sábado, 25 de mayo de 2024

'El día que mataron a Kjelbron', una novela a beneficio del Teléfono de la Esperanza

 


El libro que 'El día que mataron a Kjelbron', del autor del autor José Luis Vázquez Sosa, se encuentra a la venta a beneficio del Teléfono de la Esperanza.

Vázquez Sosa es un profesor de inglés jubilado que ha desarrollado casi toda su vida profesional en el IES 'Complutense' de Alcalá de Henares, y que se ha sentido siempre deslumbrado por la forma y el poder de las palabras.

En los últimos años ha llevado a cabo dos proyectos solidarios autoeditados, cuyos beneficios íntegros ha destinado a ayudar a gente necesitada. El primero de ellos, Diez Pasos, contiene un conjunto de reflexiones sobre su particular itinerario espiritual. El destino de esa donación fue una comunidad de desfavorecidos en Colombia. El segundo, ¿O no es Verdad?, es un libro de relatos en el que experimenta con diversas tédcnicas en el lenguaje escrito y cuya recaudació envió a la ONG Aldeas Infantiles.

‘El día que mataron a Kjellbron’ nos cuenta una historia sobre las inseguridades que encontramos cuando buscamos certezas; sobre la importancia de tener apoyos en nuestra vida, y la confusión que, en ocasiones, nos visita y nos descoloca. Ante la incapacidad de dar sentido y digerir lo que nos sucede, es una novela que cuestiona la idea del tiempo y el espacio, a la vez que promueve la necesidad imperiosa de agarrarnos a un par de hermosos fundamentos para defendernos del caos y no caer en la locura. La propia estructura de su narración trata de ser un ejemplo de cómo, a veces, lo que parece evidente no tiene por qué ser la única realidad posible.


El libro se puede comprar en estos enlaces:


Labor del Teléfono de la Esperanza en Málaga

En Málaga, nuestro voluntariado lleva a cabo una intensa labor. Tenemos programas específicos de atención a #mayoresde65, un canal de atención a jóvenes y un grupo de Ayuda Mutua a personas que han sufrido un #suicidio en su entorno cercano.



Aquí puedes conocer nuestros grupos de apoyo, cursos y talleres


Este es nuestro teléfono por si deseas más información:
952 65 26 51


jueves, 23 de mayo de 2024

Narcisismo: perfiles habituales (y II)

 



José Portillo

Orientador y coordinador de talleres del Teléfono de la Esperanza

Tipos de narcisistas. Narcisistas encubiertos

Definición

Los narcisistas encubiertos tienen la capacidad de manipular a sus víctimas con el afecto y de maltratarlas, de manera que solo estas pueden enterarse del daño que reciben, aunque estén rodeadas de gente.

Características de los narcisistas encubiertos

Consideran que su grandiosidad es inmensa, y que por eso merecen recibir un trato especial. De hecho, esperan ser admirados por los demás, como ellos se admiran a si mismos.

Como creen que nunca se equivocan, perciben las críticas de los demás como ataques personales.

El narcisismo encubierto es un rasgo característico de los trastornos narcisista de la personalidad, límite de la personalidad, y pasivo-agresivo.

Actúan escondiendo sus verdaderas intenciones.

Hacen que sus víctimas se sientan queridas por ellos mientras averiguan sus puntos débiles, para utilizarlos apenas sientan que no los admiran ni se someten a ellos.

Es muy difícil descubrir las verdaderas intenciones de los narcisistas encubiertos. A modo de ejemplo, los maltratadores de mujeres suelen tener una excelente imagen social ante sus conocidos.

Si piden perdón, no lo hacen porque tienen remordimientos, sino porque utilizan su falso arrepentimiento, cuando piensan que les sirve para seguir abusando de sus víctimas.

Aunque muchos se presentan ante la sociedad como solidarios, no hacen el bien altruistamente, sino porque eso les reporta beneficios, como la recepción de alabanzas por parte de sus conocidos.

Carecen de humildad

Aunque pretendan ser humildes, es fácil constatar cómo buscan ser alabados. Esta es la característica más difícil de ocultar para ellos, pues, en realidad, carecen de humildad.

Se victimizan para obtener beneficios. Uno de los métodos más efectivos para convertirse en el centro de atención de los demás que más les funciona, es la hipocondría. También les suele funcionar muy bien inventar historias relativas al maltrato que han recibido de sus parejas anteriores, cuando sus posibles parejas actuales son salvadoras, para hacerles más intenso su deseo de cuidarlos, y, por consiguiente, para explotarlos, y, poder maltratarlos a placer.

