que piensan que estos son los únicos capacitados para comprenderlos.

Exigen más de lo que realmente merecen

Los narcisistas pugnan por recibir una admiración exagerada. Esto sucede porque tienen muy baja la autoestima, y por eso les preocupa perfeccionar los aspectos por los que quieren ser alabados, tales como su belleza corporal, la realización de su trabajo, y cómo los ven los demás.

Otra característica es que quieren recibir un trato especial.

También se sirven de quienes consideran inferiores a ellos para explotarlos, y fingen someterse a quienes consideran superiores, con el fin de ayudarse a lograr dádivas que valoran mucho, e incluso una posición superior a la que ostentan.

Un narcisista no tiene empatía. No se identifican con los sentimientos de los demás, aunque muchos se victimizan concienzudamente, para conseguir que, quienes confunden la simpatía con la empatía, les conviertan en su centro de atención, y satisfagan sus necesidades.

Generalmente son envidiosos, porque, como dice el refrán: “el ladrón cree que todo el mundo es de su condición”, creen que los demás también son envidiosos. Envidian a quienes consideran superiores a ellos, y pueden necesitar creer que quienes consideran inferiores les envidian a ellos, para sentirse más importantes de lo que realmente son. Curiosamente, identifican la envidia ajena hacia ellos como un sentimiento de debilidad, y perciben su propia envidia como el reconocimiento de que queda gente a la que tienen que superar, para que les distinga como superiores a ella.

Admiran a quienes les superan en algún aspecto, y viven pensando en lo que podrían hacer para aventajarlos. Tal admiración, es lo que muchos llaman erróneamente envidia sana.

Envidian lo que no tienen, la posición y las actitudes de quienes les superan en algún aspecto en el que quieren destacar, y los objetos de los que carecen. Pueden devaluar a personas que son felicitadas por sus logros, para hacer que su propia grandeza resalte, si logran que otra gente las crea tontas e insignificantes.

Se muestran excesivamente orgullosos

Desprecian a quienes consideran inferiores a ellos, y convierten a sus enemigos jurados a quienes no les adoran, y a aquellos de quienes creen que quieren alcanzar una posición idéntica a la suya, o superarlos.

Su manera de ser, les crea dificultades serias, a la hora de mantener relaciones de todo tipo. Enumero a continuación una serie de actitudes que suelen mostrar:

  • Pensamientos y conductas son inflexibles
  • Exageran sus derechos por considerarse superiores
  • Sus deseos deben ser órdenes para los demás. No acatar el cumplimiento de su voluntad es menospreciarlos
  • Asumen que los demás deben vivir plenamente interesados en su bienestar y en su felicidad aunque les perjudique 
  • No les importan los sentimientos ni las necesidades ajenas, y por eso ni siquiera piensan en la existencia de los mismos
  • Su prepotencia no tiene límites. No existe nadie como ellos, ya que son perfectos en todos los aspectos por los que quieren ser admirados. Nadie es tan inteligente como ellos. 
  • Desprecian las actitudes y las creencias de quienes difieren de las suyas con la intención de hacer que la gente solo les admire a ellos, y desprecie a quienes consideran sus adversarios. 
  • Se consideran superiores a los demás, es muy difícil que admitan sus errores, no aceptarán consejos, recomendaciones ni advertencias de los otros, salvo que vengan de alguien de un status superior al suyo.
  • Los narcisistas más difíciles de tratar, llegan a pensar que son  perfectos, que no hay nada que no puedan hacer, e incluso hacen sentir mal a otras personas al hacerlas de menos, tanto inconscientemente como a propósito. Su soberbia es plena.

Como viven aparentando ser más de lo que realmente son, y no teatralizan tal como lo hacen los histriónicos, porque dan por supuesto que los papeles que representan son convincentes para quienes no quieran ser considerados por ellos como adversarios, solo tendrán, no alta, sino inflada la autoestima, en cuanto puedan considerarse superiores a los demás. ¿Quiénes pueden tener las mejores casas, los mejores coches, o las parejas más guapas, aparte de ellos? Llegados a este punto, se burlarán de las personas que les rodean, que no han logrado destacar tanto, como sí lo han hecho ellos. Mientras que muchos han aprendido a compararse a la baja con quienes consideran superiores a ellos, los narcisistas se comparan al alza con quienes consideran inferiores a sí, para hacer que quienes les rodean se conciencien más de su superioridad con respecto a los otros.

Tengamos en cuenta, que las personas más maltratadas por los narcisistas son las más cercanas a ellos.

Ellos no comprenden las emociones ni la manera de posicionarse ante la vida que caracterizan a otras personas. Este hecho dificulta mucho las relaciones que mantienen con sus familiares y amigos, las personas que más se pueden desengañar con respecto a ellos, al descubrir su carencia de empatía, y lo poco que les importan las realidades que tienen una gran incumbencia para ellos. Lo único que los narcisistas comprenden respecto de los demás, es si son superiores o inferiores a ellos, y si pugnan para que la sociedad se dé cuenta de que realmente no son tan grandes como aparentan, es decir: lo que les preocupa a los narcisistas de los demás, es el modo en que se pueden beneficiar de ellos, y que no se les ocurra hacerles la competencia, al querer ser valorados por la sociedad, como ellos desean serlo.

