sábado, 18 de junio de 2011

Pedro Miguel Lamet: 'El 15-M ha dado en el clavo, pero carece de una cabeza dirigente'


El tiempo de la esperanza recibe hoy la visita de Pedro Miguel Lamet, director de la revista 'A Vivir', del Teléfono de la Esperanza. Lamet es jesuita, periodista y escritor de temática histórica y religiosa. En esta entrevista nos aporta su mirada positiva, anclada en la esperanza, cuando analiza cuestiones como el movimiento del 15-M, el impacto del paro en la vida de millones de personas o la espiritualidad hoy en día, entre otros.


El último número de 'AVivir' se centra en las vidas de los parados. En varios de los artículos habláis de que el desempleo es un momento para madurar e incluso 'ascender en el escalón de la vida'. ¿Por qué?
En primer lugar quiero dejar asentado que no tenemos derecho de hablar del paro los que no lo sufrimos. Es muy fácil aconsejar cuando no se padece pobreza, paro, marginación, etcétera. En segundo lugar, el paro es una tragedia y un fracaso de la sociedad que nos hemos montado. Por tanto lo primero que hay que hacer es luchar contra esa lacra con todas nuestras fuerza y devolver al hombre su dignidad, que se alcanza, entre otras cosas, a través de un trabajo digno y justamente remunerado. Ahora bien también es cierto que las tragedias personales, de todo tipo, pueden convertirse en oportunidades para los hombres que saben crecer con ellas. De aquí que decidiéramos dedicar un número de nuestra revista a este tema tampoco tratado. El ser humano, gracias a su índole espiritual y creativa, es capaz no sólo de adaptarse a mil circunstancia adversas, sino a saltarlas, y conseguir superarse e incluso mejorar como tal en momentos difíciles. Por eso pensamos que es útil, sin dejar de trabajar para erradicarlo, analizar esta otra dimensión del paro. Hay ejemplos extraordinarios de creatividad y crecimiento personal en este sentido.


Hay muchos 'casos de éxito' de personas que han visto truncado su desarrollo profesional y a la larga la crisis les pone en marcha hacia una nueva situación laboral y vital más rica. Sin embargo, estamos rodeados de malas noticias. ¿El pesimismo tiene buena prensa en la sociedad de hoy? 
Hace poco he visto un film titulado "The company men". Trata precisamente del paro en un grupo de altos ejecutivos estadounidenses. Se ven impelidos a reducir sus gastos, dar más tiempo a sus familias, probar otras ocupaciones. Es una película distinta y útil. Porque es verdad que vivimos envueltos en una nube negra de negatividad: en casa, en la oficina, sobre todo en los informativos, que parecen regodearse en las malas noticias, las prohibiciones, las guerras, los accidentes de tráfico, las enfermedades, la crisis. Es muy difícil mantenerse en paz y armonía con otras tantas cosas bellas que nos rodean, cuando estamos recibiendo tal bombardeo de oscuridad. 


Hemos pasado del mundo en el que aspirábamos 'a un trabajo para toda la vida' a una situación en la que no se sabe que pasará dentro de unos meses. ¿Que papel juege la juventud en medio de este panorama?
Se ha hablado mucho, y nosotros lo hemos dedicado también otro numero en nuestra revista, de la generación Ni-Ni, (ni estudia ni trabaja), de la "generación perdida", etc. Yo creo que hay cierta responsabilidad de haber educado a una juventud superprotegida, blanda y consentida. Si a eso se añade la falta de trabajo, el problema se agrava. Pero parece que hay un sector que comienza a despertar. Ahora empiezo a creer que esta juventud acabará reaccionando, sí, no sólo con la protesta, sino con la creatividad.


Serrat decía el otro día que el 15-M ha traído aire fresco a la sociedad española. Su manifiesto inicial buscaba la transparencia y la participación. ¿Crees que alguno de esos puntos (dacción en pago, cambio de la Ley Electoral, tasa por las transacciones especulativas, fuera corruptos de la política) tendrán la fuerza para prosperar?
En primer lugar el 15-M es una excelente noticia por lo que acabo de decir. Se ha convertido en el despertar de una juventud que parecía sumida en un letargo de pasotismo, muy ajena a los jóvenes del 68 o los universitarios antifranquistas. Además sus reivindicaciones en el fondo y la forma (sobre todo al principio) han sido excelentes como respuesta a una saturación de la sociedad, que ha visto con simpatía este movimiento popular, juvenil, comprometido, aunque acéfalo. Me importan sobre todo sus verdades. Han dado en el clavo, y cuando alguien hace un buen diagnóstico y se ocupa de apoyarlo, a la larga siempre triunfa.