Necesitan que los demás se preocupen por ellos, pero carecen totalmente de empatía. No son compasivos con los demás, e ignoran sus preocupaciones, ya que, lo único que les importa de ellos es utilizarlos.

Desde su punto de vista, los demás no tienen problemas, pero ellos sí que tienen problemas graves, que han de ser resueltos urgentemente.

Aunque traten de disimular su ira para demostrarles a quienes ven como adversarios que sus opiniones respecto de ellos les traen sin cuidado, probablemente les responderán de manera pasivoagresiva, es decir: no podrán borrar de sus caras los gestos demostrativos de su malestar emocional, aunque su vocabulario sea correcto.

Son incapaces de escuchar a otras personas. Quienes intentan contarles sus problemas, descubren que no les dejan hablar, para relatarles pormenorizadamente lo que les acontece a ellos. Esto es lógico que suceda, ya que estos narcisistas piensan que son los únicos que tienen problemas reales. Jamás considerarán importantes a sus interlocutores como para prestarles atención, a no ser que finjan que los escuchan mientras piensan cómo los van a manipular, apenas terminen de ganarse su confianza.

Narcisistas encubiertos en el entorno familiar

Sus familias han de ser perfectas, para que la sociedad las perciba a ellos como personas ideales.

Pueden ser muy despiadados con sus hijos, si no cumplen puntualmente sus órdenes. A modo de ejemplo, una joven de 19 años me contactó un día en el que tuvo un intento de suicidio, y me contó que su madre le dijo cuando llamaron a la ambulancia:

  • "Ojalá te mueras antes de que llegue la ambulancia a recogerte, porque tú no tienes problemas, pero eres mi peor pesadilla".

Como creen que no existe nadie mejor que ellos, pretenden utilizar a sus hijos como si fueran prolongaciones de sí mismos.

Les roban la vida a sus hijos, los cuales se ven obligados a hacer lo que no quieren hacer, y a vivir aparentando lo que quizás ni pueden ni quieren ser.

A sus hijos les asignan dos funciones; por una parte la de mantener la buen imagen familiar sometiéndose a la obediencia  a sus cuidadores. Estos padres narcisistas los educan para beneficiarse a si mismos, no para el crecimiento de sus hijos.

Por otra parte, dado que dichos narcisistas viven sumidos en su mundo de apariencias, sus hijos tienen que asumir responsabilidades y conductas que, por ser niños, no les corresponden. A modo de ejemplo, hay niños que han de ejercer de padres de sus padres, y de cuidadores de sus hermanos, siendo muy pequeños para cargar con esa responsabilidad.

Utilizan el victimismo, en el sentido de que sus hijos son percibidos por ellos como problemas, y los someten  transmitiéndoles un sentimiento de culpa.

Sobrecargan a sus hijos de actividades.

Narcisistas encubiertos en pareja

Sus parejas son dependientes emocionales y salvadores necesitados de afecto, que son fáciles de manipular para ellos.

Consideran que sus relaciones de pareja son perfectas, si sus parejas están a su altura. Es habitual que las personas maltratadas nos digan frases como:

"Mi pareja me ha dicho que, mientras que la complazca en todo lo que me pida, nuestra relación será perfecta".

Intentan que sus parejas, además de ser fáciles de manipular, tengan una buena posición social.

Sus celos les inducen a controlar totalmente a sus parejas.

Si les surgen problemas en sus relaciones, nunca reconocerán que cometen errores, y culparán de ello a sus parejas, las cuales, si son dependientes emocionales, probablemente se creerán todas sus acusaciones sin cuestionarlas, e intentarán sometérseles más para mejorar sus relaciones, lo cual aumentará la desconfianza, el recelo, y el férreo control que los citados narcisistas ejercerán sobre ellas.

Humillan a sus parejas ante el público para demostrarles que son ineptas, y para que la gente perciba que son ellos quienes llevan adelante sus relaciones, ante la supuesta incapacidad de hacerlo de sus compañeros sentimentales.



Narcisistas encubiertos entre amigos

Son excesivamente controladores con sus amigos, no les permiten relacionarse con otras personas, y rompen las relaciones de amistad que mantienen con otros para atarlos a ellos.

Viven obsesionados con su aspecto físico, ya que necesitan superar a sus amigos. Esta es la razón por la que no les importará incluso pasar hambre, con tal de ser superiores a sus amigos.

