
Víctor Frankl (1905-1997) fue un psiquiatra austríaco de familia judía que estuvo en cuatro campos de concentración junto a su mujer y sus padres entre 1942 y 1945. Al finalizar la guerra, describió en 'El hombre en busca de sentido' la experiencia de los prisioneros en situación límite y perfiló su tesis basada en que las personas, aún en las circunstancias más adversas, pueden encontrar en su propio ser, en su espiritualidad, razones para la vida.
Frankl desarrolló la teoría de la Logoterapia, que se considera la Tercera Escuela de Psicología de Viena después del Psicoanálisis de Freud y la Psicología Individual de Aller. Éste psiquiatra alcanzó prestigio mundial, recibiendo numerosos doctorados honoris causa y enseñó en la Universidad de Viena hasta los 85 años. Persona muy vital, escaló montañas y pilotó aviones siendo sexagenario.
Frankl desarrolló la teoría de la Logoterapia, que se considera la Tercera Escuela de Psicología de Viena después del Psicoanálisis de Freud y la Psicología Individual de Aller. Éste psiquiatra alcanzó prestigio mundial, recibiendo numerosos doctorados honoris causa y enseñó en la Universidad de Viena hasta los 85 años. Persona muy vital, escaló montañas y pilotó aviones siendo sexagenario.
Víctor Frankl describe el estado emocional y los sentimientos de los presos desde que son detenidos trasladados en trenes, tránsito en el que conservan su esperanza, hasta la durísima incertidumbre del encierro, el maltrato psicológico y físico, la anulación de la persona y la liberación final.
El psiquiatra recuerda que los verdugos seleccionaban a los enfermos, agotados e incapaces de trabajar para llevarlos a las cámaras de gas y a los capaces los sometían a durísimas jornadas de trabajo. Las agresiones y las privaciones conducían a miles de seres humanos a la depresión y la angustia y, en ese ambiente, Frankl planteó que el sentido de la vida era luchar contra la muerte o contra el sentimiento de que puede llegar la muerte. A partir de ahí, desarrolla la Logoterapia que se construye sobre la certeza de que lo importante es el sentido de la vida de cada individuo en cada momento, basada en su libertad de elección, y que esa búsqueda es una fuerza primaria que cada ser humano alberga en su interior. Afirma que la libertad espiritual no se nos puede arrebatar y se convierte en lo que hace que la vida tenga sentido y propósito.
Esa fuerza para agarrarse a la vida, a través del mundo interior, fue básico para él y otros muchos tras la liberación, ya que el recuerdo de las horribles experiencias vividas en los campos, les impidió en los primeros momentos vivir la libertad con alegría. Estaban vacíados de sentimientos y emociones hasta un punto que Frankl habla de que los habían despersonalizado. Tuvieron que aprender de nuevo a reir, amar, llorar....
La apuesta de Víctor Frankl por el sentido de la vida, un sentido sólido, el que cada uno sea capaz de encontrar para si mismo en su búsqueda interior, se presenta hoy de plena actualidad. En un mundo hiperconsumista, tecnológico y mercantilista son muchos los que caen en la insatisfacción y el vacío. Leer 'El hombre en busca de sentido' puede servirles para encontrar unas gotitas de esperanza.
Foto: Librería Luces
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