¿Las coacciones a los cargos públicos que se produjeron la semana pasada que pueden suponer para el movimiento? 
Como acabo de decir, el problema de este movimiento popular es que es acéfalo, carente por ahora de una estructura eficaz. Al final la profecía tiene que canalizarse con un mínimo de vehiculación. Y aquí reside el flanco más frágil de esta poderosa intuición espontánea. Creo que en los últimos días el movimiento se fue deteriorando. Primero, porque uno no puede vivir de forma higiénica y aceptable en la Puerta del Sol o la Plaza de Cataluña toda la vida. Segundo, porque parece que se ha infiltrado grupos antisistema, que no son pacifistas ni van a lo Gandhi a intervenir en esas concentraciones. Por ejemplo, aunque estemos en contra de la corrupción política y de los abusos de los banqueros, no podemos impedir a los parlamentarios, elegidos, mejor o peor, por el sistema que nos hemos dado, a reunirse en un Parlamento. Pueden manifestarse, eso sí, pero no impedir por la fuerza el derecho de los demás. Es verdad que en Cataluña la paliza comenzó por un tremendo error de los que mandaron cargar a la policía. Ahora bien, algunos políticos y la prensa cavernícola, creo, se han aprovechado de este fallo -que no corresponde al verdadero espíritu del 15-M- para arremeter contra este despertar, que me parece sano, necesario y bien orientado en sus ideas y primeras manifestaciones.


Hablas en tu blog 'El alegre cansancio' del Yo social y el Yo real. ¿En qué consisten cada uno de ellos? 
El yo social es el ego mental que funciona a través del "personaje", la imagen que nos hemos creado de nosotros mismos y valora la sociedad consumista, enajenada y mediatizada que nos rodea (belleza física, juventud corporal, fama, dinero, poder, placer momentáneo, éxito externo, etc). El yo real es nuestro yo profundo, que no se come el coco con pensamientos ni imágenes importadas, que está conectado con el Ser más profundo. Es muy difícil romper la cáscara de ese "personaje" que creemos ser (ejecutivo, guapa irresistible, vestir a la "marca", poseer más que ser) y buscar mi propia autenticidad. Por eso la primera revolución que hay que hacer es la revolución espiritual, el despertar de la persona a su ser más auténtico.

¿Qué podemos aportar las personas creyentes a una sociedad en permanente cambio donde la gente ansía una felicidad personal duradera, no de marketing?
Trabajar por ese yo real, propiciar la conversión del corazón. La fe no se puede, no se debe imponer, porque lo que fomenta es el fanatismo, el dogmatismo, el clericalismo a la defensiva, y no la verdadera religión. El Evangelio de Jesús es una manera de despertar, gracias a los "antislóganes" de las bienaventuranzas, una cosmovisión donde lo pequeño es grande, los pobres, los mansos, los pacificadores, los comprometidos con la justicia tienen el protagonismo del reino.  Los creyentes debemos ofrecer nuestro camino, pero sobre todo con el ejemplo, en convivencia pacífica y tolerante con otras creencias. Es más, colaborando con cualquiera, que desde otras opciones, colaboren por ejemplo en la solidaridad, las Ong, los campos de refugiados, la educación, la lucha por la democracia en países totalitarios, los derechos de la mujer y los niños, la paz, y un largo etc. Todo fundamentalismo es un error. Las religiones monoteístas parecen hoy parapetadas en castillos de invierno, a la defensivas en sus verdades inmovilistas y poco atentas a los signos de los tiempos. Han de bajar a la plaza del pueblo a dialogar con todos, y sobre todo a amar a todos. La única felicidad posible procede de esta conversión. Afortunadamente hoy surgen caminos que acercan a la meditación y la mística ecuménica. Meditar unifica el ser, produce armonía con los demás y el Universo, ayuda a despertar desde dentro. Por supuesto que para un cristiano hay un plus: Dios se ha hecho hombre y ha hablado por su Hijo Jesucristo. Es la religión de la persona. Debemos predicarla con entusiasmo, pero no  imponerla desde la intransigencia y la obsesión de que somos los únicos que tenemos toda la verdad. Dios es infinito. Nadie tiene a Dios entero.