Se acercan y se alejan de sus amigos cuando quieren sin darles explicaciones, lo cual los confunde.

No les importan las necesidades ni los deseos de sus amigos.

Como imitan los rasgos y los comportamientos ajenos, pueden encontrar amigos fácilmente, a pesar de que no son empáticos. Esto les hace parecer encantadores, y hace que sus víctimas puedan ser atacadas por este tipo de narcisistas cuando menos lo esperan.

Narcisistas encubiertos en el trabajo

Manipulan a sus compañeros, humillándolos si es necesario, para aparentar que los trabajos solo se realizan, gracias a la pericia de ellos.

No les importan los perjuicios que puedan sufrir sus compañeros, con tal de alcanzar sus fines.

Si lo creen conveniente para ellos, harán que sus compañeros incumplan la Ley y contradigan la moral.

Perversos narcisistas

Definición y características del perverso narcisismo.

Dependiendo de sus intereses, pueden ser los más encantadores, y los más malvados, de entre todos los tipos de narcisistas existentes.

Se centran en cumplir su voluntad, sin que les importen las consecuencias negativas que eso pueda tener para los demás. Se trata de personas destructivas que se valen de cuantas artimañas se les ocurran para lograr que sus víctimas sean dependientes de ellas, lo cual las hace muy vulnerables, y, por consiguiente, manipulables.

Sus víctimas preferidas son los dependientes emocionales y los salvadores, por su vulnerabilidad, y su necesidad de recibir afecto y admiración.

Aunque las estrategias que utilizan para dominar a sus víctimas son desadaptativas, muchas de ellas tienen una importante aceptación social. A modo de ejemplo, un líder religioso me dijo hace años:

“Las mujeres de mi iglesia aceptan que sus maridos les peguen, porque saben que tienen que dejarse educar por ellos.”

Los perversos narcisistas, se distinguen por su total carencia de empatía. Cuando se relacionan, intentan alcanzar sus objetivos claramente, sin dar rodeos, tal como pueden hacerlo los narcisistas encubiertos. Los demás viven para satisfacerlos.

Aunque aparentan ser amables y encantadores a la hora de seducir a sus victimas, son manipuladores con quienes es preferible no mantener ningún tipo de relación.

Si se les confronta, se molestan mucho, y demuestran su malestar, a la hora de actuar.

Si sienten que las personas y las situaciones escapan a su control, pueden volverse agresivos, e incluso muy violentos.

Ya que se sienten únicos, especiales e incluso extraordinarios, piensan que solo pueden ser comprendidos por quienes están a su mismo nivel.

Se sienten más merecedores de privilegios que los otros.

Fantasean muy frecuentemente sobre su éxito en todos los aspectos de la vida en los que quieren destacar.

Explotan a los demás sin escrúpulos.

Envidian a quienes les superan en cualquier aspecto vital, y piensan que los otros también los envidian a ellos.

Su comportamiento es arrogante, engreído y presuntuoso.

Critican cruelmente y con ferocidad a quienes piensan que pueden amenazarlos con superarlos.

Su capacidad de socializar es superficial, vacía y falsa, ya que los demás solo son para ellos herramientas que usan o desechan. Creen que, si la gente se les acerca, es porque se quiere aprovechar de ellos.

Su autoestima es inflada.

Cuando descubren que alguien los va a desenmascarar, y que no pueden rebatirlo, se quitan de en medio rápidamente.

Atacan ferozmente el amor propio, la autoconfianza y la autoestima de quienes les rodean, pues, cuanto más vulnerables se sientan los otros, mayor será su sentimiento de superioridad, al percatarse de que los demás se sienten muy superados por ellos.

Emplearán frases con doble sentido, e incluso dejarán muchas sin terminar, para beneficiarse de su victimismo, y reducir la autoestima de quienes les rodean y no se les someten, a la mínima expresión. Al no acabar sus frases y hablar teniendo presente el doble sentido de su vocabulario, desestabilizan a sus víctimas.

Su razonamiento puede ser muy frío y lógico.

Poseen las habilidades adecuadas para darles cuantas vueltas les sean necesarias a sus acciones, para lograr justificarlas. Un pederasta me dijo hace varios años:

“He leído en la prensa que un juez le ha dado la razón a un señor que violó a varios niños, considerando que ellos consintieron las relaciones sexuales, a cambio de conseguir regalos que deseaban.”

Así fue como intentó persuadirme de que no había hecho nada impropio, al agredir sexualmente a niños, de los que yo debía creer, que le habían permitido satisfacer sus necesidades sexuales, a cambio de recibir pequeñas gratificaciones.

