Andrea
Cabrera Muñoz tiene 22 años y es trabajadora social. Colabora
con el Teléfono de la Esperanza, atendiendo las consultas de
personas que solicitan ayuda en campos muy diversos. Se ocupa de
informarles, asesorarles y derivarlas a otras entidades y
administraciones públicas que pueden atenderlas.
¿Qué
te atrae del trabajo social y que experiencia tienes?
Para
mí, el trabajo social es algo más que una disciplina o una
profesión. Es una forma de ver la vida, es ayudar profesionalmente a
aquellas personas que lo necesitan y empoderarlas para que ellas sean
las que resuelvan sus problemas con las herramientas que los
profesionales del trabajo social les aportan.
Acabé
la carrera en junio del año 2018. Mi experiencia con mis estudios
universitarios ha sido bastante buena, a parte de por las
calificaciones obtenidas también por el aprendizaje recibido. Una de
las cosas que más marcaron mi experiencia en la carrera fue la
elaboración de mis prácticas realizadas en la Fundación Anna O,
una entidad que presta apoyo psicosocial a mujeres en exclusión
social y pude poner en práctica todos mis conocimientos del trabajo
social.
¿Cómo
empezaste a colaborar con el Teléfono de la Esperanza?
Hice
el curso 'Conocerse para crecer' y al terminar supe que tenía
que colaborar de alguna manera con esta entidad y puse a su
disposición mis conocimientos en trabajo social para colaborar y me
concedieron un espacio y un horario para ello.
¿Las
personas a las que atienden te llegan derivadas de los orientadores o
pueden solicitar ayuda directamente?
La
mayoría de las personas a las que atiendo vienen derivadas por los
orientadores, pero cabe la posibilidad de hacerlo directamente.
¿Cuáles
son las necesidades y las peticiones que hacen los usuarios?
Mayoritariamente,
orientación de prestaciones y servicios, asesoramiento psicosocial o
información a cerca de su situación laboral.
¿Qué
casos te han llamado más la atención?
El
caso que más me ha llamado la atención fue el de una mujer con
problemática social grave (vivienda en ruinas, problemas económicos,
etc.) a la que pude ayudar indicándole servicios públicos
disponibles para su problemática. Se sintió muy agradecida hasta el
punto de decirme que gracias a mí pudo dormir en algún sitio esa
noche.
¿Qué
tipo de ayuda suelen pedir las personas?
Lo
que más suelen pedir es prestaciones económicas, lo cual no
facilita el Teléfono de la Esperanza, pero sí la orientación y
derivación a administraciones públicas donde pueden conseguirlas si
reúnen los requisitos. También solicitan ayuda ante la búsqueda de
empleo sobre todo personas entre los 45 y 55 años.
¿Qué
respuesta das a los solicitantes de ayuda? ¿A qué entidades u ONGs
se les deriva?¿También les informas de los cursos y talleres del
Teléfono de la Esperanza?
Según
la problemática, ajusto mi respuesta y mi intervención pero las más
comunes son derivaciones a otras entidades y asesoramiento de
búsqueda de empleo en numerosas plataformas físicas o digitales.
En
la gran mayoría de los casos, las necesidades laborales, económicas,
etc., conllevan un desgaste emocional por lo que siempre intento
aconsejar que acudan a los numerosos cursos y talleres del Teléfono
de la Esperanza puesto que considero que la ayuda no puede ir
enfocada a solucionar solo los aspectos materiales sino también
otros aspectos como la estabilidad emocional.
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