El Teléfono de la Esperanza empezó a trabajar hace 40 años. Han cambiado las relaciones personales, familiares y hasta los tipos de familias, pero la gente que pide ayuda sigue tocada por la incomunicación y la soledad.
El Teléfono de la Esperanza es una de las más bellas intuiciones que conozco para la sociedad actual. Por ser teléfono (es decir, comunicación, aprovechamiento y uso de las nuevas tecnologías) y ser esperanza, una ventana abierta donde recibir escucha, cuando nadie escucha, y ayuda, cuando hoy casi todo el mundo se mira al ombligo y vela casi en exclusiva por los propios intereses. Por desgracia, la tecnópolis, la acumulación de bienes, la angustia por poseer y la fragilidad de las relaciones siguen provocando aislamiento, separaciones, egoísmo, competencia y por tanto soledad. Su misión es proporcionar caminos de liberación integral, sin acepción de personas y por caminos plurales. Creo que es un valor el que sea una organización aconfesional y no ideológica. Cualquiera puede acercarse a este mano tendida.


¿Cuales son las ventajas de esa marca personal que todos vamos creando en las redes sociales? ¿Y para los movimientos solidarios? ¿Y los peligros de estar mucho tiempo en las redes?
Así como el teléfono provoca una conversación interpersonal, Internet ha propiciado una comunidad virtual, que está curando a mucha gente de la incomunicación y la soledad. Pero como pasó como los grandes medios de comunicación, donde nace su virtud surgen al mismo tiempo sus problemas. El libro, por ejemplo, ha sido el gran transformador de las mentes y la cultura. Pero una lectura indiscriminada y no digerida ha creado no pocos problemas. La TV abre al mundo y la cultura, pero entontece mal usada. El riesgo de las redes es multiplicar una comunicación superficial, una falsa compañía o identidades inventadas, que se parapetan en el anonimato, engañan o, en los peores casos sirven para drogar a algunos enganchados a ellas, si no deviene en intoxicaciones graves como la pederastia, la pornografía e incluso la violencia. El 11-M es un buen fruto, si llega a encauzarse en la práctica, de las redes, como otras acciones solidarias. La solución siempre es la educación para usar de forma responsable  estos poderosos vehículos de encuentro.


Ya se habla de Educación 2.0. Los profesores y alumnos comparten materiales educativos a distancia y los niños y adolescentes acceden al conocimiento mucho antes que en épocas anteriores. ¿Qué retos marca internet en la educación en el futuro próximo?
Internet, la informática, los libros electrónicos, las pizarras cibernéticas, el mp-3, You-Tube. etc.. están contribuyendo a una agilidad mental en los niños y a un proceso muy rápido de asimilación de contenidos. Pero los educadores deben estar alerta. Sería muy grave que nuestros niños no accedieran al aire libre, a excursiones a la montaña y el mar, al descubrimiento de la naturaleza, el amor a los libros, el juego con sus compañeros reales, más allá de las maquinitas. Un profesor virtual, una pantalla no puede sustituir el papel del maestro vivo y real, el ser humano que transmite no sólo conocimientos sino vida, educación integral. Hay que dosificar la play station, las horas de internet y en general el contacto con las máquinas. Está muy bien ir en coche, pero un ser humano necesita andar y respirar. Deporte, campamentos, y relaciones reales pueden compensar el exceso de electrónica, que es buena en sí, pero bien orientada. Nada sustituye a la palabra de los abuelos, los padres y aquellos excelentes maestros de pueblo, que además de enseñar las reglas de multiplicar, ayudaban a asimiliar en vivo y en directo los auténticos valores de la vida.


Foto: Vida Nueva

Revista 'A Vivir': 
http://www.telefonodelaesperanza.org/revista-a-vivir

El alegre cansancio (blog de Pedro Miguel Lamet): http://blogs.21rs.es/lamet/



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