Si envidian las cualidades morales de otras personas, harán cuanto esté a su alcance, para menoscabar la credibilidad de las mismas.

Mienten con mucha frecuencia, pero no lo hacen de forma directa. Sus frases con doble sentido, silencios e insinuaciones, crean malentendidos, de los que se pueden beneficiar.

Consideremos un ejemplo.

Teresa trabajaba en una empresa en la que esperaba que le hicieran un contrato fijo, al concluir su periodo de interinidad. Durante el último día del citado periodo, su jefe le dijo:

“Voy a rescindir tu contrato.”

Dicha frase tenía un doble sentido, ya que efectivamente terminaba el periodo de interinidad, e iniciaba un nuevo tiempo de trabajo, pero también podía significar, que su superior iba a prescindir de ella, que es lo que Teresa pensó, y por eso no pudo evitar que se le cayeran las lágrimas, y que su jefe se riera a carcajadas, a costa de su miedo de no poder satisfacer las necesidades de su hijo discapacitado.

Tienen la habilidad de hacer que otras personas vivan las situaciones que para ellos son insoportables, e incluso les proyectan el malestar emocional que sentirían si vivieran tales circunstancias.

Se creen perfectos, y por eso piensan que es imposible que cometan errores. Como creen que no tienen problemas, no se dan cuenta de que necesitan hacer cambios en sí mismos, para mejorar la calidad de sus relaciones.

Como no tienen una identidad definida, pueden adaptarse a las necesidades emocionales de quienes quieren manipular, hasta lograr utilizarlos, y maltratarlos posteriormente.

Cómo los podemos ayudar

¿En qué casos piden ayuda profesional los narcisistas?

Estos sujetos suelen creer que no tienen ninguna enfermedad, y eso hace muy difícil el hecho de que piensen en pedir asistencia profesional, ya que responsabilizan a los demás de sus problemas. A pesar de esto, piden ayuda cuando sufren una depresión reactiva, causada por las diferencias existentes entre lo que esperan de la vida y/o de otras personas, y lo que realmente pueden conseguir de las mismas. Llamamos depresión reactiva o trastorno adaptativo con estado de ánimo deprimido a aquella que surge como respuesta a una vivencia negativa, la cual no tiene que brotar inmediatamente al surgimiento de la misma, ya que puede tardar semanas o meses en aparecer. Freud afirmó en su libro Duelo y melancolía que la depresión es una reacción frecuente a las amenazas de pérdidas y a las mismas pérdidas, y, para los narcisistas, las pérdidas son los mejores indicadores de su escasa valía personal, desde su punto de vista.

También piden ayuda profesional cuando pierden su status social, y cuando sus seres queridos se quejan por causa de sus abusos de poder, y su conducta agresiva.

Otro indicador de que los narcisistas se sienten desairados, y que también les conduce a pedir ayuda profesional, es la hipocondría. Cuando no manipulan a los otros a placer, recurren al victimismo para comprobar si, al sentirse cupables de su malestar, sus posibles subordinados los complacen en todo y, cuando dicha técnica no les produce los resultados deseados, piden ayuda profesional.

No nos dejemos fascinar por su grandiosidad, ni por su deseo de que los percibamos como casos complejos y exclusivos.

Si les sugerimos que modifiquen alguna de sus conductas, hagámoslo de forma que perciban que van a obtener beneficios personales, pues, de otro modo, nos ignorarán.

Utilicemos los modelos que destacan por sus buenas conductas, para ayudarlos a que deseen actuar siguiendo el ejemplo de grandeza característico de ellos.

Hagámosles sugerencias para tener una buena convivencia con los demás, y no para manipularlos.

Valoremos positivamente sus avances gratificándolos verbalmente en relación con su mejoría, pero sin adularlos, para que no sientan que nos están captando, y que los admiramos.

Como están acostumbrados a ser quienes les dicen a los demás lo que tienen que hacer, hagámosles sugerencias, y evitemos darles órdenes.

Evitemos transmitirles nuestra información personal, pues podrían utilizarla al sentir que queremos manipularlos, o que queremos darles órdenes que no están dispuestos a acatar.

Entrenémonos en el manejo de las habilidades sociales, para resolver los conflictos que nos puedan surgir con ellos.

Hagámosles preguntas como las siguientes:

➔ ¿Qué significa para ti lo que has conseguido?

➔¿Cómo interpretas el hecho de que le gustes a tu compañera de trabajo?

