viernes, 10 de enero de 2014

Tres campeones de la solidaridad


El Teléfono de la Esperanza de Málaga vivió el miércoles por la noche un momento entrañable gracias al homenaje que tributamos a Salud García, Salvador Rodríguez y Sergio Ferrero tres veteranísimos voluntarios que estuvieron en la fundación del centro en Málaga allá por abril de 1976.  Son tres expertos en la escucha y ayuda de las personas con problemas.
En palabras de Juan Sánchez, presidente del teléfono, que los acogió sobre el escenario del Teatro Alameda "sus nombres ya dicen mucho". De Sergio, un sacerdote pasionista que pone pasión en todo lo quehace, dijo "tu nombre es protector". Además, recalcó lo que reparte la propia Salud con su nombre y las personas que en tantos años habrá sacado de situaciones de crisis Salvador. 


"S de solidaridad y servicio a los demás, repartís esperanza", destacó Juan que pidió un aplauso caluroso para estos tres entregados voluntarios que hoy, 38 años después, "siguen presentes y activos" en la sede del teléfono.
La primera en mostrar su agradecimento fue Salud García que bromeó diciendo "que somos más viejos, si, y a lo mejor nos quieren echar con este homenaje". Hizo una llamada clara y entusiasta a unirse a nuestro voluntariado. "Se pasan muy buenos momentos, se solucionan problemas de las personas y se recibe mucho más de lo que se da. Aconsejo que vayáis al teléfono, os entreguéis y veréis com salís más felices".
Después le tocó el turno a Sergio Ferrero quién comentó que "estos homenajes se le hacen a los mayores y gustan a los jóvenes. Los que hemos hecho el camino, hemos hecho lo que tenemos que hacer. Yo he hecho como sacerdote lo que tenía que hacer y e han cambiado la piel. Invito a los jóvenes a que se hagan voluntarios".
Salvador Rodríguez, el marido de Salud García, recordó que son 38 años de actividad "y que Dios quiera que sean muchos más"  y destacó el crecimiento de la organización en Europa y América Latina. De la labor de escucha, quiso señalar que "es un servicio anónimo, aquí no nos interesa la vida de nadie".
Finalmente, Juan Sánchez entregó a cada uno de ellos una biznaga de porcelana, réplica de la típica flor, hecha con pétalos de jazmines, que ya se ha convertido en un símbolo de Málaga. En tono vibrante, acabó animando a todos los que estaban en la sala "a que den un paso adelante y digan aquí estoy".
Tras el homenaje, el público que llenó el Teatro Alameda disfrutó de la obra de teatro 'Maribel y la extraña familia' de Miguel Mihura. La puesta en escena corrió a cargo de 'El Carromato', un grupo de más de 15 actores con una amplia trayectoria teatral y de colaboración con el Teléfono de la Esperanza. Las divertidas y cómicas escenas hicieron disfrutar a los asistentes y transmitieron un mensaje de que no todo está perdido y una apuesta clara por la esperanza. Entre el hombre que es un lobo para el hombre de Hobbes y el ideal de bondad de Rousseau, Maribel y su familia, como muchos, sobre todos los que ponen el corazón en su día a día, se quedaron con lo bueno.

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