La veterana revista 'Ciudad Nueva', dedicada a cuestiones de espiritualidad y ecumenismo, ha publicado en su número una entrevista con Juan Sánchez, que reproducimos aquí.
"EN EL PROBLEMA ESTÁ LA SOLUCIÓN"
por Ana Moreno Marín
Juan Sánchez Porras, psicólogo, pedagogo y licenciado en Filosofía y Letras, es presidente de la Asociación Internacional del Teléfono de la Esperanza, del centro de Málaga y experto en formación de "agentes de ayuda".
–Juan Sánchez Porras se define como…
–Una persona extrovertida, activa, solidaria y honesta.
–Psicólogo, pedagogo, filósofo… ¿Cómo acabó en el Teléfono de la Esperanza?
–Iba hacia otra ONG, a mitad de camino me encontré con un amigo que me animó a probar en el Teléfono de la Esperanza ¡y aquí estoy!
–¿Cómo fue la primera vez que descolgó el teléfono?
–Una experiencia más en mi profesión como psicólogo de cercanía con una persona que tenía la necesidad de ser
escuchada. Recuerdo que era una mujer con un conflicto de pareja.
–¿Qué se piensa justo antes de levantar el auricular?
–Que al otro lado hay una persona necesitada de ser escuchada y comprendida.
–¿A qué tipos de crisis tiene que saber responder?
–Crisis de soledad, de comunicación, familiares, de elaboración de duelo, de separación afectiva... Es un servicio urgente, gratuito, anónimo y especializado.
–¿Hay un perfil definido de persona que llama?
–Nos llaman todo tipo de personas. En el 2013 nos llamaron 179 niños, 463 adolescentes, 8.818 jóvenes, 68.041 adultos y 8.775 jubilados.
–Tengo entendido que una de las tareas que más le gusta es formar a los voluntarios. ¿Qué les enseña?
–Somos casi 2.000 voluntarios. Les enseñamos a profundizar en sus propias capacidades y potencialidades, a
cambiar aquellos aspectos que nos acerquen más a la felicidad, llegar al yo auténtico, a ser más libre y proyectar el
amor de uno mismo hacia los demás.
–Tras sus más de 15 años de experiencia, ¿cree que es cierto el dicho de que «todo tiene solución en esta vida»?
–El diagnóstico de un cáncer terminal no tiene solución. Pero cada persona se enfrentará a esa situación límite en
función de sus recursos personales, según haya sabido gestionar su inteligencia emocional. Por tanto, en el problema está la solución.
–El Teléfono de la Esperanza funciona en 28 provincias españolas y 8 países de Europa y América Latina. ¿Es aplicable a todo tipo de culturas?
–Los sentimientos y ciertas experiencias y conductas humanas son universales. Por tanto, los recursos que ofrece el Teléfono sirven para todas las culturas, pero con adaptaciones.
–¿Qué echa en falta en nuestra sociedad?
–El compromiso con grandes valores, como la solidaridad, el compromiso con los más necesitados, la honradez.
–¿Sabemos escuchar?
–Creo que no. Es una de las destrezas más importantes para las buenas relaciones humanas. Sin embargo,
estamos rodeados de grandes ruidos externos entre prisas y vacíos de valores. Ruidos que nos impiden tener una auténtica escucha activa, capaz de empatizar con los demás.
–Un pensamiento que le ayude a ir
hacia delante…
–Tratar de poner a disposición de las personas que me rodean el libro de mi vida con sus éxitos y aprendizaje de mis errores.
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