➔¿Qué piensas de lo que te ha dicho tu padre?

➔Si nos preguntan, por ejemplo: ¿Qué pensáis vosotros de lo que os estoy contando?, devolvámosles la pregunta, ya que, en las respuestas que les demos, vislumbrarán información nuestra, relativa a si pueden manipularnos, y a cómo pueden hacerlo.

Preguntémosles, por ejemplo:

➔¿Cuál es tu opinión referente a lo que me has dicho? Estamos hablando de ti, y lo realmente importante, es lo que piensas tú.

Hablémosles con diplomacia, intercalando alabanzas con críticas constructivas.

Las demandas continuas, las quejas constantes y los escándalos, les ayudan a conseguir lo que quieren. Si intentan provocarnos para entrar en discusiones, evitemos entrarles al trapo, porque ese es el terreno en el que mejor se defienden.

Si no los satisfacemos, pueden querer ridiculizarnos demostrándonos por ejemplo que no sabemos nada de Psicología, y humillarnos. También puede intentar ayudarnos cuando nos pidan ayuda para no debernos nada. A este respecto, deémosles claro quiénes piden ayuda y quienes ayudan.


sábado, 18 de mayo de 2024

Narcisismo: admiración y poder (I)

 

                                                                   https://lamenteesmaravillosa.com/


José Portillo

Orientador y coordinador de talleres del Teléfono de la Esperanza

Definición del narcisismo.

Las personas que tienen el trastorno narcisista de la personalidad se creen superiores a la mayoría social en todos los aspectos de la vida. Tienen una gran necesidad de ser admirados, y carecen de empatía con respecto a los demás. Son tendentes a buscar la atención y el reconocimiento de los demás, y a menudo lo hacen explotando y menospreciando a los otros. Los narcisistas quieren ser el centro de atención de sus conocidos, pero esto les crea problemas importantes en su vida diaria y a sus relaciones interpersonales.

El origen del trastorno narcisista de la personalidad

Cuando los niños tienen entre quince y veinticuatro meses, alternan entre la exploración de su medio, y el apoyo en quienes les cuidan. Este período es conocido como fase de reaproximación.

Cuando los cuidadores de los niños no les permiten que asuman ningún riesgo a la hora de explorar su ambiente, los someten a una gran sobreprotección. Esta les evita caídas, golpes, y otros pequeños accidentes. Sin embargo, les produce un gran daño, porque minan la confianza que es de esperar que los pequeños desarrollen respecto de sí mismos, para seguir alcanzando progresos pequeños y significativos para ellos. Si los adultos que se encargan de la crianza y la educación de los infantes no son mentalmente estables, afectarán negativamente a los pequeños. Si los niños los perciben como ausentes, no contarán con su apoyo, que tanto necesitan, para poder desarrollarse y recibir la mejor educación. También puede suceder que los cuidadores solo piensen en sí mismos a la hora de criar y de educar a los niños, que les hagan demandas pensadas para satisfacerse a ellos, que nada tienen que ver con la satisfacción de las necesidades de los pequeños.

Reciben una herida y son conscientes

Hay niños que cuando son sometidos a las situaciones citadas son muy conscientes del desprecio del que son objeto, reciben una herida en su yo, conocida como herida narcisista, ya que se les hace creer que son inadecuados.

Los niños que son víctimas de la herida narcisista, desarrollan una falsa grandiosidad, según aprenden a satisfacer las necesidades de sus cuidadores, con tal de creer que dejan de ser inadecuados, en la medida que son imprescindibles para quienes les rodean. Muchos de estos niños, cuando sean padres, inutilizarán a sus descendientes, con tal de que les necesiten, y de que no dejen de alabarlos, para que satisfagan sus necesidades.

No esperan ser queridos por lo que son

Los narcisistas no esperan que nadie les quiera por quienes son, sino por su capacidad de satisfacer las necesidades ajenas, sobre todo, cuando los otros son incapaces de cuidar de sí mismos.

¿Sienten rabia las víctimas de la herida narcisista cuando se les hace creer que carecen de valía personal?

Si la sienten. Dado que se ocupan demasiado de satisfacer a los demás. Su sentimiento de adecuación depende de ello.en la medida no siendo conscientes de la rabia que pueden experimentar. El hecho de satisfacer las necesidades ajenas no hace realmente felices a los narcisistas, no solo porque se percatan de que son manejados, si no también por la creación de un falso ego que les sirve para ser valorados como personas útiles en la medida que satisfacen a los otros.

