martes, 7 de febrero de 2012

La buena vida, por Tony de Mello


Enzo, un rico comerciante de Puerto Ayacucho, visita a las comunidades indígenas del alto Orinoco y se horroriza cuando ve a Orawe, indígena yanomami tumbado tranquilamente en su chinchorro (especie de hamaca) mascando tabaco.

–¿Por qué no sales a pescar? –le pregunta Enzo.

–Porque ya he pescado bastante hoy –le contesta Orawe.
–¿Y por qué no pescas más de lo que necesitas? –insiste el comerciante.
–¿Y qué iba a hacer con ello? –pregunta a su vez el indio.
–Ganarías más dinero. De ese modo podrías poner un motor fueraborda en tu canoa. Entonces podrías llegar lejos en el río y pescar más peces. Y así ganarías lo suficiente para comprar una red de nylon, con lo que obtendrías más pescado y más dinero. Pronto ganarías para tener dos canoas y hasta dos motores, y más rápidos... Entonces serías rico como yo.
–¿Y qué haría entonces? –preguntó de nuevo el indígena.
–Podrías sentarte y disfrutar de la vida –respondió el comerciante.
–¿Y qué crees que estoy haciendo en este momento? –respondió satisfecho el indio Orawe.

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