Villa Esperanza, la casona de dos plantas en la que asienta el teléfono desde 1976, ha
sido remozada. Por dentro y por fuera. Después de dos años de trabajos de
rehabilitación, dentro de unos días podremos trabajar en ella en unas
instalaciones amplias, confortables y modernas. La ayuda de entidades como
el Ayuntamiento de Málaga, Cajamadrid, Ikea, la
constructora Hexa y Cajamar han sido fundamentales para sacar adelante
el proyecto. La caja madrileña ya mantenía una línea de colaboración estrecha
con el Teléfono de la Esperanza apostando por respaldar un
proyecto de cooperación en Honduras.
A
un mes escaso de la inauguración de la sede rehabilitada, he querido acercarme
a los pioneros del teléfono en Málaga. Una persona clave en los
inicios fue Salvador Rodríguez de Tembleque. La organización
fue fundada por Serafín Madrid, hermano de San Juan de Dios, en
Sevilla en 1971. En esas fechas, en Málaga, Salvador, que trabajaba
en una asesoría jurídica, recibía peticiones de ayuda a través de María
Salud, su mujer, profesora en la humilde barriada de La Palmilla.
"Uno de los casos era el de un hombre que dejó embarazada a su hija.
Nosotros empezamos a ayudar porque nos salía del corazón. Ví que en Londres y
Nueva York funcionaba la organización 'El Buen Samaritano' y en Sevilla ya
estaba el teléfono. Contacté con Pedro Madrid, hermano del
fundador, y me dijo que buscara un local y un equipo de gente".
Rodríguez
de Tembleque, una persona de hondas convicciones cristianas, le pidió al
entonces obispo, Ramón Buxarrais, el nombre de un cura para sumarse
al proyecto y éste le dio el de Sergio Ferrero, "que se volcó
en seguida" abriendo una vía que seguirían con entusiasmo profesionales
como el abogado Carlos Linares, el psiquiatra Fernando
García y dos psicólogos de la Universidad Laboral. En el
grupo inicial también estuvieron los voluntarios Manolo Montes y Ángel
Medina.
Cuenta Salvador que el respaldo del
gobernador civil, José María Aparicio, sirvió para que
instituciones como el Ayuntamiento de Málaga y la Diputación también
apoyaran el proyecto.
Tras varios años de trabajo informal de los
voluntarios, el Teléfono de la Esperanza se abrió oficialmente
en Málaga en 1976, con Sergio Ferrero como primer director,
"porque un sacerdote está disponible día y noche". En aquellos años
de cambios sociales y políticos e ilusión colectiva, decir ayuda era abrir
puertas. El equipo fundador compró la parte de arriba de Villa
Esperanza por 2,5 millones de pesetas y, pasado un tiempo, el Banco de
Bilbao condonó la deuda pendiente. Había entusiasmo en los pioneros y su
entorno. Los autores de las letras de forja Villa Esperanza regalaron
su trabajo y más adelante Caja de Ronda entregaría un piso
para acoger a jóvenes solteras embarazadas.
En
los años setenta y primeros ochenta, profesionales del día a día en la calle
como taxistas y policías tenían en cuenta al teléfono y colaboraban derivándole
casos de personas que buscaban ayuda. Los propios voluntarios salían a la calle
a resolver situaciones de emergencia. "Llamó un hombre desde un bar diciendo
que tenía un cuchillo e iba a matar a su mujer. Cuando llegué allí, Sergio estaba
hablando con él y el cuchillo encima de una mesa", rememora Rodríguez
de Tembleque. Otra noche de tensión se vivió cuando una chica francesa
fue encontrada en un banco en la calle. Su novio la había abandonado y estaba
enferma. El equipo de voluntarios contactó con el cónsul de Francia y consiguió
que una enfermera la acompañara en el viaje en avión a París para encontrarse
con su familia.