Los niños que desarrollan la herida narcisista, se sienten incapaces de ser adecuados si optan por conseguir lo que desean. Pronto aprenden que en su entorno solo los creerán capacitados para ser adecuados en la medida que satisfagan las necesidades ajenas de quienes son superiores a ellos. Es el caso de sus padres.

Privados de alcanzar su propio placer, los narcisistas pretenden alcanzar la dicha sirviendo a los demás, para conseguir su aprobación. 

La valoración que hacen los narcisistas respecto de sí mismos siempre es frágil, independientemente del alcance que le atribuyan a su grandeza, ya que no se muestran ante la sociedad como son realmente, sino que crean una imagen falsa de sí, mediante la que intentan lograr que se les adore.

                             http://www.psicoglobalia.com

Una de las maneras de llegar a ser narcisista es convivir con un narcisista durante los años de la infancia. A modo de ejemplo, los niños que se percatan de cómo sus padres son sobrevalorados en virtud de lo que hacen, pueden seguir sus pasos. Si de algo suelen estar completamente seguros los niños pequeños, es de que sus padres son dioses, y de que son infalibles.

El riesgo de los sobreprotegidos o no valorados

Es fácil que muchos niños sobreprotegidos a cuyas conductas inapropiadas no se les ponen límites, lleguen a ser narcisistas. Si reciben todo lo que quieren, no se les deja de alabar con excesiva frecuencia, y jamás se les critica ni siquiera constructivamente, ni se les corrige, difícilmente no llegarán a ser narcisistas. Dado que es imposible que todos nos agrademos a todos plenamente, necesitamos vivir a pesar de esa realidad, sin que nos pese demasiado el sentimiento de rechazo.

Los niños que son excesivamente criticados, no dejan de escuchar ironías que les recuerdan su supuesta escasa valía personal, y son despreciados, e incluso abandonados durante su infancia y la preadolescencia, también pueden llegar a ser narcisistas. La manera que tienen de intentar evitar que se les siga despreciando, consiste en satisfacer las necesidades de quienes no dejan de demostrarles su supuesta inadecuación. Si llegan a hacer depender a otras personas de sí mismos, rehusarán su sentimiento de inutilidad, y llegarán a concederse una importancia tan irreal como excesiva, es decir: desarrollarán un complejo de superioridad. Muchos niños que llegarán a ser diagnosticados como narcisistas durante su adolescencia en el caso de que reciban tratamiento psiquiátrico o psicológico, crecerán escuchando frases como las siguientes.

No haces nada bien.

Eres un perfecto inútil.

¿Cómo es posible que tardes tanto tiempo en terminar una actividad que cualquiera la termina en cinco minutos?

No te quiero.

Eres ridículo.

No dejas de hacer el ridículo.

Cada día eres menos válido.

¿Cómo es posible que solo hayas aprobado el examen con un 9,33?

Los niños que se percatan de que sus pensamientos, sentimientos y acciones son considerados como tonterías por sus figuras de autoridad, se sienten escasamente valorados, y, por no ser tenidos como adecuados, también se sienten desprotegidos por aquellos de quienes dependen, y  necesitan recibir cuidados y apoyo constantes.

Características de los narcisistas

Los narcisistas exageran todos los aspectos positivos de sí mismos, tales como las metas que alcanzan, su superioridad respecto de los otros, su belleza física, etc., sin que sus logros reales sean proporcionados en relación a lo que presumen.

Creen que son tan únicos como especiales, y que solo les merece la pena relacionarse, con quienes tienen un status superior al suyo, ya que piensan que estos son los únicos capacitados para comprenderlos.

Exigen más de lo que realmente merecen

Los narcisistas pugnan por recibir una admiración exagerada. Esto sucede porque tienen muy baja la autoestima, y por eso les preocupa perfeccionar los aspectos por los que quieren ser alabados, tales como su belleza corporal, la realización de su trabajo, y cómo los ven los demás.

Otra característica es que quieren recibir un trato especial.

También se sirven de quienes consideran inferiores a ellos para explotarlos, y fingen someterse a quienes consideran superiores, con el fin de ayudarse a lograr dádivas que valoran mucho, e incluso una posición superior a la que ostentan.

Un narcisista no tiene empatía. No se identifican con los sentimientos de los demás, aunque muchos se victimizan concienzudamente, para conseguir que, quienes confunden la simpatía con la empatía, les conviertan en su centro de atención, y satisfagan sus necesidades.

