Queridos voluntarios y colaboradores del Teléfono de la Esperanza:
Escribo estas líneas para transmitiros mis más sinceros deseos de vivir junto a todos vosotros el espíritu cordial de la Navidad.
Felicidades, amigos, porque un año más, cuando llega la fecha que rememora el nacimiento de un niño que simboliza, más allá de las creencias religiosas, el amor y la humildad, tenemos motivos para sentirnos satisfechos del trabajo solidario que compartimos en el Teléfono de la Esperanza.
Quizá para muchos, ésta pase a la historia como la Navidad de la “crisis”.Pero no será así para quienes, como vosotros, atendéis tantas “crisis personales” de otros seres humanos que se acercan a vosotros cada día para pedir ayuda. Una ayuda que nunca escatimáis, fieles a los valores que os guían y generosos a la hora de compartir vuestro tiempo con tanta gente que busca en el Teléfono de la Esperanza una palabra que les reconforte, les oriente o les estimule a descubrir los recursos que les impulsen a crecer y a madurar como seres humanos.
Gracias a vuestros profundos valores, ayudáis a que las crisis se superen con:
c: de Conciencia, Colaboración y Comunicación.
r: de Regocijo, Resolución, y Risa.
i: de Inspiración, Interacción e Impulso.
s: de Solidaridad, Salvación y Sueños.
i: de Ideales, Importancia e Ilusión.
s: de Soluciones, Seguimiento y de Sí a la vida.
De igual modo, gracias a unos ingredientes tan entrañables como la luz de una estrella, la emoción de unos pastores, la sabiduría de unos magos y la fe de una pareja humilde, se produjo el Milagro más celebrado de todos los tiempos. Yo quiero reconocer también en vosotros, queridos amigos, la emoción, la sabiduría, la fe y la humildad con la que cada día, en cada gesto, en cada encuentro, conseguís el pequeño milagro de hacer retoñar la esperanza en todos aquellos que recurren a vosotros.
Os deseo de corazón unas felices fiestas de Navidad y que el año 2013 llegue colmado de ventura para todos vosotros. Que no haya crisis que marchite nuestra esperanza ni nuestro propósito de permanecer con toda generosidad al servicio de nuestros prójimos.
Con todo mi afecto,
Juan Sánchez Porras
Presidente internacional del Teléfono de la Esperanza
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