En
los inicios también hubo momentos duros, de impotencia como el caso de una
estudiante que anunció su suicidio. La chica no pudo ser localizada a pesar de
los contactos con el rector de la Universidad y los vecinos de la zona donde se
le situaba "que se sumaron a la búsqueda espontáneamente". Además
recuerda con desparpajo que un suicida frustrado llamó "traidores" a
él y sus compañeros cuando los vio llegar a donde estaba con la policía.
Todo eso ocurría en los tiempos de los
'equipos volante' del Teléfono de la Esperanza, una suerte de
'unidad de calle' que luego sería suprimida.
Manolo Montes, pionero en el servicio de orientación, recuerda la espontaneidad en los
comienzos de lo que hoy es un servicio integral, multidisciplinar, aconfesional
y apolítico. El teléfono estaba y está abierto a todo tipo de gente angustiada.
"Éramos gente de buena voluntad que teníamos aprendido lo que es la
escucha del trato con la gente". Todos atendían las llamadas y luego los
sábados "nos reuníamos los voluntarios con un psiquiatra, un psicólogo, un
médico y el cura y poníamos sobre la mesa nuestros casos para ver los fallos y
cómo actuar".
Rodríguez de Tembleque coincide en "el sentido y la eficacia de aquellas
reuniones" y valora el cambio que ha experimentado hoy la asociación con
un enfoque profesionalizado. Asegura sentir el teléfono "como un hijo
mío" y revela que "después de casi 40 años, lo que no sabes te lo
enseñan". Tras los primeros años de romanticismo, éste manchego enraizado
en Málaga, como el resto del equipo, se formó y llegó a ser orientador
familiar. Hoy a sus 80 saludables años, acude cada miércoles a practicar la
escucha activa y sigue en formación permanente. Ha estudiado varios cursos de
Teología y enseña su carnet del Aula de Mayores de la Universidad donde aprende
Informática.
8 comentarios:
Muchas gracias Salvador por tu entrega y la de tu esposa, Salud. Estoy muy orgullosa de ser compañera vuestra en las labores de ayuda en el Téléfono.
Me gustaria poder dar las gracias Luis Santiago
me gustaria dar las gracias a Luis Santiago por su trabajo
Quisiera hacer alguna precision o aclaracion de los datos aportados al periodista Luis Santigo,al cual admiro y respeto por su profesionalidad y sentido de la JUSTICIA.En honor de ello desearia puntualizar algo que quizas por un error de expresion o por los nervios durante la en trevista no exprese bien.
En los inicios del Telefono de La Esperanza siempre estuvo presente
Angel Medina y durante unos años
permanecio dentro activamente,asi cuando hablo en singular era intencion hacerlo en plural,ya que partipo en todos los primeros momentos.
Pasados unos años se fue del Telefono de la Esperanza.
Medina es un espiritu libre que le gusta ir por la vida a su aire.
En un nuevo intento ha publicado varias novelas y ensayos,ectr ,y
segun dicen no lo hace mal.
la anecdota que no se deberia contar no fue en Palmilla,si no en otra barriada de chabolismo que afortunadamente ya no existe.
Salvador.
y
Ha caido en mis manos un informe especial dedicado a los telefonos de la esperanza.Corresponde a la revista SOCIEDAD FAMILIA cuya publicacion es de diciembre de 1975,justo un año antes de abrirse el telefono de Malaga.Por su valor historico y su abundante contenido iremos desgranando parte de su contenido(naturalmente citando la fuente y firma para no caer en plagio)pero como el contenido es rico de odjetivos, principios e ideas le iremos sacando partido .
Desdeluego si no existiera ya el Telefono de la Esperanza,habria que volvr a inventarlo de nuevo por el gran numero de personas que reciben consuelo y ayuda en el centro.
El telefono de la Esperanza en Malaga no fue una casualidad.
fue un trabajo continuado durante varios años por una persona para poder inagurar la sede en Malaga
Hoy dia el telefono de la Esperanza tiene mas es mas importante y tiene mas fuerza que en los principio pues hay mas de cien voluntarios mas que antes.
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