sábado, 27 de agosto de 2011

La mirada de Jesús



En el Evangelio de Lucas leemos lo siguiente

                      Le dijo Pedro: "¡Hombre, no sé de que hablas¡"
                      Y en aquel momento, estando aún hablando,
                      cantó un gallo y el Señor se volvió y miró
                      a Pedro...Y Pedro, saliendo fuera, rompió
                      a llorar amargamente.



Yo he tenido unas relaciones bastante buenas con el Señor. Le pedía cosas, conversaba con Él, cantaba sus alabanzas, le daba gracias...

Pero siempre tuve la sensación de que Él deseaba que le mirara a los ojos..., cosa que yo no hacía. Yo le hablaba, pero desviaba mi mirada cuando sentía que Él me estaba mirando.

Yo miraba siempre a otra parte. Y sabía por qué: tenía miedo. Pensaba que en sus ojos se iba a encontrar una mirada de reproche por algún pecado del que no me hubiera arrepentido. Pensaba que en sus ojos iba a descubrir una exigencia; que había algo que Él deseaba de mí.

Al fin, un día, reuní el suficiente valor, y miré. No había en sus ojos reproché, ni exigencia. Sus ojos se limitaban a decir: "Te quiero". Me quedé mirando fijamente durante largo tiempo. Y allí seguía el mismo mensaje: "Te quiero".

Y, al igual que Pedro, salí fuera y lloré.


Tony de Mello

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