Los narcisistas suelen conseguir lo que se proponen por medio de los demás, independientemente de que se valgan para ello de la persuasión, o de técnicas muy agresivas.

La persuasión consiste en conseguir lo que queremos de los demás ofreciéndoles un beneficio. Los narcisistas manipulan a personas para convertirlas en herramientas para sus fines y hacerles sentir que son unos privilegiados por ser ayudados por ellos.

Se aprovechan de las personas pasivas para explotarlas, ya que estas se dejan abusar buscando ser reconocidas por sus manipuladores. Saben que se pueden aprovechar de esas  personas sin tener que ofrecerles ningún pago, que no vaya más allá de pronunciar unas cuantas alabanzas.

Pueden tratar a los demás con desprecio, especialmente cuando los consideran inferiores a ellos, y muchas veces, también a superiores que creen que superarán en jerarquía en poco tiempo.

A los narcisistas no les importa reconocer que lo son, ni que juzgan a las demás personas en relación a la posición social que ocupan con respecto a ellos. Sus relaciones pueden ser cortas, porque no aceptan que nadie, incluyendo a sus familiares, les vean como iguales. A los narcisistas, lo único que les importa de los demás, es buscar la manera de explotarlos, y asegurarse de que no les hagan la competencia, a la hora de ser tenidos como iguales o superiores a ellos por la sociedad.

Deciden lo que han de pensar y cómo tienen que actuar quienes quieran relacionar con ellos. ¿Por qué sucede esto? Porque utilizan a los demás como si fueran herramientas destinadas a cumplir sus deseos y cubrir sus necesidades.

Si una persona no destaca la supuesta importancia de un narcisista o le trata de igual a igual, este puede impacientarse, evitar conversaciones y manipular eventos, e incluso  llegar a ser violento tanto verbal como físicamente.


                              Foto: https://narcisistas.net/


Tapan su vulnerabilidad

Los comportamientos narcisistas son tapaderas de lo que más quieren esconder de sí mismos. A modo de ejemplos, cito la soledad, la timidez, el sentimiento de escasa o nula valía personal, su vergüenza, y, en general, todo lo que les puede hacer parecer como vulnerables ante la sociedad.

Están preparados para vivir las experiencias que manipulan para demostrarle al mundo su grandeza, pero no están dispuestos a sobrevivir a situaciones reales, que son causantes de un alto nivel de estrés. No están capacitados para improvisar a la hora de utilizar sus capacidades intelectuales y físicas, ya que, el hecho de no tener previsto lo que han de hacer en cada situación, puede conducirlos a descubrir su vulnerabilidad y por eso la esconden.

Quieren ser de una determinada manera, y, cuando les surgen complicaciones para conseguir lo que desean, pueden sentirse deprimidos, e incluso contraer depresión.

Mientras que los antisociales consideran que quienes perciben como inferiores a ellos son tontos, los narcisistas consideran que quienes consideran de menor valía que ellos, han de ser sus vasallos. Cuanto más se rodeen de gente que consideran poco valiosa, más intentarán hacer destacar su grandeza.

La admiración de los demás, es indicativa de su grandeza, y les ayuda a preservar su status de superioridad.

Cuando se les dificulta la consecución de todo o de parte de lo que se proponen, recuerdan todas las creencias relativas a su inferioridad. Ejemplos de tales creencias, son las relativas a su supuesta torpeza, que nadie les quiere, su soledad, etc. Evitan cometer errores, para impedirse sentir nuevamente el peso fatídico de dichas creencias limitantes. Cuanto más graves son sus fracasos, aunque intenten ocultárselos a los demás, más se conciencian de su baja autoestima. Esta es la razón por la que no dejan de perfeccionarse en todos los aspectos por los que quieren ser admirados constantemente, y no dejan de trabajar para lograr tener un status superior, y ampliar las cualidades descriptivas de su falso yo.

Son altamente competitivos, con aquellos que pretenden igualárseles, incluso superarlos en cualquiera de los aspectos vitales en los que destacan.

Mientras que los antisociales no respetan la ley para demostrar su rebeldía, los narcisistas se saben exceptuados de acatar las normas sociales, ya que se sienten superiores a los demás, y para ellos no existe más ley, que su voluntad.

Dado que aprenden que nadie les quiere por quienes son ni por lo que son, sino por los beneficios que le aportan, la única manera que encuentran de que los demás los complazcan, consiste en servirse de la manipulación.


El artículo se ha elaborado a partir de la conferencia pronunciada por José Portillo el 9 de mayo. La próxima semana publicaremos la segunda parte de lo explicado en esa intervención.



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