Generalmente son envidiosos, porque, como dice el refrán: “el ladrón cree que todo el mundo es de su condición”, creen que los demás también son envidiosos. Envidian a quienes consideran superiores a ellos, y pueden necesitar creer que quienes consideran inferiores les envidian a ellos, para sentirse más importantes de lo que realmente son. Curiosamente, identifican la envidia ajena hacia ellos como un sentimiento de debilidad, y perciben su propia envidia como el reconocimiento de que queda gente a la que tienen que superar, para que les distinga como superiores a ella.

Admiran a quienes les superan en algún aspecto, y viven pensando en lo que podrían hacer para aventajarlos. Tal admiración, es lo que muchos llaman erróneamente envidia sana.

Envidian lo que no tienen, la posición y las actitudes de quienes les superan en algún aspecto en el que quieren destacar, y los objetos de los que carecen. Pueden devaluar a personas que son felicitadas por sus logros, para hacer que su propia grandeza resalte, si logran que otra gente las crea tontas e insignificantes.

Se muestran excesivamente orgullosos

Desprecian a quienes consideran inferiores a ellos, y convierten a sus enemigos jurados a quienes no les adoran, y a aquellos de quienes creen que quieren alcanzar una posición idéntica a la suya, o superarlos.

Su manera de ser, les crea dificultades serias, a la hora de mantener relaciones de todo tipo. Enumero a continuación una serie de actitudes que suelen mostrar:

  • Pensamientos y conductas son inflexibles
  • Exageran sus derechos por considerarse superiores
  • Sus deseos deben ser órdenes para los demás. No acatar el cumplimiento de su voluntad es menospreciarlos
  • Asumen que los demás deben vivir plenamente interesados en su bienestar y en su felicidad aunque les perjudique 
  • No les importan los sentimientos ni las necesidades ajenas, y por eso ni siquiera piensan en la existencia de los mismos
  • Su prepotencia no tiene límites. No existe nadie como ellos, ya que son perfectos en todos los aspectos por los que quieren ser admirados. Nadie es tan inteligente como ellos. 
  • Desprecian las actitudes y las creencias de quienes difieren de las suyas con la intención de hacer que la gente solo les admire a ellos, y desprecie a quienes consideran sus adversarios. 
  • Se consideran superiores a los demás, es muy difícil que admitan sus errores, no aceptarán consejos, recomendaciones ni advertencias de los otros, salvo que vengan de alguien de un status superior al suyo.
  • Los narcisistas más difíciles de tratar, llegan a pensar que son  perfectos, que no hay nada que no puedan hacer, e incluso hacen sentir mal a otras personas al hacerlas de menos, tanto inconscientemente como a propósito. Su soberbia es plena.

Como viven aparentando ser más de lo que realmente son, y no teatralizan tal como lo hacen los histriónicos, porque dan por supuesto que los papeles que representan son convincentes para quienes no quieran ser considerados por ellos como adversarios, solo tendrán, no alta, sino inflada la autoestima, en cuanto puedan considerarse superiores a los demás. ¿Quiénes pueden tener las mejores casas, los mejores coches, o las parejas más guapas, aparte de ellos? Llegados a este punto, se burlarán de las personas que les rodean, que no han logrado destacar tanto, como sí lo han hecho ellos. Mientras que muchos han aprendido a compararse a la baja con quienes consideran superiores a ellos, los narcisistas se comparan al alza con quienes consideran inferiores a sí, para hacer que quienes les rodean se conciencien más de su superioridad con respecto a los otros.

Tengamos en cuenta, que las personas más maltratadas por los narcisistas son las más cercanas a ellos.

Ellos no comprenden las emociones ni la manera de posicionarse ante la vida que caracterizan a otras personas. Este hecho dificulta mucho las relaciones que mantienen con sus familiares y amigos, las personas que más se pueden desengañar con respecto a ellos, al descubrir su carencia de empatía, y lo poco que les importan las realidades que tienen una gran incumbencia para ellos. Lo único que los narcisistas comprenden respecto de los demás, es si son superiores o inferiores a ellos, y si pugnan para que la sociedad se dé cuenta de que realmente no son tan grandes como aparentan, es decir: lo que les preocupa a los narcisistas de los demás, es el modo en que se pueden beneficiar de ellos, y que no se les ocurra hacerles la competencia, al querer ser valorados por la sociedad, como ellos desean serlo.

Los narcisistas suelen conseguir lo que se proponen por medio de los demás, independientemente de que se valgan para ello de la persuasión, o de técnicas muy agresivas.

