El comienzo del año nos trae un camino de oportunidades para hacer felices a las personas de nuestro entorno y serlo nosotros mismos. Una de las vías para afrontar el día a día con equilibrio y no dejarnos sobrepasar por las adversidades y conflictos de la vida es el humor. Gracias a él se puede mejorar la salud emocional y también ayuda a sobrellevar los males físicos como nos recuerda la Medicina. Los profesionales hablan de la risoterapia, no como una terapia, pero si como estrategia o técnica que ayuda a los enfermos a mejorar su salud emocional. El campo de los cuidados paliativos es una de las áreas donde se sugiere esta técnica de hacer reir a las personas.
Desde hace siglos el hombre tiene constancia de lo bien que le sienta el humor y lo mal que le cae al cuerpo y la mente, el malhumor y sus derivados como el enfado y la ira. Los taoístas chinos enseñaban que una simple sonrisa puede asegurar la salud, la felicidad y la longevidad y los reyes europeos medievales procuraban tener su bufón de la corte que les distrajese de sus responsabilidades.
En la primera mitad del siglo XX, genios del cine mudo como Charles Chaplin hicieron las delicias de una población castigada por el horror de las dos guerras mundiales y en España el dramaturgo Jardiel Poncela desarrolló su ingenio en el teatro del absurdo regalando momentos de mucha guasa a los espectadores.
Posteriormente la televisión trajo una época de oro de la risa en la pantalla con parejas como Tip y Coll y Martes y Trece, que elevaron el listón; unos con su humor surrealista, fino y absurdo y los otros con sus desternillantes parodias. Los argentinos Les Luthiers llevan cuatro décadas haciendo reir a la gente desde los escenarios.
La prensa escrita, a la que hoy leémos tan crispada y plagada de titulares alarmantes, también ha tenido sus momentos para la sonrisa y no sólo en las tiras de humor de los diarios, sino también en las secciones de noticias. Uno de esos espacios fue allá por los años 80 el suplemento 'El País Imaginario', del diario El País, que cada semana le daba la vuelta a la actualidad para presentarla desde un punto de vista ocurrente y absurdo. Hoy tiene su prolongación natural en la red en El Mundo Today, un diario digital que recomiendo vivamente para esquivar la mala energía que transmite la catarata de alarmas sanitarias, corrupciones, atentados terroristas y batallas entre políticos que nos cae cada día. Yo recetaría un mínimo de una dosis por semana, pero si puede ser diaria mejor que mejor.
Y como El tiempo de la esperanza habita en el mundo del voluntariado y la cooperación también quiero aconsejar un paseíto virtual por el blog de AVOI (Asociación de Voluntarios de Oncología Infantil), una ONG que trabaja en el Hospital Materno Infantil de Málaga creando actividades y diversión, entre ellas las actuaciones de payasos, para el disfrute de los niños ingresados.
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