lunes, 8 de abril de 2019

El Teléfono de la Esperanza estuvo en la Jornada Reivindicativa por la Prevención del Suicidio en el Congreso de los Diputados


Participantes en la jornada celebrada en el Congreso. Foto: CONGRESO


Aurelia González
Voluntaria en el Teléfono de la Esperanza


El pasado 22 de febrero se celebró en el Congreso de los Diputados una jornada reivindicativa sobre prevención de suicidio, organizada por el diputado de UPN Iñigo Allí, con el objetivo de dar “voz al dolor” y exigir un Plan Nacional de Prevención de Suicidio.

Asistieron voluntarios del Teléfono de la Esperanza, incluidos representantes de la sede de Málaga.

Se formaron cinco mesas. La primera, estuvo compuesta por los presidentes de varias asociaciones relacionadas con la prevención de suicidio. En esta mesa participó el Presidente Internacional de ASITES, Miguel Ángel Terrero, que tras repasar las cifras del T.E., comentó que “en 2018 tuvimos 2.764 llamadas con temática suicida, un 40% más que en 2017”. Resaltó que el significado del suicidio va más allá del sufrimiento personal y familiar, explicó que “también tiene un componente social” muy importante. Destacó la utilización de las nuevas tecnologías como herramientas para la prevención del suicidio y que el T.E., “va a incorporar en pocos meses un teléfono de emergencia contra el suicidio atendido por personal voluntario especializado”. Se hizo eco de la necesidad urgente de crear un Plan Nacional de Prevención de Suicidio, siguiendo las directrices que marca la Organización Mundial de la Salud.

Javier Jiménez, presidente de la Asociación para la Investigación, Prevención e Intervención frente al Suicidio, explicó la necesidad de establecer la “autopsia psicológica”, como medio para conocer mejor las causas por las que una persona se quita la vida. Hizo un llamamiento; “¿cuántas muertes más son necesarias para crear un Plan de prevención?”.

Ana Lancho, presidenta de la Asociación La Barandilla destacó la importancia de hablar de la conducta suicida, comenta que “cada vez que salimos en un medio de comunicación, aumenta el número de llamadas” pidiendo ayuda.

Máximo Enrique, presidente de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados, explicó que la tasa de suicidios en ludópatas es “seis veces superior” a la de la población general y alertó del aumento de jugadores en la población adolescente.

La segunda mesa estuvo compuesta por profesionales de la Salud. Participó, Alfonso Echávarri, psicólogo del Teléfono de la Esperanza, quién destacó la importancia de no “etiquetar” a las personas por sus patologías. Hizo especial hincapié en el aumento de la conducta suicida en la población adolescente. Destacó que la sociedad está inculcando unos valores y prioridades como “el tener que ser feliz a la fuerza”, imposibles de conseguir, generando en la población mucha frustración.

José Luis Carrasco, Jefe de la Unidad de Trastornos de la personalidad del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, explicó que “aunque la enfermedad mental no mata, produce un gran sufrimiento” y “entre esta y el suicidio hay un gran mediador que es la soledad” y que conlleva “incomprensión y desesperanza”.

Andoni Anseán, Presidente de la Sociedad Española de Suicidología, explicó que la conducta suicida no sólo es un problema de salud mental, “nos compete a todos”. Instó a tomar conciencia de que “sólo se puede afrontar previniendo o llorando”.

Junibel Lancho, directora del Teléfono contra el Suicidio, explica que en cada llamada lo que intentamos “es atraer a la persona a la vida”. Destacó el aumento de llamadas de jóvenes “de entre 17 y 22 años”.

Víctor Navarro, policía nacional y experto en acoso escolar y suicidio en menores, destacó la importancia de la información, “cuando informamos prevenimos”.

La tercera mesa, estuvo compuesta por familiares de personas que han realizado o que han consumado un suicidio. Fue la mesa más emotiva, pues se dieron testimonios reales y vivencias en primera persona.

Elena Aisa, de la Asociación Bearkada, comenzó su exposición, mostrando un certificado de defunción y señaló “todos los que estamos aquí, tenemos este certificado”. Destacó la necesidad de apoyos sociales a las familias que pasan por una situación de este tipo. Explicó que el duelo por suicidio está “estigmatizado”.

Carmen de la Fuente Ares superviviente de intento de suicidio y madre de una joven con ideación suicida, destacó el sufrimiento y la frustración de la familia “cuando se hace todo lo posible para que un hijo se cure y no se consigue”.

Cecilia Borras, presidenta de la Asociación de Supervivientes después del Suicidio. Explicó que el suicidio es la “única muerte interpretable”, todo el mundo se siente con el derecho de hablar si está bien o si está mal, haciendo “analfabetos de la vida” a los familiares.

La cuarta mesa, estuvo constituida por profesionales de la comunicación. Se planteó de forma unánime la dificultad que tienen los periodistas en saber como tratar las noticias sobre suicidio.

Gabriel González, periodista de Diario de Navarra, explicó con mucho entusiasmo, cómo los periodistas se pueden convertir en “verdaderos actores” en la prevención de suicidio y no quedarse como meros espectadores. Hizo mucho hincapié en la comparación con otros problemas sociales en los que se han realizado campañas de concienciación con muy buenos resultados.

González, explicó que era importante contextualizar la información y que la información bien realizada ayuda a las víctimas. Comentó que aunque “el dolor es para siempre, no es de la misma manera”.

Laura Peralta periodista de ABC, planteó “todos los días hablamos de asesinatos, robos, violaciones, ¿porqué no podemos hablar de suicidios?”. También señaló la importancia de la investigación sobre la conducta suicida.

La quinta mesa, estuvo compuesta por profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado.

Mariano Salido, Policía Local de Madrid, comentó que la policía “es una profesión en la que hay un alto índice de suicidios, 9 veces más que la población general”.

Eduardo Sainz de Murieta, Policía Foral de Navarra, destacó la importancia de formar a los expertos en “negociación en suicidios”.

Sergio Tubio, bombero, experto en intervención en crisis, comentó que “recientemente los bomberos han atendido más muertes por suicidio que por accidentes e incendios en viviendas, juntos”.

José Antonio Adán, técnico de Policía Nacional, explicó que los policías están más expuestos al trauma, por eso, la necesidad de tomar medidas desde los Servicios de Riesgos Laborales.

En resumen, todos los asistentes, pidieron que se dé mayor formación a los colectivos profesionales e instituciones sociales, mayor información a la sociedad de los recursos que existen y que se establezca de forma urgente, integral, y trasversal un Plan Nacional para la Prevención del Suicidio.


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