La persuasión consiste en conseguir lo que queremos de los demás ofreciéndoles un beneficio. Los narcisistas manipulan a personas para convertirlas en herramientas para sus fines y hacerles sentir que son unos privilegiados por ser ayudados por ellos.

Se aprovechan de las personas pasivas para explotarlas, ya que estas se dejan abusar buscando ser reconocidas por sus manipuladores. Saben que se pueden aprovechar de esas  personas sin tener que ofrecerles ningún pago, que no vaya más allá de pronunciar unas cuantas alabanzas.

Pueden tratar a los demás con desprecio, especialmente cuando los consideran inferiores a ellos, y muchas veces, también a superiores que creen que superarán en jerarquía en poco tiempo.

A los narcisistas no les importa reconocer que lo son, ni que juzgan a las demás personas en relación a la posición social que ocupan con respecto a ellos. Sus relaciones pueden ser cortas, porque no aceptan que nadie, incluyendo a sus familiares, les vean como iguales. A los narcisistas, lo único que les importa de los demás, es buscar la manera de explotarlos, y asegurarse de que no les hagan la competencia, a la hora de ser tenidos como iguales o superiores a ellos por la sociedad.

Deciden lo que han de pensar y cómo tienen que actuar quienes quieran relacionar con ellos. ¿Por qué sucede esto? Porque utilizan a los demás como si fueran herramientas destinadas a cumplir sus deseos y cubrir sus necesidades.

Si una persona no destaca la supuesta importancia de un narcisista o le trata de igual a igual, este puede impacientarse, evitar conversaciones y manipular eventos, e incluso  llegar a ser violento tanto verbal como físicamente.


                              Foto: https://narcisistas.net/


Tapan su vulnerabilidad

Los comportamientos narcisistas son tapaderas de lo que más quieren esconder de sí mismos. A modo de ejemplos, cito la soledad, la timidez, el sentimiento de escasa o nula valía personal, su vergüenza, y, en general, todo lo que les puede hacer parecer como vulnerables ante la sociedad.

Están preparados para vivir las experiencias que manipulan para demostrarle al mundo su grandeza, pero no están dispuestos a sobrevivir a situaciones reales, que son causantes de un alto nivel de estrés. No están capacitados para improvisar a la hora de utilizar sus capacidades intelectuales y físicas, ya que, el hecho de no tener previsto lo que han de hacer en cada situación, puede conducirlos a descubrir su vulnerabilidad y por eso la esconden.

Quieren ser de una determinada manera, y, cuando les surgen complicaciones para conseguir lo que desean, pueden sentirse deprimidos, e incluso contraer depresión.

Mientras que los antisociales consideran que quienes perciben como inferiores a ellos son tontos, los narcisistas consideran que quienes consideran de menor valía que ellos, han de ser sus vasallos. Cuanto más se rodeen de gente que consideran poco valiosa, más intentarán hacer destacar su grandeza.

La admiración de los demás, es indicativa de su grandeza, y les ayuda a preservar su status de superioridad.

Cuando se les dificulta la consecución de todo o de parte de lo que se proponen, recuerdan todas las creencias relativas a su inferioridad. Ejemplos de tales creencias, son las relativas a su supuesta torpeza, que nadie les quiere, su soledad, etc. Evitan cometer errores, para impedirse sentir nuevamente el peso fatídico de dichas creencias limitantes. Cuanto más graves son sus fracasos, aunque intenten ocultárselos a los demás, más se conciencian de su baja autoestima. Esta es la razón por la que no dejan de perfeccionarse en todos los aspectos por los que quieren ser admirados constantemente, y no dejan de trabajar para lograr tener un status superior, y ampliar las cualidades descriptivas de su falso yo.

Son altamente competitivos, con aquellos que pretenden igualárseles, incluso superarlos en cualquiera de los aspectos vitales en los que destacan.

Mientras que los antisociales no respetan la ley para demostrar su rebeldía, los narcisistas se saben exceptuados de acatar las normas sociales, ya que se sienten superiores a los demás, y para ellos no existe más ley, que su voluntad.

Dado que aprenden que nadie les quiere por quienes son ni por lo que son, sino por los beneficios que le aportan, la única manera que encuentran de que los demás los complazcan, consiste en servirse de la manipulación.


El artículo se ha elaborado a partir de la conferencia pronunciada por José Portillo el 9 de mayo. La próxima semana publicaremos la segunda parte de lo explicado en esa intervención.